: El 15 de septiembre del 2011, Roberto Gómez
Bolaños, conocido popularmente como Chespirito, durante la 25a ceremonia anual
de los Premios a la Herencia Hispana en Washington. El afamado comediante
mexicano murió el viernes 28 de noviembre del 2014.
En la vecindad se escucha el llanto, pero esta vez no se debe a las
travesuras de Quico ni a un regaño de Don Ramón.
Los lamentos se deben a la muerte del comediante mexicano Roberto Gómez
Bolaños, "Chespirito", creador de una infinidad de personajes con los
que cambió la forma de hacer comedia en Latinoamérica.
El artífice de los programas "El Chavo del Ocho" y "El
Chapulín Colorado" se formó profesionalmente en el área de ingeniería,
pero desde muy joven se dedicó a la escritura de mensajes publicitarios y
guiones.
Fue mientras trabajaba en una compañía dedicada a la fabricación de
vigas y artículos de acero que decidió sortear el aburrimiento de sus labores y
"sin querer queriendo", como diría su entrañable Chavo, se topó con
un peculiar anuncio en un periódico: "Se solicita aprendiz de productor de
radio y televisión y aprendiz de escritor de lo mismo".
Responder a tal publicación "marcó el primer paso que di para
cambiar por completo la trayectoria de mi vida", escribió en su autobiografía
titulada, igualmente, "Sin querer queriendo".
En el libro, rememoraba que aquel primer empleo en una agencia de
publicidad estuvo marcado por el mero azar. Cuando llegó a las instalaciones de
la agencia D'Arcy había dos filas de solicitantes: una de unas 50 personas y
otra de apenas 6, donde se encontraban los que aspiraban a convertirse en
aprendices.
"Mi futuro profesional quedó definido por la diferencia del tiempo
que debía permanecer en una fila".
Pero el tiempo fue sólo un factor. El resto fue la genialidad. Cuando
le fueron solicitadas pruebas de trabajos previamente publicados sólo mostró un
ejemplar de un diario de su vecindario de la capital mexicana con una columna
humorística de su autoría titulada "Cuartilla Loca".
Aquel recorte y aceptar un sueldo bajo bastaron para que comenzara su
extraordinaria trayectoria. "Creo que fue eso (el humor) lo que decidió yo
que fuera elegido por el puesto", contó en su libro. "Fue sólo el punto
de arranque de las actividades que regirían el resto de mi vida".
En sus inicios no sabía escribir a máquina, por lo que cuando algún
ejecutivo llegaba fingía meditar para ocultar que apenas estaba aprendiendo a
dominar la máquina.
Gómez Bolaños, aún sin el calificativo de comediante, comenzó a mostrar
su chispa creativa con frases para publicidad, jingles para radio y guiones de
todo tipo: para comerciales, programas de radio y televisión.
En el universo de Chespirito todo era humor, incluso su famoso
sobrenombre, proveniente de la castellanización del apellido de William
Shakespeare, sólo que en diminutivo por la corta estatura del mexicano.
En la década de 1950 su carrera como guionista comenzó a adquirir
prominencia gracias a sus comedias pensadas para los "excéntricos
musicales", las duplas de cómicos que cantaban y entremezclaban diálogos.
Dichas parejas incluyeron a Gaspar Henaine "Capulina" y Marco
Antonio Campos Contreras "Viruta", cuya popularidad aumentó con los
textos de Chespirito. El propio Capulina reconocía la destreza de Gómez
Bolaños, de quien manifestó que tenía "la capacidad para escribir dos,
cuatro y hasta mil programas al mismo tiempo".
A diferencia de la comedia actual, Gómez Bolaños desarrolló un estilo
que no recurría a dobles sentidos ni obscenidades, lo que le llevó a trascender
por toda Latinoamérica y a ganarse el corazón de millones. El también actor
citaba como su inspiración al dúo estadounidense de El Gordo y El Flaco y al
mexicano Mario Moreno "Cantinflas".
