En tanto, con la otra buscará que “nunca más” un ajuste al salario mínimo se defina con un monto que esté por debajo de la inflación, esto luego de recordar que durante el periodo neoliberal fue una tendencia los aumentos por debajo de la inflación, lo que ocasionó la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores.
En ese sentido, el ejecutivo federal, hizo un recuento de las acciones emprendidas en el presente gobierno federal, entre las que destacaron el aumento del salario mínimo con un 110 por ciento de recuperación, así como la reforma laboral de 2019, entre otras.
Posteriormente, el presidente expuso que “los neoliberales, que en esencia son neoporfiristas, quisieran que olvidáramos la historia”, y en ese contexto afirmó que, por el contrario, ahora hay una política laboral distinta, y expresó: “Al carajo con el neoliberalismo, al carajo con el neoporfirismo. No queremos la oligarquía, México no es país de unos cuantos, México es de todos los mexicanos, de todo el pueblo”.
Enseguida, insistió que durante el “todo el periodo neoliberal, 36 años, desde 1983 hasta que llegamos a finales de 2018”, el salario mínimo perdió poder adquisitivo de manera constante, “hasta que llegamos, por voluntad del pueblo, porque a nosotros no nos impusieron los de arriba, no nos impuso la oligarquía, no fueron los medio de manipulación los que nos llevaron a la presidencia de la República; a nosotros nos dio esa responsabilidad el pueblo de México, que es nuestro amo, nadie más”.
Recordó que en esas tres décadas y media en el periodo neoliberal, hubo una pérdida del poder adquisitivo del 70 por ciento, “en 1980, el salario mínimo alcanzaba para comprar 50 kilos de tortilla,y cuando nosotros llegamos a la presidencia apenas alcanzaba para 5 kilos. Hoy que hemos aumentado un 110 por ciento el salario, alcanza para comprar 10 kilos de tortilla, por eso debemos continuar con la misma política salarial”.
En el presente sexenio, además de la reforma laboral que definió la obligación de realizar proceso democrático para la elección de los dirigentes sindicales, al inicio de la pandemia fue avalada una modificación al marco legal de las administradoras de fondos para el retiro (Afore), que redujo de mil 250 a mil el número de semanas de cotización, y aumentó las aportaciones de la patronal y del Estado.
Pese al ajuste, el presidente López Obrador ha dicho en diversas ocasiones que “no está satisfecho” con los cambios y en octubre pasado señaló que podría ser la siguiente administración federal la que revierta el proceso de privatización de las pensiones, al referirse al caso de los trabajadores de la educación.
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