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Redacción/Quihubole!!!
Por Aquiles Córdova Morán
CIUDAD
DE MÉXICO.- a 22 de agosto de 2019.- El periodista Alejandro Sánchez escribió
con fecha 13 de agosto, en “El Heraldo de México”, un artículo que tituló “La
Batalla de Aquiles y Antorcha”, que no contiene, literalmente, una sola línea
verdadera. Este periodista, según la información disponible, no es un novato ni
un aficionado. Ha escrito libros, ha hecho guiones para documentales
cinematográficos y ha recibido algún premio internacional. Llama por eso la
atención que, en su feroz diatriba en contra mía y de Antorcha, no se haya
sentido obligado a exhibir ninguna de sus habilidades lógicas ni de
investigador puntilloso de los hechos. Tal vez piense que no lo merecemos, pero
eso tampoco habla bien de su profesionalismo.
Sin embargo, yo no me ocupo aquí de él
para señalarle su falta de congruencia moral y profesional. Eso es asunto suyo.
Lo hago para defenderme de sus groseros descalificativos, sus acusaciones
dolosas, sus señalamientos denigrantes sin sustento y las amenazas veladas que
nos lanza, mismas que con toda evidencia pusieron en los puntos de su pluma
funcionarios poderosos que lo usan como mensajero ad hoc para hacerlas llegar
al público y para intimidarnos a nosotros, los directamente afectados. Paso,
pues, a hacer mi legítima defensa.
Sánchez comienza afirmando: “Antorcha
Campesina era un monstruo del PRI y el presidente López Obrador tiene en la
mira a Aquiles Córdova Morán líder del movimiento, que tiene su propio corrido
norteño.” De entrada, pues, pareciera que trata de informar que el presidente
me “tiene en la mira” por ser la cabeza de un “monstruo” creado por el PRI, por
lo que el paso siguiente debería ser la detallada descripción de ese monstruo.
Pero en lugar de eso, Sánchez se lanza a hablar del contenido del supuesto
corrido hasta el final del párrafo. Al lector deseoso de verdadera información
lo deja con la duda: ¿qué clase de monstruo es Antorcha que despierta la furia
persecutoria del presidente? ¿En qué consiste la misteriosa naturaleza
teratológica que se nos atribuye? Sin el mínimo deseo de ridiculizar, a mí me
parece cosa de locos. Ni el más bisoño aficionado sería capaz de escribir algo
tan deshilachado y tan carente de coherencia interna. Todo indica que se busca
maniobrar con la carga negativa de la palabra “monstruo” para provocar la
repulsa instintiva de las gentes en nuestra contra, y para justificar la
persecución prejuiciada del presidente. Eso, en buen romance, no es periodismo;
se llama linchamiento mediático.
Por la relevancia que da al “corrido
norteño” que supuestamente tengo, parece querer decir que la persecución de
López Obrador obedece también a ese corrido, al incienso y al elogio desbocado
que echa sobre mí semejante engendro. Yo vería natural la ironía y la sorna a
este respecto, pero no una reacción persecutoria, ni del presidente ni de
nadie. ¿En que pueden dañarles las sandeces del posible autor del corrido? La
reacción persecutoria solo puede nacer lógicamente de un sentimiento de
envidia. ¿Es eso lo que pretende sugerir Alejandro Sánchez al ligar el corrido
con la actitud del presidente? ¿Tiene envidia el presidente? Por otra parte,
¿qué tiene que ver el corrido con la teratología de Antorcha? ¿Cómo se
relaciona una cosa con la otra? Averígüelo Vargas. A mí solo me toca precisar
(otra vez) que esas desmesuras son propias de los tontos y de los dictadores
mesiánicos, pero no de un luchador social con 45 años de trayectoria. Tal
corrido no existe, y si alguno hay, yo no lo conozco ni nada tengo que ver en
él.
En el segundo párrafo, Sánchez recuerda
que “el presidente ha nombrado a Antorcha varias veces e insinúa que Córdova se
quedaba el dinero que tenía que entregarse a los productores del campo”. Así
formulado el asunto, se falsea lo dicho por el presidente. Él no “insinúa”,
sino que afirma tajantemente que “la antorcha mundial”, junto con otras
organizaciones cuyos nombres tampoco precisa, eran “intermediarias” en el
manejo y entrega de ayudas monetarias a la población necesitada, y que, en ese
papel, se robaban parte del dinero. A esto le llama reiteradamente “moches” y
“piquete de ojos”.
Nosotros (y no solo nosotros, sino
varias otras organizaciones acusadas) hemos aclarado que el presidente se equivoca.
Que se equivoca redondamente por la sencilla razón de que tales programas nunca
se canalizaron a través de ninguna clase de intermediarios. Y le hemos pedido
decenas de veces que, si tiene otra información, que la presente ante quien
deba o quiera, puesto que el ser presidente no lo exime de probar sus
acusaciones. La respuesta ha sido repetir con más énfasis la acusación
calumniosa. ¿Qué sentido tiene, pues, o que propósito persigue Alejandro
Sánchez, saliendo ahora a mal repetir la misma acusación infundada? ¿No son
evidentes sus ganas de hacer zalamerías y carantoñas al poderoso para ganarse
su favor?
