Aunque se definió como civilista-juarista, “es de sabios cambiar de opinión”, y ante “la realidad catastrófica” en la que encontró el país y la corrupción tuvo que hechar mano del ejército mexicano.
Calificó al Ejército y a la Marina como “dos pilares del Estado” para garantizar seguridad, crecimiento y hasta la creación de empleos, por lo que una vez más, reivindicó el papel de las fuerzas armadas.
Le preguntaron sobre la postura que mantuvo antes de ser titular del Ejecutivo, cuando se pronunciaba por que el gobierno y sus tareas estuvieran en manos de civiles; López Obrador respondió: “Soy juarista y soy civilista, pero soy mexicano y tengo una tarea, que es la de transformar al país, y me encontré una realidad catastrófica, y precisamente por la corrupción, y no iba yo a poder salir si no me apoyo en las fuerzas armadas, que además tuve la suerte de que no estaban echadas a perder. Había otras secretarías de gobierno completamente entregadas a la corrupción. Y por eso eché mano de lo que tenía nuestro país”.
“No creo que haya yo dicho eso, pero, en el caso que lo haya dicho, hay un refrán, un dicho, según el cual: ‘es de sabios cambiar de opinión’. Y, aunque no estoy del todo de acuerdo, porque no creo que el fin justifique los medios, sí creo que en política, en algunos casos, lo que cuenta son los resultados. Entonces, mi reconocimiento a las fuerzas armadas, nos han ayudado mucho, con bastante sacrificio, porque también a veces eso se olvida. También en las fuerzas armadas hay asesinatos, hay desaparecidos, y hay quienes pierden la vida en las obras, sufren, padecen. Mi reconocimiento a todos ellos y a sus familiares”, agregó.
Ante pregunta expresa de que en el país se registran alrededor de 170 mil homicidios en lo que va del sexenio –más que en gobiernos anteriores–, el mandatario federal afirmó: “te voy a mostrar. ¿Por qué –dices– no baja? ¿O por qué ahora hay más violencia que antes? Te diría, primero, no hay más violencia, hay más homicidios que todo el sexenio, porque hay menos robos que en los sexenios anteriores, hay menos secuestros que en los sexenios anteriores, y delitos del orden federal, menos.
“Donde nos ha costado más es en homicidios porque se crearon bandas. ¿Y cuándo crees que se crearon las bandas que todavía enfrentamos? Durante el periodo neoliberal o neoporfirista. Las bandas más famosas.”
Y fue precisamente con Felipe Calderón con quien el número de asesinatos se disparó. “Es el campeón, (casi) 200 por ciento” de incremento.
Insistió en que la administración de Enrique Peña Nieto dejó la cifra de homicidios muy alta (36 mil 685 en 2018), y si bien en 2019 y 2020, ya bajo su sexenio, los registros se mantuvieron similares, a partir de 2021 han ido a la baja y el año pasado se reportaron 29 mil 651 asesinatos y en lo que va de 2024 suman 7 mil 155. Esto equivale, dijo, a una disminución en la incidencia de ese delito de 22 por ciento, de acuerdo con los datos oficiales.
Comentó que 2024, último año de su administración, se debe procurar que no se disparen los asesinatos, para no dejar una carga al próximo gobierno. “Vamos trabajando. Espero cuidar mucho este año, porque el 18, el último año del licenciado Peña, se fue para arriba; entonces, este año tengo que cuidar bastante”.
El tabasqueño reconoció que el Ejército “ha tenido manchas” y ha cometido errores, pero éstos han sido responsabilidad de decisiones tomadas por los presidentes en turno, “pero nosotros nunca hemos ordenado ni ordenaremos que se reprima al pueblo”, concluyó el presidente.
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