De los cuatro últimos secretarios de Gobernación, Adán Augusto López Hernández es quien mejor se ha desempeñado en su oficio político y ha demostrado experiencia, seriedad y profesionalismo, además de ser especialista en acuerdos, conciliaciones y en buscar el equilibrio entre Poderes.
Está por encima de la calidad de trabajo de Miguel Ángel Osorio Chong, Alfonso Navarrete Prida y Olga Sánchez Cordero, capaz de persuadir a las y los legisladores del Congreso de la Unión en asuntos e iniciativas importantes de la nación.
Mantiene cercanía con la gente, la clase política, empresarial, líderes religiosos, gobernadores, gobernadoras, diputadas, diputados, presidentes municipales, entre otros sectores, con los que siempre privilegia el diálogo y prioriza los consensos.
Su mérito más reciente fue el cabildeo para la aprobación de la reforma constitucional de la Ley Guardia Nacional con la que se extiende hasta el 2028 el apoyo de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública, una propuesta inicialmente por el Gobierno Federal y “continuada” por una legisladora priísta.
Asimismo, ha sabido representar al presidente Andrés Manuel López Obrador a lo largo y ancho del país, en proyectos importantes, como la obra del acueducto “Cuchillo II”, para garantizar el abasto de agua para Monterrey y la zona metropolitana, en Nuevo León.
Pero lo más importante es que cuenta con la venia y respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador quien considera a Adán Augusto como un hombre de confianza, un gran interlocutor, funcionario de “diez”, su gallo para el 2024.
Con López Hernández regresó el diálogo, se construyeron puentes políticos, se fortaleció la democracia y se calmaron los ánimos, sostienen analistas políticos.
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