sábado, 4 de junio de 2016

Nada Personal

Llego la Hora de la Verdad

Por: Jorge Escobedo
Triste nuestro caso que nos tocará elegir presidente y diputados entre tantos candidatos mentirosos, olvidadizos, hipócritas y transgresores de la ley. No es otra cosa la que se desprende del esfuerzo por hacerse los olvidadizos cuando se les pone el dedo de la clase de hipócritas.
Hipocresía, cinismo, desigualdad, oportunismo y corrupción es la base que alimenta las diferentes ramas en que se puede dividir el tema con más tabú del mundo, cómo es la política.
Vamos a comentar de los políticos oportunistas que se aprovechan con hipocresía de personas de bajos recursos para conseguir un voto que les puedan favorecer para ganar una curul en el congreso o palacio municipal.
Más claro que el agua cristalina no puede estar, los políticos en general están implementando la famosa idea de Caius Lulius César emperador romano en los años 140 A.C, y es que los sinvergüenzas modernos se aprovechan de la desigualdad que existe en los distritos y municipios más marginados.
Los candidatos recorrieron cerros y caseríos entregando despensas y regalando dinero, sin ver el riesgo constante de colapsarse, por una parte es bueno para la familia recibir una bicoca de esa bola de hipócritas desfachatados que sólo buscan y piensan en su propio beneficio.
Son hipócritas los candidatos que asisten a cultos en iglesias evangélicas una vez al año y sólo lo hacen para ganar el voto, Hipócrita por combatir pobreza gastando una millonada de pesos en publicidad, brutos, bocones, atrevidos, obscenos, xenófobos y nefastos.
La avaricia les gana, les vale un soberano cacahuate el pueblo, a ellos sólo les interesa su porvenir, quizás quieren hacer crecer sus cuentas bancarias y propiedades cada vez más, no tienen llenadera.
Hay quienes hasta aseguran que van ser el alcaldes cuando ni siquiera saben de política, hay otros que salieron cabrones sin darse que se están quedando solos. En fin, hay de todo en la viña del señor.
Ni hablar, rl hocico les huela a orín, les huele, y muy mal. Ojo señores, no sería bueno para nada tomarlos en cuenta para futuras administraciones porque no tienen intención alguna de ayudar a la ciudadanía. No es necesario mencionar sus nombres, son bien conocidos.
Bien conocidos porque ya estando sentados en el poder cambian, cuando uno va a buscarlos, se esconden, cuando uno les habla por teléfono, no contestan, cuando uno los aborda, ni se acuerdan como nos apapachaban y hasta de nuestras abuelitas preguntaban cuando iban en busca del voto.
Y qué decir de los políticos que ya estando en el poder, lo hacen esperar largas horas solo para escuchar de sus secretarias “el señor tuvo que salir urgente, deje su número nosotros le hablamos”.
Ahí también andan caciques del poder que buscan cargos y dinero, son ambiciosos y no les interesa servir a la gente, son hipócritas y embusteros que abuzan de las tragedias y de la pobreza de los electores.
Imagínese usted, en materia política se vale no sólo hacerse el loco y preguntar sobre lo obvio, sino además engañar a mansalva cuando de llegar al poder se trata. Son los mismos políticos de siempre. Todos buscan subterfugios, fingen y meten gol a una institución inocua, inútil y absolutamente prescindible (al menos tal y como se ve hasta ahora) Haría falta una purga a los políticos que se pasean por la pasarela animados a participar en las elecciones.
Como decía al inicio, es triste nuestro caso que nos toca elegir, como aquel condenado a la pena capital: entre la silla eléctrica o la horca. Aquí, sería entre quien mienta más, se anuncie más y tenga capacidad infinita para hacerse el idiota. Ya puede entender por qué la gente (yo incluido) no siente nada de entusiasmo para elegir presidente o diputado. Estamos muertos.
Yo no sé si usted vaya a ir a votar el próximo, pero si va, en la íntima reflexión tras la mampara de la casilla, cruce la boleta por el candidato de su preferencia, por el que considere el mejor, o el menos malo, al margen de presión alguna.
Yo lo invito a que asista y vote, pero vote por los menos mentirosos, los menos olvidadizos, los menos hipócritas, o los menos transgresores de la ley. Llego nuestra oportunidad de pagarles con la misma moneda, no reciba lo que le den y denuncie. Hoy es cuando, mañana no lloremos como mujeres lo que el domingo estará en nuestra manos defender como hombres nuestro futuro. 
Y ante las dudas sobre intromisiones, compra de votos y presiones, que los partidos preparen bien a sus representantes, que vigilen bien la elección, y que denuncien formalmente cualquier irregularidad.
Ojalá haya llegado la hora de ponernos de pie, de recuperar nuestra dignidad como seres humanos, de llenarnos de coraje para insistir en la tecla tocada ya por algunos y que no es otra que la de superar la hipocresía y el cinismo institucionalizados. Nos merecemos un pueblo mejor.
De ahí que la única forma de acabar con los vividores de la política, es la misma que tenemos los mexicanos para castigar a los malos gobiernos. VOTANDO CONTRA ELLOS. Pero que conste… No es nada personal.