A LA OPINIÓN PUBLICA:
Nos atenemos al severo juicio de la
historia que, a su tiempo, siempre pone las cosas en su lugar.
BAJA CALIFORNIA
Redacción/Quihubole!!!
TIJUANA, a 16 de octubre de 2017.- El viernes 13 de octubre, mientras
más de 30 mil antorchistas despedíamos en Huitzilan de Serdán a Manuel
Hernández Pasión, acribillado de forma artera y cobarde el día 10 de octubre
por el cacicazgo de la Sierra Nororiental de Puebla, la Secretaría de Defensa
de Derechos Humanos del Comité Ejecutivo Nacional de Morena se cebaba sobre el
luto con la emisión de un comunicado, en el que acusa al Movimiento Antorchista
de mantener un “férreo control en Huitzilan de Serdán” a través de “asesinatos,
persecuciones y abusos de diversa índole”; además, intenta defender sin éxito
al cacique Alonso Aco Cortés, convertido ahora al morenismo, de las acusaciones
hechas por nosotros, con respecto a la presunción de su responsabilidad en el
crimen del joven antorchista y líder de los indígenas huitziltecos, Manuel
Hernández Pasión.
Antes de pasar adelante, queremos manifestar que Antorcha no desea
polemizar con los integrantes de Morena porque no saben debatir racionalmente,
dada su pobre y mañosa argumentación. Y damos una primera prueba de ello: su
comunicado inicia con un rosario de acusaciones graves contra nosotros, ninguna
de las cuales prueban ni por error. Su deshonestidad intelectual es tan grande
y su inconsecuencia es tan profusa que exigen pruebas de nuestras presunciones,
sin que ellos ofrezcan nada rescatable como prueba de sus dichos que, en el
colmo, ni siquiera tienen el mérito de la novedad, sino que son las mismas
viejas acusaciones lanzadas por los propios caciques asesinos de Huitzilan.
Dicho esto, sentamos postura sobre las ideas principales del comunicado
de la Secretaría de Defensa de Derechos Humanos de Morena, en aras de que la
opinión pública norme su criterio y no se interprete nuestro silencio como una
aceptación de las absurdas e injustas acusaciones que nos lanzan:
Primero. Morena defiende a la basura que recoge, en su intento por
hacerse de adeptos políticos. Es sorprendente la desfachatez con la que Morena
sale a respaldar la “calidad política” de sus militantes. Alonso Aco Cortés no
es un “izquierdista de toda la vida”, como quiere hacer creer el comunicado,
otra vez, sin más pruebas que su saliva. Alonso Aco es un cacique saltimbanqui
que lo mismo se identifica con la derecha, con el centro o con la izquierda,
según sea la filiación de su padrino político en turno: es un morenista de
última hora, partido que lo usa como ariete. Se ve que, en esta última apuesta,
Alonso Aco no se equivocó; el comunicado de ese partido es la prueba más
contundente de que halló al padrino indicado para lograr sus fines
particulares, que son la explotación de la mano de obra campesina y el interés
enfermizo para retomar el poder del municipio con las artes más sucias que ha
conocido la humanidad, no importando si con ello se lleva la vida de los
huitziltecos. El error de Morena es haberlo aceptado en sus filas; esto demuestra
con cuánta seriedad podemos tomar los “argumentos” del comunicado que lo
defiende y cuán urgida está de fuerza política al grado que recoge lo que le
caiga. Son persistentes en su error: ahí está el apadrinado de su líder
nacional, José Luis Abarca, asesino de los normalistas de Ayotzinapa; el
denigrante caso de la veracruzana Eva Cadena, recibiendo dinero para la campaña
de su líder nacional, o el más reciente caso del delegado morenista de Tláhuac,
en la Ciudad de México, a quien se le ha ligado con el crimen organizado. Sobre
Alonso Aco, saquen ustedes sus conclusiones.