Emisiones como "Cómicos y canciones" y "El estudio de
Pedro Vargas" lograron considerables niveles de audiencia, pues el público
parecía caer rendido ante la maestría humorística.
Al igual que uno de los inusitados embrollos en los que se metían sus
personajes, Chespirito saltó a la pantalla accidentalmente.
Teniendo como arma un par de talleres de teatro que tomó durante la
secundaria, cierto día tuvo que sustituir a un actor en "Cómicos y
canciones", cuyo argumento conocía a la perfección.
"Leí el libreto para reforzar la memoria y me lancé a la
aventura".
Su odisea sumaría otros programas, además de teatro y cine. Aunque sus
participaciones parecían haber sido sometidas a las "cápsulas de
chiquitolina" del Chapulín Colorado, pues en sus propias palabras fueron
"siempre en papeles pequeños".
Su debut fílmico fue con Viruta y Capulina en la cinta de 1960
"Dos criados malcriados". En teatro participó en el "Tenorio de
los locutores", junto a Silvia Derbez.
Para finales de la década de 1960 ya gozaba de renombre. Su éxito iba
de la mano con la transición a la televisión de color y al surgimiento de los
grandes imperios televisivos de México.
En 1969, Chespirito enfrentó, sin saberlo, el surgimiento de los
personajes que más tarde ocuparían los departamentos y pasillos de la vecindad.
En plena revolución social, y justo cuando en México apenas se formaba
los grandes imperios televisivos, Gómez Bolaños fue convocado por ejecutivos
del entonces nuevo Canal 8, que le comisionó la creación de "El ciudadano",
una serie cuyo protagonista debía ser "uno de esos tipos que se meten en
todo para defender a los más necesitados".
El que no supo en qué se había metido fue el comediante. Aquel programa
al que finalmente bautizó como "El ciudadano Gómez" fue el principio
del fenómeno de Chespirito.
Era la serie la que lo lanzaría a la fama frente a las cámaras luego
que pidió participar en un casting del que salió victorioso. En las pruebas de
actuación también se topó por vez primera con Rubén Aguirre, con quien
trabajaría durante más de tres décadas.
"Pegué un brinco de júbilo, que si no rompió el record de altura,
sí rompió el de felicidad", relató sobre el momento en que le informaron
que protagonizaría la emisión.
Sin embargo, la serie no llegó a transmitirse. Los ejecutivos
decidieron conservarla como "un arma de contraataque" ante el
surgimiento de Telesistema Mexican, competencia de la Televisora Independiente
de México.
Dos años después llegaría "Los Supergenios de la Mesa
Cuadra", una parodia de los programas de discusiones de mesa cuadrada de
la época. La emisión marcaría un hito al reunir a actores como Aguirre (que
desde entonces se convirtió en el Profesor Jirafales), Ramón Valdés
(eventualmente Don Ramón) y María Antonieta de las Nieves (La Chilindrina).
A sólo unas semanas de su transmisión, el programa fue nombrado
simplemente "Chespirito". Allí surgió el Chapulín Colorado, que había
sido rechazado por otros comediantes y que originalmente iba a llamarse el
Chapulín Justiciero. Pero como diría ese personaje, todos sus movimientos
estaban fríamente calculados y Gómez Bolaños, aunque gozaba de éxito, decidió
terminar con "Los Supergenios".
La premura de crear un personaje lo llevó a echar mano de sketches
"sueltos" y "sobrados" que jamás habían sido utilizados.
Uno de ellos abordaba a un pícaro niño que se metía en un lío con un vendedor
de globos.
La fórmula de reúso fue repetida y aceptada. Había nacido El Chavo y
Gómez Bolaños, quien para entonces tenía unos 40 años, era quien lo
interpretaba.
"Jamás pretendí que el público pensara que yo era un niño. Lo
único que buscaba era que aceptara que yo era un adulto que estaba
interpretando el papel de un niño", dijo sobre el personaje, que difería
de otros infantiles de la época debido a que conservaba la inocencia propia de
un pequeño.
