lunes, 16 de marzo de 2015

Cicuta


Jaime Flores Martínez
Cicuta.com.mx   twitter:@jaimecicuta
Lujuria

Seducido por la posibilidad de alcanzar algún puesto de elección popular, el propietario del prostíbulo más popular de Tijuana decidió echar mano de todos sus recursos disponibles para convertirse en posible gobernante. 
Muy pocos saben que don Gerardo Álvarez Jiménez, dueño del antro de moda en la zona norte de Tijuana, se inscribió hace un par de semanas para contender por la presidencia de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) Tijuana. 
Obvio que don Gerardo no obtuvo ni un miserable voto pues en la exposición de motivos se presentó como empresario gasolinero. Algunos de ellos dibujaron una sonrisa, pues don Gerardo no es precisamente un inversionista dedicado al expendio de combustible. 
Durante el último tercio del año pasado, el señor Álvarez salió a flote por el escándalo generado por la construcción de un expendio de gasolina a unos metros del plantel escolar Alba Roja, ubicado en el primer cuadro de la ciudad de Tijuana. 
En aquel momento decenas de padres de familia se manifestaron en contra de la construcción de una gasolinera que obviamente pone en grave peligro a los educandos. Además, el uso de suelo exigido por el gobierno municipal no permite que ese tipo de negocios se instalen tan cerca de las escuelas. 
Aun así, a don Gerardo le valió pito la inconformidad social pues de inmediato gestionó y obtuvo un amparo del Tribunal de lo Contencioso Administrativo que --en este caso-- le permitió continuar con la obra. 
 Don Gerardo siente que sus detractores le pelan las muelas pues goza de la amistad del actual delegado municipal de la zona centro de Tijuana Karim Chalita. Este último despachó como presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Tijuana hasta iniciada la presente administración municipal. 
Al principio de este trienio Karim Chalita fue nombrado delegado de la zona centro, justo donde su compadre Gerardo Álvarez tiene la mayoría de sus negocios, incluidos sus burdeles y las gasolineras. 
Por si alguien lo ignora, don Gerardo despachó como vicepresidente de la Cámara Nacional de Comercio de Tijuana justo en los tiempos de Karim Chalita Rodríguez como presidente. Karim Chalita y Gerardo Álvarez son amigos íntimos.

Algunos consejeros descalificaban que Karim ofreciera tantísimas facilidades a un personaje cuya fuente de ingresos es la explotación de las mujeres en su burdel. 
En ese negocio proliferan los borrachines lujuriosos que dan rienda suelta sus instintos. Colindante con el mentado prostíbulo, funciona un hotel cuyo piso luce desgastadísimo de tanto tránsito. Alguien afirma que allí se camina sobre un surco. Así de transitado. 
Un empresario que presenció la elección del nuevo presidente de la Coparmex, estima que don Gerardo tiene sus razones para asumirse como integrante del sector patronal, pues no cualquiera tiene 200 empleadas dedicadas al oficio más antiguo del mundo. 
Obvio que las carretadas de dinero que obtiene cada noche, puede canalizarlas al sitio que se le antoje. 
Si bien las gasolineras no gozan de la mejor reputación por la añeja práctica de vender litros de a medio litro, la conservadora sociedad mexicana mantiene satanizada a la mujer dedicada al sexo servicio. 
Al menos en Tijuana (si hablamos de la sociedad más conservadora) el desacuerdo es mayúsculo si se trata del detrimento de la imagen de una ciudad que ha luchado por romper los paradigmas. 
Durante varias décadas la ciudad de Tijuana fue tachada como el burdel más grande del país, aunque la percepción social ha cambiado radicalmente durante la última década. 
Ahora la visión de una gran parte de los mexicanos es que Tijuana se sustenta en una  sociedad pujante cuyo mayor desventaja es la lejanía con el centro del país. 
El empresario que charló con Cicuta estima que aunque los sueños de Álvarez son legítimos, existe el riesgo de que los antros de visión proliferen. Ah, claro, eso si el señor Álvarez cumple su cometido y alcanza en algún momento un puesto de elección popular que --Dios quiera-- no sea la presidencia municipal.


Amarre 
Más allá del riesgo que representa para los medios de comunicación el desplegado oficial del viernes contra un periódico bajacaliforniano, vale la pena destacar que --en un hecho sin precedentes--, los gobiernos panistas y priistas se pusieron de acuerdo. 
En el desplegado del viernes, firmado por los tres alcaldes priistas, los dos panistas y el gobernador blanquiazul, quedó claro que debieron ponerse de acuerdo para emprender tan audaz encontronazo. 
Se supone que el gobernador Francisco Vega se encargó de coordinar la integración del alcalde de Mexicali Jaime Díaz Ochoa y del rosaritense Silvano marca Macklis. A su vez el alcalde de Tijuana, el priista Jorge Astiazarán debió encabezar la integración del ensenadense Gilberto Hirata Chico y del tecatense César Moreno. 

El periodista Gilberto Lavenant subraya que la acción emprendida por la autoridad atenta contra aquellos que practican la libertad de expresión y qué hora están en riesgo de ser señalados y satanizados

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