LEYENDAS SOBRE EL ORIGEN DE "LA PIEDRA DE HUIXTLA"
Para nuestros lectores de la Revista Quihubole!!! Y para quienes nos
han seguido a través de las noticias que hemos estado publicando en nuestro
portal, quienes insistentemente nos han estado marcando y enviando mensajes
pidiéndonos que les expliquemos que es lo que significa el diseño de la imagen
de nuestro portal. Don Quijote de la Mancha de todos es conocido que es una
novela escrita por el español Miguel de Cervantes Saavedra, y la de la Piedra, les
comento que es el emblema de la ciudad de Huixtla, ciudad donde nací y esta es
su leyenda:
La Piedra de Huixtla es una enorme roca situada en lo alto de una
montaña de silueta suave, visible perfectamente a varios kilómetros de
distancia; alcanza aproximadamente los 120 metros de altura y es única, ya que
por los alrededores no existen piedras de semejantes dimensiones.
En torno a ella se han tejido infinidad de leyendas que intentan
explicar su origen, la siguiente es tan sólo algunas de ellas:
"Era una gran campana que se convirtió en piedra. Veinte hombres
la traían a cuestas desde Guatemala, pero después de un mes de viaje se
sintieron cansados y al llegar a esta montaña decidieron descansar dejándola
sobre tres piedras. Al escuchar a un gallo cantar, un burro rebuznar, un
caballo relinchar y una campana tañer debían levantarla de nuevo para continuar
el viaje. Los hombres estaban tan cansados que no escucharon la señal y cuando
quisieron levantarla no pudieron, se convirtió en piedra y quedó mirando al
este. Los pueblos y fincas tuvieron entonces cosechas en gran cantidad: cacao,
frutas, arroz, frijol, maíz, etc. En agradecimiento se ofrecía a la piedra,
después de cada cosecha, aguardiente, puros, flores, sangre de animales,
etc..."
Otra leyenda cuenta que "Durante la fundación de Huixtlán
(Huixtla), un sacerdote brujo mayor de Guatemala obsequia una gran campana para
el templo de la nueva población. Se encomienda a otro sacerdote de brujo
llevarla y entregarla. Esta campana poseía un maleficio que indicaba que
durante su traslado no debía tocar tierra. Caminó entonces el sacerdote con la
enorme campana a cuestas por las montañas. Después de caminar durante algún
tiempo, cansado y sediento, se encontró con una anciana que le ofrecía agua
para beber. El sacerdote no resistió la tentación, tomó el agua y decidió
descansar para continuar su viaje a la mañana siguiente. Al despertar descubrió
que la pesada campana se había transformado en piedra, cumpliendose así el
maleficio."
Se cuenta también que: "La campana había sido retirada de un
templo en Huixtla y se había ordenado su traslado a Tuxtla con órdenes de no
posarla sobre la tierra, pues un encanto que pesaba sobre la campana indicaba
que nunca debía ser sacada de Huixtla. Al llegar al sitio en donde se encuentra
actualmente los hombres que la trasladaba se detuvieron a descansar y a beber
un poco de pozol que les ofrecieron; más tarde al intentar continuar con su
viaje ya no pudieron levantarla pues se había convertido en una enorme y pesada
roca, no pudieron quitarle a Huixtla su campana."
Otra leyenda más dice que: "Las tierras de Huixtla estaban encantadas
antes de la fundación del pueblo, por lo que al fundarse éste, los mismos seres
encantados que la habitaban enviaron una enorme campana para su servicio, que
debería conducir a espaldas un personaje de la región llamado Juan No, con la
condición de no descansar en ninguna parte del camino, por correr el riesgo de
transformarse la campana en simple piedra y terminar al mismo tiempo con el
encanto de la región. Juan No recorrió la mayor parte del trayecto con la carga
y al llegar al filo de la serranía no pudo hacer el descenso hasta el pueblo
sin antes descansar colocando entonces la campana en lo alto del cerro, con lo
que se cumplió la advertencia, la campana se petrificó...".
Se cuenta también que la piedra no ha estado siempre en la misma posición:
"Hace mucho tiempo ocurrió una "culebrina de agua".
Llovió en forma intensa y sin cesar durante ocho días y ocho noches. Durante el
octavo día de la tormenta, se escuchó un trueno muy fuerte que provenía de la
piedra, y al noveno día en que al fin aclaró, todos se dieron cuenta que la
posición de la piedra había cambiado, ahora miraba hacia el mar".
Aún en la actualidad, algunas personas que habitan en las cercanías de
la piedra aseguran escuchar a un gallo cantar, un burro rebuznar, un caballo
relinchar y... una campana tañer.
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