Desde las instalaciones de Palacio Nacional el jefe del ejecutivo federal compartió que su política en esta materia “es la misma” que ha aplicado a lo largo de su gestión, de no aumentar impuestos en términos reales, es decir, sólo con ajustes de acuerdo al nivel de la inflación.
Asimismo, reiteró que seguirá el programa antiinflacionario del presente año y apuntó que "ya se restableció el mecanismo que se acordó con las tiendas departamentales para que se mantengan los precios de la canasta básica de 24 productos, sin aumentos”.
Con dicho programa, iniciado tras el aumento de la inflación a causa de la guerra en Ucrania, se fijó como precio de la canasta básica en mil 39 pesos por 24 productos, pero destacó que los precios actuales están abajo de ese monto, por lo que agradeció a las cadenas comerciales que participan en este programa. El paquete más costoso en el mercado, dijo, es de mil 22 pesos, pero hay casos en los que se oferta hasta 763 pesos.
Aunque destacó que han cumplido los establecimientos participantes en el programa, agregó que “tenemos que cuidar que no haya cuesta de enero como era antes, que no haya aumento de precios, que no haya inflación, porque si no, se afecta el ingreso. Podemos estar aumentando el salario, pero si hay inflación se pierde poder de compra, poder adquisitivo, que era lo que pasaba antes”.
Posteriormente López Obrador recordó que en el periodo “neoliberal” los aumentos de salario mínimo fueron siempre por debajo de la inflación, por lo que se perdió más del 70 por ciento del poder adquisitivo.
A la vez, cuestionó que en gobiernos anteriores se postuló que “no había recaudación suficiente porque no pagaban impuestos los de la economía informal, los vendedores ambulantes, y que ese era el principal problema, cuando el principal problema era que los de arriba, las grandes corporaciones empresariales, los bancos, no pagaban impuestos o se los condonaban, pero a cuántos engañaron así”.
Y al advertir que todavía hay quienes, “con un pensamiento conservador”, dicen frases como “nosotros, los que pagamos impuestos”, porque “según esa mentalidad el pueblo no paga impuestos”, insistió que “todos pagamos impuestos, hasta el campesino, el más pobre, paga un impuesto. Incluso, para que quede claro, paga más impuesto proporcionalmente un obrero que un empresario”.
Para concluir con el tema el presidente subrayó que “fueron lavándonos el cerebro poco a poco y toma mucho trabajo el convencer, porque no fue poco tiempo, fueron 36 años de predominio de ese pensamiento".
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