Tabasco es un estado que tiene 24,738 km2 en
territorio, representando sólo el 1.6% del territorio nacional, es por donde se
descarga el equivalente al 30% del agua que llueve en el país. Aproximadamente
el 60% de su territorio está a un nivel inferior, a 20 metros sobre el nivel
del mar (msnm), por lo que se trata de un terreno prácticamente plano, rodeado
por las montañas de Chiapas y Guatemala, donde extensas zonas con lluvias de
las más copiosas del país y con ríos muy azolvados que se interfieren en sus
confluencias, hacen prácticamente imposible el evitar las inundaciones.
Cada año, esta entidad federativa sufre las peores
inundaciones, sin embargo, aunque pareciera que nada se puede hacer para evitar
esto, no es así; en marzo de 2008, medio año después de las severas
inundaciones de 2007 (que, según cifras oficiales dejaron un saldo de millón y
medio de damnificados, daños materiales por más de 2,900 millones de dólares de
ese año o lo equivalente a 29.3% del PIB estatal y 17 municipios declarados
zona de desastre), un grupo de investigadores de los institutos Politécnico
Nacional, de Ingeniería de la UNAM, Mexicano de Tecnología del Agua y Mexicano del Petróleo, así como del Colegio
de Posgraduados de Chapingo, presentaron un informe al Senado de la República
en el que asentaron las causas de las inundaciones en esa parte de México.
Documentaron que la alta vulnerabilidad a las
inundaciones de esa entidad se debe, entre otros factores, a la presencia de
asentamientos humanos en zonas de riesgo; y la disminución de la capacidad de
los causes de los afluentes; así como a la falta de infraestructura hidráulica
de control en los ríos de la sierra, Usumacinta y Carrizal y de un plan
integral de manejo de crecientes.
A 12 años de distancia, las cosas poco han
cambiado. Hoy, buena parte del territorio tabasqueño está convertido
oficialmente en zona de desastre y miles de personas llevan viviendo más de un
mes en poblaciones donde el agua literalmente les llega al cuello.
Hay que recordar que el 9 de noviembre pasado, se
publicó en el Diario Oficial de la Federación la declaratoria de desastre
natural, con lo cual Tabasco puede acceder a los recursos del Fondo Nacional de
Desastres, con lo que se pudiera apoyar a los municipios que se encuentran en
total desastre; el rechazo fue unánime, pero el gobierno de la 4T, aún sin
escuchar al pueblo que reclamaba que esto no fuera así, aprobó dicha
eliminación del Fonden.
Ante tal emergencia, los mexicanos esperábamos un
plan nacional, como lo hubo en sexenios pasados, si no para remediar, sí para
apoyar a las familias que así lo necesitan, pero no fue así, la espera para que
los apoyos a las miles de familias sigue; ahí abandonados a su suerte los
tabasqueños viven el día a día sin apoyo alimenticio, muchos de los que viven
sobre la carreteras, no tienen siquiera un techo para resguárdese, las que
pudieron encontrar algún albergue, no tienen un sustento económico, pues con
las lluvias también se fueron sus campos de cultivo y los que eran empleados,
perdieron la oportunidad de ganarse la vida, como lo habían venido haciendo.
El pueblo
siempre ha sido solidario, ante cualquier emergencia hemos visto cómo los
mexicanos tienden la mano a sus hermanos de clase, con lo poco que tienen se
quitan el pan de la boca para dárselo a quien más lo necesita, lo hemos visto
cuando el terremoto sacudió a la Ciudad de México, cuando en años pasados
también hubo damnificados en el estado de Veracruz, en esta pandemia el pueblo
también se solidarizó; el hoy Movimiento Antorchista Nacional apeló a su
estructura en los 32 estados de la República, hizo un llamado para que de
manera urgente se instalaran centro de acopio y se enviara ayuda al pueblo
tabasqueño, cumplimos con creces; la noticia del envío de más de 80 toneladas
de ayuda no se hizo viral en los grandes medios de comunicación, pero los
tabasqueños la recibieron; el esfuerzo y el trabajo de los activistas y
plenistas de todo el país se hizo presente, se demostró que de manera
organizada el pueblo envió ayuda a Tabasco, productos de primera necesidad como
ropa, despensas, medicamentos y otros fueron entregados en colonias y pueblos
que se encontraban en un total abandono.
Antorcha cumplió con esta gran hazaña, hemos
demostrado que sin ser gobierno hemos podido brindar ayuda a quien lo necesita,
que la organización de las masas crea una fuerza que es capaz de vencer las
grandes dificultades, hoy por hoy, Antorcha es la única organización que se
pronunció a nivel nacional y llegó hasta Tabasco para decirle que Antorcha no
los deja solos, que sus hermanos de clases siempre brindará lo poco que tienen
para salir adelante.