lunes, 16 de marzo de 2015

23 minutos… 23 días

“Por lo pronto, hoy, mi corazón luce tranquilo”:
José Luis Castillejos Ambrocio
Viri sobrevivió 23 minutos de ataque mortal y tardaron 23 días en capturarlo. El cabalístico número 23 persiguió a Fred. Tardó 23 segundos en reaccionar frente a la policía que lo tenían cercado, allá en Querétaro, donde creyó esconderse dentro de un centro para alcohólicos

Por: José Luis Castillejos Ambrocio
joseluiscastillejos@gmail.com
@jlcastillejos
QUIHUBOLE/TAPACHULA, CHIAPAS/16/03/15.- Nunca el dolor de otros debe congratularnos. Hoy, lunes, fue capturado Fred Muñoz Nataren para que comparezca ante la justicia. Estos actos de violencia en cualquier circunstancia de la vida quebranta a dos familias: la de la víctima y la del victimario. Por nuestra parte no anidamos ningún sentimiento de odio o júbilo hacia el dolor ajeno.
Hemos actuado conforme a derecho para perseguir a un potencial feminicida que quiso asesinar a mi hija, que la violó, le robó, pero no logró quebrar su voluntad, no logró matarla. Viri sobrevivió 23 minutos de ataque mortal y tardaron 23 días en capturarlo. El cabalístico número 23 persiguió a Fred. Tardó 23 segundos en reaccionar frente a la policía que lo tenían cercado, allá en Querétaro, donde creyó esconderse dentro de un centro para alcohólicos. Su suerte estaba echada como la letra W que tiene 2 puntas hacia abajo y tres hacia arriba (23). El 2 dividido entre 3 es el 0.666, el número de la bestia. Esa bestia en que se convirtió Fred que fue doblegada, perseguida, buscada hasta caer, sin hacer un solo disparo.
Yo le prometí a mi familia y les juré que no haría nada fuera de la legalidad. Mucha gente se congratuló con su captura. A mí no me emociona eso. Me da tristeza que un tipo que no tuvo el amor en el seno familiar optara por la vía delincuencial y con ello cerrara el paso a una vida mejor, a una vida de esperanzas, de desarrollo humano.
No anida en mí ningún sentimiento de odio. Fred Muñoz Nataren está donde debe y debió estar: tras las mazmorras. Sus días serán tristes, pesados. Sus amaneceres y anocheceres serán difíciles. Tendrá todo el tiempo del mundo para revisar el paso de sus días, lo que hizo mal, lo que pudo haber hecho como joven. La comida en la cárcel no le sabrá igual. Vivirá en un espacio inundado por otros, temeroso, ojeroso.
Hoy Viri, mi hija, convalece de las heridas, demorará aún en superar las heridas del alma. Las físicas poco a poco desaparecen, y quizás le cueste olvidar los aterradores 23 minutos que le tocó vivir en los que pudo morir. Hoy espero que la justicia, que representa la figura de una mujer, tocada con una corona, que lleva una espada en la mano derecha y en la mano izquierda sostiene una balanza, sea realmente fiel y lo sancione.
Han sido largos 23 días, de desvelos, de persecución, de caza de la liebre. Nos tocaba solo aplicarle la técnica del yunque y el martillo y fuimos, Geraldine, Marcos Fonrouge y un servidor burilando estrategias, diseñando mecanismos de búsqueda. Nos convertimos en un trípode y armamos un grupo de Búsqueda y Captura Viri y cotidianamente informábamos a la policía de movimientos, números telefónicos, fotos, rastreos de casas, y con la ayuda de la sociedad a través del Twitter y del Facebook, así como de la televisión, la prensa, la radio, portales de internet, comunicados, marchas, entre otros fuimos cerrándole el cerco al fugitivo.
Nunca sentimos temor porque teníamos la fe puesta en Dios. Nunca temimos porque sabíamos que hacíamos lo correcto para Viri y por todas aquellas mujeres que no han tenido oportunidad de contar su historia, de narrar lo vivido, de sobrevivir a ataques feminicidas. En Chiapas más de una centena de mujeres han muerto en los dos últimos años y como si nada pasara. Por ellas levantamos la voz, quisimos que no quedara como un caso más, en el olvido y apostamos por la fuerza de la ley, del derecho.
Muchos “amigos” que cuidaban su chambita en el gobierno se “abrieron” se hicieron a un lado, se hicieron los locos, ignoraron el tema, me evadieron. Algunos políticos se alejaron de mí por temor a un jalón de orejas de parte del gobernador. La verdad me dan pena apena y lástima porque no saben tener dignidad ni afrontar las cosas. Otras personas, sin conocerlas me escribieron largas cartas de aliento, mensajes, bendiciones y me instaron a no desmayar. A veces el sueño y el cansancio me agotaban, pero no podía bajar la guardia. Geraldine bajó como 5 kilos de tanto desvelo, yo dormitaba, a veces en la computadora o con el sopor de la tarde.
No hay ningún sentimiento de odio. El enojo sí de un padre que casi ve morir a su hija. La frustración sí de haber perdido amigos pero la satisfacción de haber ganado miles de personas que creyeron en que hacíamos lo correcto.
Hoy espero que esa mujer que representa la justicia se descorra el velo de los ojos, que sea justa y no haga distingos, ni proteja a un potencial asesino. Que la espada que simboliza la fuerza implacable de la justicia y que la balanza que significa equilibrio nos permita en un marco de serenidad que se aplique el rigor de la ley.
“Todo pasará cuando sea el momento”.
Por lo pronto, hoy, mi corazón luce tranquilo.
¿Y el tuyo Fred?
El tuyo comenzó, desde hace 23 días, a latir aceleradamente.

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