Tijuana, BC.- Innovar el sistema pedagógico del Instituto de Capacitación
y Adiestramiento Profesional (ICAP), cambiar la imagen negativa que la
ciudadanía pueda tener de la policía y asegurar la educación continua de los
elementos, son los principales objetivos de Marco Orlando Banalo Michel.
A unos meses de su nombramiento como Director del ICAP, Banalo Michel
tienen muy claros los retos que le implica el cargo porque los vislumbró antes
de decidir participar en la primera convocatoria emitida por la Secretaría de
Seguridad y Protección Ciudadana Municipal (SSPCM) para asignar una dirección.
El cargo lo obtuvo después de participar en un proceso de selección que
le valió pasar por una fase de tres entrevistas y ser elegido de entre 23
aspirantes de experiencia como lo fueron exdirectores así como subcomandantes.
Su preparación académica y su larga
carrera en el ramo de seguridad pública, consideró el funcionario, fueron la
clave para obtener el titulo de director de ICAP.
De militar a director
Desde muy joven sintió la atracción por el tema de seguridad y al cumplir
los 18 años se enlistó en el ejército mexicano en el Quinto Batallón de
Infantería. Posteriormente, ingresó a trabajar en el Sistema Estatal
Penitenciario, donde desarrolló el don de mando.
Ahí fue pionero en los Grupos de Reacción Inmediata (antes llamado Grupo
Especial de Intervención Penitenciaria) dedicados a apoyar en los conflictos
del sistema penitenciario, donde también dejó su huella al diseñar el logo que
aún representa a la corporación.
En 2006 ingresó a la Secretaría de Seguridad de Protección Ciudadana
Municipal donde comenzó como policía comercial. En ese entonces, recuerda
Banalo, solo bastaba con tener la secundaria para convertirse en oficial, pero
él tenía el interés de “avanzar” por lo que aprovechó la oportunidad de
continuar su formación académica.
Al terminar su educación básica, comenzó a estudiar la licenciatura en
Derecho durante sus días de descanso y, justo al año, recibió la oportunidad de
una beca que le cubría al cien por ciento la licenciatura en Seguridad Pública
en la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), por lo que decidió hacer
su máximo esfuerzo.
En 2017, Banalo migró a las filas de la policía municipal preventiva al
tiempo que concluyó la maestría en Justicia Penal e inició la maestría en
Seguridad Pública, la cual terminanó con mención honorífica. Posteriormente,
cursó otra en Ciencias Forenses y para 2020 finalizó un doctorado en Derecho
Penal.
Actualmente estudia una especialidad en Protección Civil y Gestión
Integral de Riesgos. Sin embargo, su nuevo nombramiento le está brindando la
oportunidad de aplicar todo lo aprendido en sus largas horas de estudio para
innovar el sistema pedagógico del ICAP.
La preparación académica siempre fue fundamental, señaló el funcionario,
porque su objetivo siempre ha sido cambiar la percepción que la ciudadanía
tiene de los policías, modificar las
condiciones de capacitación de los oficiales así como buscar que estos tengan
una relación más efectiva con la ciudadanía.
La preparación constante es la clave del éxito
Para Banalo Michel la preparación constante es la clave del éxito de toda
persona, pero en el caso específico de los policías la considera de mayor
relevancia porque son los encargados de brindar la seguridad a la sociedad y al
cambiar la formación académica de los oficiales, también se transforma la
percepción que la ciudadanía tiene de ellos.
Banalo lo sabe perfectamente porque fue militar, policía, supervisor y
ahora director, logro que consiguió gracias a su preparación, lo que quedó
ratificado el día que fue electo de entre 23 aspirantes y que fortaleció su
visión de llegar a ser secretario de seguridad.
Del proceso de selección a su nombramiento
El oficial Marco Orlando Banalo Michel leía el periódico cuando se
encontró con la convocatoria que la Secretaría de Seguridad y Protección
Ciudadana Municipal (SSPCM) había publicado, este año, con el objetivo de
nombrar al próximo director del ICAP.
De entrada, recordó el ahora director, la revisó con cierto escepticismo
pues no daba crédito a que el gobierno abriera la designación de un funcionario
de esa categoría al público en general, pero una vez que constató la veracidad
de la misma, la consideró como la oportunidad que estaba esperando.
Para su fortuna, las variables se coordinaron con precisión. El último
día de la convocatoria coincidió con su
día de descanso, por lo que pudo llevar la documentación tranquilamente y
después solo quedaba esperar; esa parte que parecía tan sencilla resultó para
Banalo algo difícil porque los nervios lo mantenían ante la expectativa.
Tras pasar dos semanas y no escuchar el teléfono sonar, se desanimó. Sin
embargo, esa sensación desapareció casi inmediatamente porque poco después
recibió una llamada que le indicó día, hora y lugar para su primera entrevista.
La emoción lo embargó y perduró así hasta el momento en que, al presentarse en
las instalaciones de Seguridad Pública, descubrió que “la competencia era de
calidad”.
