“El Chapo” Guzmán
Por: Jorge Escobedo
13 DE JULIO DE 2015/.- Quizás llegó el momento de que el Presidente
Peña Nieto deje de ser el jefe apoyador que suele dar una y otra oportunidad a
sus colaboradores, caso recién pasado, Rosario Robles para pensar un poco más
en él mismo y en el lugar que su gobierno ocupará en la historia.
El Presidente no pudo disfrutar del triunfo, histórico, que constituyó
la recaptura de Archivaldo “El Chapo” Guzmán el 22 de febrero de 2014 porque, 5
días después, Luis Videgaray tapó la información con su anuncio de que en el
resto del sexenio no habrá más impuestos ni se incrementarían los ya existentes.
La gran noticia esperada por todos los mexicanos podía aguardar, por lo
menos, una semana más, pero, por alguna razón, al Secretario de Hacienda le
urgía adelantarla.
El sábado, cuando el avión presidencial con rumbo a París hizo una
escala técnica en el aeropuerto canadiense de Gander, Peña Nieto ya sabía que
su gira de Estado por Francia para relanzar las relaciones entre ambas naciones
sería ensombrecida por la fuga de “El Chapo”, supuestamente a resguardo
riguroso de los subordinados del secretario de Gobernación, Miguel Osorio
Chong.
Por mera “casualidad”, en noviembre de 2014, cuando el avión
presidencial volaba, sobre el Pacífico, rumbo a China, Carmen Aristegui daba a
conocer la supuesta relación entre la llamada “casa blanca” y la cancelación de
la licitación, anunciada por el secretario de Comunicaciones, Gerardo Ruiz
Esparza, sobre la construcción del tren rápido a Querétaro, ganada por una
empresa china en sociedad con algunas mexicanas, entre ellas HIGA, de Juan
Armando Hinojosa.
A menos que nos gane el gusto por la conspiracionitis, hablaríamos de
causalidades, pero en política, éstas no existen, y las otras sí.
¿Por qué “El Chapo” escogería el sábado para huir del supuestamente
inexpugnable penal de Almoloya? ¿Sabía que medio gobierno viajaba a París y que
buena parte del resto, el que se quedaría, sin jefes, a cuidar la casa, se
echaría a la hamaca a gozar de una semana de merecidas vacaciones?
Simplemente los agarró como al Tigre de Santa Julia
Para todo servirá la increíble fuga de “El Chapo”, pero en especial
para cebarse aún más en el Presidente, cuya imagen empezaba a repuntar
paulatinamente. Como con todo, las fallas y omisiones de sus colaboradores en
éste episodio que, a toro pasado, pudo evitarse si Guzmán hubiese sido
extraditado a Estados Unidos desde febrero de 2014 le serán cargadas a él.
Andrés Manuel López Obrador se montó de inmediato en el episodio y
exigió el regreso del mandatario; es una actitud oportunista que se entiende
porque el líder de Morena haría mal en desperdiciar las oportunidades que le
ofrece el gobierno, pero ¿qué haría aquí Peña Nieto que no pueda hacer a través
de las comunicaciones directas que mantiene con sus subordinados?
El problema es que cuando “El Chapo” se fugó, Miguel Osorio Chong y el
jefe de la oficina de la Presidencia, Aurelio Nuño, estaban, en el avión, con
su patrón. En términos prácticos, Miguel y Aurelio son el 2 y 3 en el mando. Es
decir, todos los jefes de la casa estaban de viaje, y en la misma nave.
Hay otro problema: Con todo y su genialidad, “El Chapo” no pudo escapar
de El Altiplano, como antes lo hizo de Puente Grande, sin ser favorecido por
una red de corrupción millonariamente aceitada, pero tampoco sin la
complicidad, al menos por omisión e incapacidad, de los responsables de la
inteligencia y la seguridad mexicanas.
Por ejemplo, ¿cómo explicarse que Rafael Caro Quintero abandonara, con
su caminar cansado, el penal de Palo Grande, Jalisco, sin que el agente del
Ministerio Público Federal adscrito al caso, ya no hablemos del entonces
procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, se enterara de que el
juez ordenó su liberación?
O que, durante meses, un grupo de sicarios construyera, sin hacer ruido
y sin despertar sospechas, un túnel a partir de una obra en construcción
situada a kilómetro y medio del penal de alta seguridad del Altiplano hasta
hacerlo desembocar en el baño de la celda del narcotraficante más famoso de la
historia para permitirle huir con tranquilidad. ¿Tenían los planos?
El comisionado Nacional de Seguridad, Alejandro Monte Rubido, ofreció
una explicación increíble, pero no dijo cómo fue que los secuaces del “Chapo”
lograron penetrar el gran espesor de la losa de concreto armado de la prisión y
conectar, directamente, el túnel con la alcantarilla de la regadera del jefe
mafioso sin equivocarse un milímetro. Y, por cierto ¿a dónde fueron a parar las
toneladas de tierra excavada? ¿Y el equipo de perforación? ¿Y el ruido? ¿Y la
vibración?
Quizás lo cierto sea que Guzmán salió de Almoloya cómodamente, en la
cajuela de un carro, como es posible que lo hiciera antes de Puente Grande.
Es una afrenta para el Estado mexicano, exclamó el Presidente en
Francia, en sus primeras declaraciones; también imperdonable, como lo dijo en
febrero del año anterior, en respuesta a una pregunta sobre la probabilidad de
que se fugara. Aquí le dejo el dato soportado con el video de Bozo. Pero que conste… No es
nada personal
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