Cuando el presidente habló de las
gasolineras de Antorcha, lo hizo en el contexto de una crítica a los dueños de
cientos de expendios de combustible que se quejaban de los cobros excesivos de
PEMEX por el transporte del mismo hasta sus tanques de almacenamiento. ¿Por qué
no compran sus propias pipas? apostrofó López Obrador; yo acabo de hacer una
gira por el sur de Puebla y Guerrero y vi varias gasolineras de Antorcha, todas
con sus propias pipas. Es decir, en ese momento, el presidente nos puso como
ejemplo frente a los verdaderos gigantes del negocio de los energéticos. Las
acusaciones descabelladas sobre venta de huachicol, que también hemos refutado puntualmente
en su momento, vinieron después, cuando hubo necesidad de dar alguna base
creíble a las acusaciones de corrupción en contra de Antorcha y los
antorchistas, tal como lo hace hoy Alejandro Sánchez.
Párrafo tercero: “Antorcha acumula
denuncias que nunca prosperaron (¿por qué, señor Savonarola?) por violencia,
intimidación, y hasta secuestros y asesinatos”. Nos quedamos todos esperando
las pruebas respectivas. Yo llamo la atención de todos los posibles lectores (y
de cualquier mexicano de conciencia) a que registre con toda puntualidad esta
forma de acusar y de incriminar a un grupo numeroso de mexicanos a los que se
pretende negar el derecho a organizarse y a defender sus intereses, por parte
de Alejandro Sánchez. Los invito a tomar conciencia de que acusar así, tan
rotunda y brutalmente, sin demostrar absolutamente nada, y quedarse el acusador
sin ninguna sanción por ello, equivale a dinamitar por la base el edificio del
Estado de derecho que hasta hoy, mal que bien, nos protege del abuso y la arbitrariedad
de malvados, de poderosos prepotentes y del propio Gobierno del país. Si esto
continúa, amigos lectores, piensen que mañana pueden ser ustedes las víctimas,
y entonces, quizá ya no haya nadie que quiera o pueda protestar en su defensa.
Sobre las cuentas bancarias de cientos
de millones de pesos “descubiertas” por el titular de la Unidad de Inteligencia
Financiera a varios líderes antorchistas, dije y repito que eso no solo es
falso, sino sencillamente ridículo y absurdo. Ningún antorchista, y menos que
ninguno yo mismo, puede atesorar tanto dinero, sabiendo como yo sé que las
utilidades de nuestras inversiones (modestas y legítimas) a duras penas
alcanzan para cubrir lo más esencial de nuestra lucha. En esto, Alejandro
Sánchez se refritea sin escrúpulo la nota de EJECENTRAL, de Raymundo Riva
Palacio, que ya contesté. Le recomiendo que se informe de mi respuesta.
Párrafo cuarto: Sánchez acusa a los
antorchistas de perseguir al presidente “por varios estados para gritarle y
hacerle sentir su peso”, y lo explica así: “Aquiles y su movimiento deben
sentir la soga al cuello”. Sin probar nada, sin añadir nada y tergiversando
incluso las palabras del presidente, Alejandro Sánchez se transforma de
fanático Savonarola en despiadado y brutal verdugo para darnos el trato
infamante de un condenado a la horca que, con “la soga al cuello”, da patadas
de ahogado persiguiendo al indefenso presidente. Más abyección, servilismo y
vocación de lustrar botas ajenas con lengua propia son difíciles de imaginar.
La verdad resumida es esta: no somos
enemigos de López Obrador ni de su 4aT, cualquier cosa que este nombre críptico
signifique. Nos reservamos el derecho de opinar sobre ambos para cuando haya
resultados medibles y tangibles, y así se lo hicimos saber, por escrito y
públicamente, al presidente, tan pronto su victoria fue un hecho. Y nadie puede
negarlo. Las protestas en legítima defensa que Sánchez llama “persecución”, y
nuestros actuales pronunciamientos críticos, son consecuencia de los ataques y
acusaciones reiterados y gratuitos del presidente, como lo sabe bien Alejandro
Sánchez, puesto que lo dice en el segundo párrafo de su artículo. Pero,
adulador como es, lo maneja como perversidad o miedo mortal de nuestra parte.
Quinto y último párrafo: Alejandro
Sánchez habla del evento celebratorio inicial de nuestro 45 aniversario en San
Luis Potosí; niega que hayamos reunido a más de cien mil potosinos con ese
motivo, y critica que yo haya anunciado ahí “la creación de un partido
político” asegurando que solo busco “vivir del presupuesto”. Esta es la lógica
del necio, orgulloso de su necedad. Se consuela con negar la cifra de cien mil
antorchistas, como si eso fuera un problema teórico y no cuestión de contar a
la gente en el terreno de los hechos; nos acusa de perseguir al presidente
cuando él mismo reseña sus ataques previos y gratuitos; nos llama corruptos por
tener recursos propios para nuestra lucha, y nos acusa de querer “vivir del
presupuesto” si hablamos de fundar un nuevo partido político. No hay manera de
darle gusto a ese señor. Lo dicho: el tonto haciendo gala de su tontería para
ganarse el favor de los poderosos.
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