Segundo. Morena no conoce Huitzilan de Serdán. La forma tan absurda en
que se escribe el comunicado denota la ignorancia descomunal de Morena, o del
redactor del mismo, sobre Huitzilan de Serdán; es claro que se encuentra en la
inopia de los sucesos políticos de este municipio de la Sierra Nororiental de
Puebla: no sabe que Huitzilan es un pueblo que ha progresado bastante en
términos de infraestructura con los gobiernos antorchistas, no sabe que Manuel
Hernández Pasión logró obras tan grandes como un hospital, una unidad
deportiva, la construcción de una casa de cultura, carreteras para las
comunidades, apoyos directos al campesino y muchas obras más que sumaron, sólo
durante su gestión, más de 470 millones de pesos y que no hay un solo alcalde
en México, de un municipio con la misma población, que pueda presumir algo
siquiera parecido. Ése es el “férreo control” al que se refieren los
morenistas. Por eso, los funerales del líder asesinado duraron tres días y por
eso a su última morada lo acompañaron más de 30 mil personas, y era conmovedor
ver a los indígenas realmente dolidos e indignados por la muerte de su
dirigente.
En contraparte, no saben o no quieren ver los crímenes de Alonso Aco,
sus hermanos y algunos de sus familiares: la explotación laboral de los
indígenas para surtir sus expendios de café en las grandes ciudades, el robo de
información científica a investigadores del Politécnico Nacional, el fraude a
accionistas de sus empresas, el robo de tierras a los campesinos y en el
asesinato de presidentes municipales antorchistas, como el de Ignacio Gómez
Cipriano, que fue planeado por Jerónimo Aco Huerta, tío de Alonso, y ejecutado
por el pistolero Francisco Galindo; ambos fueron condenados por este crimen y
estuvieron en la cárcel. El hermano de Alonso, Rolando, es prófugo de la
justicia por el delito de fraude genérico. En todos los casos, hay testimonios
de los campesinos, que pueden ser presentados como pruebas, hay también órdenes
de aprehensión e investigaciones realizadas por la justicia. Ésa es la fichita
a la que defiende Morena por ser su “compañero” y un “luchador social”.
Tercero. El asesinato de Manuel Hernández Pasión no es el primero.
Desde la década de los años 80, los caciques y sus pistoleros han asesinado a
varios presidentes municipales antorchistas de Huitzilan: Bartolomé Tadeo
Arellano, Ramírez Velázquez Gobierno, Francisco Luna Gobierno, Ignacio Gómez
Cipriano, así como el líder antorchista Máximo de la Cruz Rivera y, finalmente,
Manuel Hernández Pasión. Nombramos a todos ellos sólo para dar un prueba de que
las balas las hemos recibido los antorchistas. Pero podemos presentar una lista
larga de campesinos antorchistas que cayeron asesinados por el cacicazgo. De
todos estos casos hay expedientes y pruebas contundentes, y si sólo Jerónimo
Aco Huerta ha sido sentenciado eso se debe a que las instancias de justicia en
turno y grupos poderosos en el gobierno estatal ofrecieron impunidad a los
caciques y sus pistoleros. Eso es, exactamente, lo que no queremos que suceda
ahora con los autores intelectuales y materiales del asesinato de Manuel
Hernández, y por eso exigimos justicia y aplicación de la ley al Gobierno del
estado y a la Fiscalía General del Estado.
Ahora le exigimos a Morena que diga cuáles “asesinatos, persecuciones y
abusos” supuestamente cometidos por Antorcha: nombres, hechos e investigaciones
serias, y no sólo su saliva, que no prueba absolutamente nada.
Cuarto. Exigimos que la Fiscalía General del Estado investigue como
probable autor intelectual en el crimen a Alonso Aco Cortés. Es falso que
nosotros hayamos dicho que Alonso Aco accionó el gatillo del R15 que asesinó a
Manuel Hernández Pasión. Lo que sostenemos es que, dado este historial de crímenes
y dado que Manuel representaba un peligro para los intereses de quienes se
enriquecen a costa de la explotación de los indígenas, existen elementos para
presumir su participación en el crimen. Alonso Aco y su membrete (el Consejo
Ciudadano) eran un grupito político a punto de la extinción política, hasta que
llegó Morena a revivirlo y a envalentonarlo; en ese ambiente es en el que matan
a Manuel Hernández Pasión. Pero la justicia tiene la última palabra.
Finalmente. A todos los que deseen constatar lo que aquí hemos dicho,
obviamente Morena incluida, los invitamos a que vayan a Huitzilan de Serdán
para que sean los indígenas quienes les cuenten los abusos de la mafia que
encabeza Alonso Aco y su grupito de seguidores. ¡Que hable el pueblo de
Huitzilan de Serdán! Nosotros, como siempre, nos atenemos al severo juicio de
la historia que, a su tiempo, siempre pone las cosas en su lugar.
Atentamente
La Dirección Nacional del
Movimiento Antorchista