sábado, 16 de febrero de 2019

Nada Personal

La Soberbia, la Mentira, la Altivez Sale a Relucir en Algun@s Funcionari@s
Por: Jorge Escobedo 
CHIAPAS
Redacción/Quihubole!!!
HUIXTLA, a 16 de febrero 2019.- Muchos funcionarios carecen de sensibilidad para atender al público. Hay servidores públicos que además de ser desatentos, no entienden que su función es orientar e informar al ciudadano que requiere de los servicios de una dependencia del Estado. No entienden que ellos se deben a la gente y no al revés.

Les pongo mi caso: voy a un juzgado para preguntar sobre un proceso, para informarme cómo va el asunto, con preguntas normales, típicas de un ciudadano de a pie, y el funcionario, eso sí con mucha rapidez, ubica en el sistema el caso del cual es demandado o demandante. Me pone sobre el mostrador el mamotreto del expediente, al tiempo que lm informa que el proceso está parado desde hace algún tiempo.

La pregunta lógica en este sentido es, ahora qué debo hacer para ponerlo en marcha. ¿Tengo que hacer un derecho de petición para que continúe?, pregunta uno de manera inocente. Al parecer es una pregunta estúpida, porque el funcionario se acerca con mirada burlona y cierta actitud de menosprecio. En lugar de ofrecer alguna orientación útil, el funcionario pregunta: “¿Usted no es abogado?”. “No, le respondo”, casi con vergüenza.

“Claro, se nota, dice y sonríe maliciosamente”. Enseguida lanza un comentario sarcástico, del que seguro se sentirá orgulloso a lo largo de la mañana y que tal vez llegue a compartir en la noche, en medio de unas cervezas con sus amigos: “¿Y a quién va a dirigir el derecho de petición? En todo caso hágaselo a su abogado, si es que lo tiene, para que haga algo”.  Y se retira triunfante, soberbio, muy satisfecho de sí mismo.

La actitud del funcionario enerva, pero tengo un día tranquilo y quiero que así siga; no quiero discutir por culpa de un personaje como estos. Pero claro me quedo en las mismas, con las ganas reprimidas de coger a alguien del cuello pero con la certeza de que no servirá de nada.

Habrá que venir acompañado de un ‘doctor’ para que me pueda entender con el genio del sarcasmo. La falta de respeto de los funcionarios por el ciudadano tradicional en este país se da porque sientan a cualquiera detrás de un escritorio, sin importar la disposición ni el don de gentes.

No se trata de que la gente encargada de atender público posea la cortesía de un marqués, sino que tenga una actitud de servicio, y sea sensible, pues el ciudadano está pagando el sueldo que ganan y no van a rogar favores; es su obligación atender bien.

Al final salí como entre, vacío, al despedirme le dije: “Gracias, para la próxima ya sé que tengo que venir acompañado con el presidente de la Corte Suprema de Justicia para que usted pueda darme la respuesta correcta”.//

Al igual que la soberbia, es una conducta que arroja, desde tiempo inmemorial, resultados destructivos que van agrietando poco a poco los valores de familia y espirituales, fundamento esencial para la edificación de una sociedad.

Bíblicamente, el profeta Ezequiel declaró que la maldad de Sodoma consistió en parte por la "soberbia" que envolvió a sus líderes hasta llegar a tener "abundancia de ociosidad, y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso". Ezequiel 16:49.

Lo mismo pasa con algun@s diputad@s, funcionarios o president@s municipales que una vez que alcanzan el poder, se introduce como una especie de olvido en los gobernantes hacia la gente que votó por ellos, lo que perjudica a la gran mayoría que un día fue el instrumento establecido para la conquista y la victoria del cargo que ahora ocupan.

Este mal –soberbia– se adueñó de otra nación, Moab, el profeta Isaías explica: "Hemos oído la soberbia de Moab; muy grandes son su soberbia, su arrogancia y su altivez; pero sus mentiras no serán firmes".  Isaías 16:6.

En los tiempos que vivimos algunos de esos diputad@s, president@s municipales o funcionari@s deberían permanecer en observancia de esos principios bíblicos, debido a que en muchos de ellos se han levantado brotes de soberbia y altivez de espíritu dentro y fuera de su gobierno.

“Se dará atención a la gente de puertas abiertas” lo que un día prometieron en campaña, en eso quedó, en falsas promesas, al grado tal que cuando la gente los buscan se escondes o bien apagan sus celulares o no responden, incluso hay quienes adiestradan a su secretaria para decir “no está, pero deje su número nosotros le llamamos para agendarlos otro día”.

Y no es un secreto para nadie que más de algún representante del pueblo, llámese president@, legislador@ o funcionario@; el padecimiento de grandes sufrimientos que muchos de ell@s, incluso, personas de la sociedad, experimentan estar llenas de esos defectos que luego se echan de ver al ocupar los cargos que tanto deseaban.

Ya sentados en el poder, alcald@, diputad@ o funcionari@, luego luego se olvidan de lo que Dios advierte acerca del carácter con que se mostrarían a sabiendas de que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos y no habría poder humano que evite dejar el cargo, el mismo por el que tanto anhelaban llegar.

Y es que lo primero que sale a relucir es el cambio brusco de carácter, muchos ya estando en el poder, se olvidan de sus promesas, se esconden de la gente que los busca, son hombres y mujeres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, embusteros, ingratos, indiferentes, a mas ya no poder.

Y lo que es peor, se olvidan de Dios, regresando a su estado natural, implacables, calumniadores, intemperantes, crueles, aborrecedores de lo bueno y fácilmente se inclinan a lo malo para convertirse en corrupt@s, altaner@s y abusiv@s traidor@s, impetuos@s, infatuad@s, amador@s de los deleites de la vida.

“Tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita", dice en  2da Timoteo 3:1-5.

La manifestación de la soberbia y sus diferentes comportamientos se hacen visible ya sentados en el poder, al grado de creer que su altanería los hará sentirse superior a los demás, altivez de espíritu, engreimiento, complejo de altura, pavo real, grandeza y de remolino, no obra la voluntad ni la misericordia de Dios, porque "Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes", dice Su Palabra en Santiago 4:6.

Muchos de los que gobiernan hoy en día deberían poner sus barbas a remojar, el poder corrompe y no es para siempre y más temprano que tarde cada uno tendrá que responder y dar cuentas porque todo lo que aquí se hace aquí se paga. “Como me ves… Te verás”, reza un viejo refrán. Pero que conste, no es… Nada personal.

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