Llego la Hora de la Verdad
Por: Jorge Escobedo |
Triste
nuestro caso que nos tocará elegir presidente y diputados entre tantos
candidatos mentirosos, olvidadizos, hipócritas y transgresores de la ley. No es
otra cosa la que se desprende del esfuerzo por hacerse los olvidadizos cuando
se les pone el dedo de la clase de hipócritas.
Hipocresía,
cinismo, desigualdad, oportunismo y corrupción es la base que alimenta las
diferentes ramas en que se puede dividir el tema con más tabú del mundo, cómo
es la política.
Vamos a
comentar de los políticos oportunistas que se aprovechan con hipocresía de
personas de bajos recursos para conseguir un voto que les puedan favorecer para
ganar una curul en el congreso o palacio municipal.
Más
claro que el agua cristalina no puede estar, los políticos en general están
implementando la famosa idea de Caius Lulius César emperador romano en los años
140 A.C, y es que los sinvergüenzas modernos se aprovechan de la desigualdad
que existe en los distritos y municipios más marginados.
Los
candidatos recorrieron cerros y caseríos entregando despensas y regalando
dinero, sin ver el riesgo constante de colapsarse, por una parte es bueno para
la familia recibir una bicoca de esa bola de hipócritas desfachatados que sólo
buscan y piensan en su propio beneficio.
Son
hipócritas los candidatos que asisten a cultos en iglesias evangélicas una vez
al año y sólo lo hacen para ganar el voto, Hipócrita por combatir pobreza
gastando una millonada de pesos en publicidad, brutos, bocones, atrevidos,
obscenos, xenófobos y nefastos.
La
avaricia les gana, les vale un soberano cacahuate el pueblo, a ellos sólo les
interesa su porvenir, quizás quieren hacer crecer sus cuentas bancarias y
propiedades cada vez más, no tienen llenadera.
Hay
quienes hasta aseguran que van ser el alcaldes cuando ni siquiera saben de
política, hay otros que salieron cabrones sin darse que se están quedando
solos. En fin, hay de todo en la viña del señor.
Ni
hablar, rl hocico les huela a orín, les huele, y muy mal. Ojo señores, no sería
bueno para nada tomarlos en cuenta para futuras administraciones porque no
tienen intención alguna de ayudar a la ciudadanía. No es necesario mencionar
sus nombres, son bien conocidos.
Bien
conocidos porque ya estando sentados en el poder cambian, cuando uno va a
buscarlos, se esconden, cuando uno les habla por teléfono, no contestan, cuando
uno los aborda, ni se acuerdan como nos apapachaban y hasta de nuestras
abuelitas preguntaban cuando iban en busca del voto.
Y qué
decir de los políticos que ya estando en el poder, lo hacen esperar largas
horas solo para escuchar de sus secretarias “el señor tuvo que salir urgente,
deje su número nosotros le hablamos”.
Ahí
también andan caciques del poder que buscan cargos y dinero, son ambiciosos y
no les interesa servir a la gente, son hipócritas y embusteros que abuzan de
las tragedias y de la pobreza de los electores.
Imagínese
usted, en materia política se vale no sólo hacerse el loco y preguntar sobre lo
obvio, sino además engañar a mansalva cuando de llegar al poder se trata. Son
los mismos políticos de siempre. Todos buscan subterfugios, fingen y meten gol
a una institución inocua, inútil y absolutamente prescindible (al menos tal y
como se ve hasta ahora) Haría falta una purga a los políticos que se pasean por
la pasarela animados a participar en las elecciones.
Como
decía al inicio, es triste nuestro caso que nos toca elegir, como aquel
condenado a la pena capital: entre la silla eléctrica o la horca. Aquí, sería
entre quien mienta más, se anuncie más y tenga capacidad infinita para hacerse
el idiota. Ya puede entender por qué la gente (yo incluido) no siente nada de
entusiasmo para elegir presidente o diputado. Estamos muertos.
Yo no
sé si usted vaya a ir a votar el próximo, pero si va, en la íntima reflexión
tras la mampara de la casilla, cruce la boleta por el candidato de su
preferencia, por el que considere el mejor, o el menos malo, al margen de
presión alguna.
Yo lo
invito a que asista y vote, pero vote por los menos mentirosos, los menos
olvidadizos, los menos hipócritas, o los menos transgresores de la ley. Llego
nuestra oportunidad de pagarles con la misma moneda, no reciba lo que le den y
denuncie. Hoy es cuando, mañana no lloremos como mujeres lo que el domingo
estará en nuestra manos defender como hombres nuestro futuro.
Y ante
las dudas sobre intromisiones, compra de votos y presiones, que los partidos
preparen bien a sus representantes, que vigilen bien la elección, y que
denuncien formalmente cualquier irregularidad.
Ojalá
haya llegado la hora de ponernos de pie, de recuperar nuestra dignidad como
seres humanos, de llenarnos de coraje para insistir en la tecla tocada ya por
algunos y que no es otra que la de superar la hipocresía y el cinismo institucionalizados.
Nos merecemos un pueblo mejor.
De ahí que
la única forma de acabar con los vividores de la política, es la misma que
tenemos los mexicanos para castigar a los malos gobiernos. VOTANDO CONTRA
ELLOS. Pero que conste… No es nada personal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario