jueves, 22 de abril de 2021

Í N D I C E . . .Dios nos dio la Tierra; hay que cultivarla

GEA, LA QUE TIENE VIDA, CALOR Y MOVIMIENTO.

+ La Madre, que todo lo da; no lo da nadie…

+ Día Internacional de la Tierra…

+ Terremotos, el enojo de la tierra.…

Ruperto Portela Alvarado.

LA NATURALEZA DE LA VIDA…

         Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Jueves 22 de Abril de 2021.. El canto de los pájaros callaron; el arrullo del viento y el mar, se hicieron en silencio; las piedras crujieron de dolor; la tierra y la naturaleza lloran, se espantan de la maldad del ser humano y su calamidad que le destruye.

         La adormilada tierra que descansaba su milenario sueño, hoy despierta de nuevo, sobresaltada porque la humanidad le molesta con su desprecio, por su desdén de mantenerla sana y su falta de respeto a GEA, la Madre que nos engendró. Es GEA, la tierra que tiene vida, se duele; tiene calor y movimiento. Es la que todo lo da y que no lo da nadie.

         Esta noche, GEA se levanta de manera abrupta con el estruendo y rugir de sus entrañas; llora y sus lágrimas inundan su rostro marchito por la modernidad, la industria; la avaricia que corrompe la mente y el corazón de quienes somos sus hijos, quienes la hemos ido asesinando lentamente. Hoy le rendimos pleitesías porque este día, está declarado “Día Mundial de la Tierra”.

         Pero como los días de la Madre, de la naturaleza, esta celebración debe ser cotidiana con el respeto por el medio ambiente, el cuidado de los recursos naturales; la no contaminación del aire, ríos o la quema de bosques y pastizales. Siempre debemos ser conscientes de lo que representa la Madre Tierra llamada Gea, a la que le hemos clavado el puñal de la irresponsabilidad de la humanidad, de los gobiernos que juntos hemos provocado un peligroso calentamiento global.

         Cada vez más, la tierra derrama sus lágrimas, grita, llora y sopla su desaliento por el daño que le estamos haciendo. Se queja y mueve el universo porque la incredulidad de sus hijos no les permiten saber, no quieren saber que GEA tiene alma, vida y corazón. Siente, resiente nuestro maltrato; tiene como nosotros, calor, frío y movimiento. Está viva.

         Le dicen castigo de Dios a sus bruscos movimientos, a sus lágrimas que nos inundan y a sus bostezos de huracanes que arrasan con montes, llanuras y vidas. Quizá sea una venganza, pero la de los “Anchos Pechos” que amamanta a los que somos sus hijos, no les tiene rencor, más bien su reacción es una defensa a sí misma o un acto reflejo del daño que le hemos infringido. Que le hemos ocasionado por nuestra irracionalidad y menosprecio a la tierra, a la naturaleza; a nosotros mismos que nos estamos destruyendo.

         Por eso se abre la tierra, se inundan los llanuras, se desgarran las laderas y la Madre GEA tiembla de dolor. En su menstruación, su cambio climático; la menopausia o quizá una andropausia, refleja su malestar y enfermedad. Cualquiera que sea la razón, por la que hemos provocado su ira y su destrucción, se resistirá a morir.

         Todo es un caos. Ya no hay respeto por la tierra que nos da de comer; para vivir contra las inclemencias del tiempo, del clima, de las lluvias, de los terremotos. El medio ambiente es un discurso y la salud de nuestra Madre GEA está en un hospital sin medicinas, sin médicos. La tenemos anestesiada para conservarla el mayor tiempo posible, sin saber, sin entender que ya está en terapia intensiva.

         Las reacciones de la tierra, de las que hemos sido testigos, nos llaman a la máxima alerta, porque si de esta salimos boyantes, puede ser que en las próximas manifestaciones de huracanes, inundaciones, terremotos y contaminación general, ¡ya no la contemos!.

Es esta una reflexión por las consecuencias del sismo de 8.2 grados Richter del jueves 07 de septiembre de 2017 a las 11:49 horas, cuyas experiencias de terremotos como el del 19 de septiembre de 1985 en la Ciudad de México; el temblor de octubre de 1972 en Puebla; los huracanes de 1979 y 2005 –Herminia y Stan--  en Chiapas, entre otros sucesos funestos, que no debemos olvidar,  son una llamada de atención y a la conciencia para que nos preocupemos por el medio ambiente, la naturaleza y la vida de la tierra, Nuestra Madre GEA…

Se acabó el mecate… Y ES TODO…

Para comentarios, quejas y mentadas: rupertoportela@gmail.com

Celular: 961 18 8 99 45.

MIEMBRO DE LA ASOCIACIÓN DE COLUMNISTAS CHIAPANECOS. A. C.

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