“Hasta aquí llegué, pensé, pero los demás se mostraron amistosos al
reafirmarme que la oportunidad era para todos. Entonces, mi corazón acelerado
por los nervios se comenzó a relajar”, narró Marco Orlando, con una sonrisa de
tranquilidad al ver que la competencia no solo era de calidad, sino digna.
A los pocos días recibió otra llamada para acudir a una segunda
entrevista. Eran menos los participantes, pero la competencia seguía siendo muy
distinguida. Después de las entrevistas, inició una sesión de votos para
determinar a los 5 finalistas. A Marcos Orlado no se le hizo raro escuchar
otros nombres, pero de pronto escuchó su apellido “Banalo, Banalo, Banalo” y su
corazón empezó a retumbar.
La última fase de selección consistió en presentar un proyecto de trabajo
como si fuera director del Icap. La premura con la que lo solicitaron le
complicó la forma de presentación, ya que, el conocimiento lo tenía, las ideas
le fluían, pero su trabajo no le daba el tiempo suficiente para preparar un
documento profesional.
El día de la entrega acudió con un sentimiento de incertidumbre, pues
observó que los demás participantes llevaban sus proyectos engargolados,
oportunidad que no había tenido él, por lo que un simple folder salvaguardaba
las hojas que contenían sus mejores ideas para el Icap y, por ese detalle,
imaginó que él no sería el seleccionado.
Innovar el sistema pedagógico del instituto de capacitación: su objetivo
Innovar el sistema pedagógico del ICAP no solo diseñando programas, sino
desarrollando otras facilidades para los elementos de seguridad pública, es uno
de los principales proyectos que realizará durante de su gestión.
Dentro de esas estrategias destaca el apoyo a los oficiales que egresen
de la Licenciatura de Seguridad Pública para que cursen también diplomados de
forma gratuita, pues su idea es retribuir a la sociedad, con la preparación de
los oficiales, el beneficio que la corporación le brindó a él para salir
adelante.
Otra de sus metas es cambiar la imagen negativa que la ciudadanía pueda
tener de la policía a través del diseño, preparación e impartición de
diplomados con dinámicas pedagógicas que permitan el acercamiento
oficial-comunidad, pues la experiencia que ha obtenido de esos cursos es que al
cambiar la relación entre esos dos entes “algunos ciudadanos terminan
alistándose en la policía”.
La experiencia del actual director del ICAP le ha permitido consentir que
la estructuración de la seguridad tiene sus propios lineamientos y representa
un gran reto innovar un sistema que es, por excelencia, estratégico y
tradicional, situación que siempre toma en cuenta al momento de diseñar los
diplomados para detectar áreas de oportunidad .
Asegurar la educación continua: su enfoque
El enfoque que quiere brindar Banalo al ICAP es la educación continua.
Para asegurar esto ofrece diplomados gratuitos tanto para alumnos egresados
como para docentes del propio instituto educativo. Lo único que exige de los
elementos que se inscriben es
dedicación, ya que, el mayor costo para estos estudiantes es disponer de su
tiempo de un modo comprometido.
El también docente a nivel licenciatura y maestría informó que el
instituto de capacitación ofrece el Diplomado en Seguridad Ciudadana y
Proximidad Policial que ha implementado a los largo de 4 generación y está
orientado a la seguridad del ciudadano con un especial énfasis en la proximidad
del policía con el ciudadano.
“Al darse de alta como oficial no se da de baja de la sociedad, sigue
siendo padre, hermano, hijo, vecino o madre de familia”, afirmó Banalo Michel
al señalar que es prioridad que los policías comprendan eso durante el
diplomado para que no se sientan distintos de la demás población y asuman, con
responsabilidad, el puesto de agentes de seguridad, pues de ellos depende la
seguridad de su comunidad y de su familia.
Otro de los diplomados es el Programa Integral para Mandos Policiales que
consta de tres módulos. El primero es la actualización de las funciones
policiales que trabaja el encadenamiento al marco normativo de la seguridad
pública; el segundo es de especialidades operativas dedicada a las intervenciones
que ellos tienen que hacer, y el tercero es gerencia policial, diseñada para
instruir en el don de mando a los oficiales.
Generar una nueva atmósfera en el ICAP
El oficial disfruta mucho de su actual labor pedagógica y al mismo tiempo
busca generar una nueva atmósfera en la dirección del ICAP a través de la
participación de todos los involucrados para conocer las inquietudes de la
corporación que le permita tener una planeación efectiva.
Para Marco Banalo “valen más amigos que dinero”, principio que asume en
muchas de las contribuciones que realiza de manera gratuita y que han adoptado
sus diferentes docentes al impartir
clases en el ICAP sin cobrar.
Finalmente, el funcionario reconoce lo grato que es para él trabajar en
la vinculación ciudadana porque le permite conocer directamente a los
habitantes de las colonias, escuchar sus problemas y ayudar a resolverlos
“porque el diálogo es una apertura para generar lazos y fortalecer el tejido
social”.
Para la presidenta municipal, Karla Patricia Ruiz Macfarland es de suma
importancia la seguridad, por lo que por lo que apoya e incentiva los ideales
que coadyuven a mejorar tanto el trabajo de las fuerzas como la percepción de
la ciudadanía para así lograr la armonía en beneficio de todos.