Y tenía que ser el Chavo el que lo catapultara a la fama. El programa
resultó tan popular que a la fecha se puede ver en múltiples países del
continente americano. En su momento llevó a la fama a otros integrantes del
elenco, como a Carlos Villagrán, quien daba vida a Quico; De las Nieves como la
Chilindrina y Florinda Meza, quien actuaba como Doña Florinda y con quien
Chespirito se casó en 2004 tras más de 20 años de vivir en unión libre.
Al paso de los años Gómez Bolaños se convirtió en un ídolo por toda
América Latina, donde impuso récords de audiencias. En 1977 llenó dos veces el
estadio de fútbol de Santiago de Chile con el "Show de Chespirito" y
ofreció 14 fechas en el Luna Park de Buenos Aires, agotando las entradas. En
1983 abarrotó dos veces el Madison Square Garden de Nueva York.
Se involucró además en la producción y dirección de teatro. Su faceta
como actor de comedia marcó un hito con "11 y 12", obra de 1992 que
impuso un récord en México, rebasando las 3.000 representaciones.
Era un gran aficionado del boxeo y el fútbol. Su pasión por el balompié
se vio reflejada en la cinta "El Chanfle", que protagonizó en 1979 y
en la que participaron todos los actores de "El Chavo del Ocho" y
"El Chapulín Colorado". El éxito de la cinta, dirigida por Enrique
Segoviano, fue tal que en 1982 se rodó una segunda parte.
En su trayectoria Gómez Bolaños también probó suerte en el terreno
editorial. Publicó la colección lírica "Y también poemas" (2003), la
novela "El diario del Chavo del Ocho" (2005) y la autobiografía
"Sin querer queriendo" (2006).
El comediante hizo frente a una serie de problemas de salud a lo largo
de su vida. Padecía un mal congénito que debilitó su audición y su equilibrio,
por lo que en ocasiones se presentaba en una silla de ruedas, mientras que en
1994 se le detectó un enfisema pulmonar.
Como personalidad, Gómez Bolaños no estuvo exento de polémica. En
diciembre de 2007 el hijo mayor de Gilberto Rodríguez Orejuela, Fernando
Rodríguez Mondragón, reveló en el libro "El hijo del ajedrecista" que
Chespirito ofreció actuaciones para el narcotraficante, incluyendo una en una
fiesta para los hijos de los jefes del cartel.
"Nunca he tenido conocimiento de haber estado actuando para
ninguno de ellos. Pero quiero aclarar que como artista, cuando he dado un
espectáculo, no solicito a todos los asistentes sus identificaciones y cartas
de recomendación o de no antecedentes penales", dijo a The Associated
Press en septiembre de 2007.
También enfrentó una serie disputas legales en torno a la propiedad de
sus personajes.
Tuvo un pleito con De las Nieves, quien a su parecer explotó
comercialmente a La Chilindrina con una serie de televisión propia y
presentaciones en vivo. La actriz registró al personaje a su nombre en 1995.
Aunque reconoció que Gómez Bolaños le dio vida, alegó que sus aportaciones
histriónicas le habían dado personalidad propia y le pertenecía. En 2002
Chespirito presentó una demanda contra De las Nieves para prohibir el uso del
nombre de La Chilindrina, pero el fallo favoreció a la actriz, quien mantuvo el
derecho de usar el personaje.
Algo similar sucedió con Villagrán, quien intentó sin éxito
protagonizar en México su propio programa como Quico. Gómez Bolaños no se lo
permitió.
La trascendencia del comediante nunca se vio eclipsada por estos
incidentes. Chespirito fue motivo de innumerables homenajes y reconocimientos
dentro y fuera de México. Y el éxito de sus creaciones tampoco se limitó a
series de televisión.
En octubre de 2006 la compañía productora Anima Estudios, en conjunto
con Televisa, desarrolló la versión animada de El Chavo (sin La Chilindrina).
También trascendió al mundo de los videojuegos en 2011 con una primera versión
de "El Chavo" para Facebook y teléfonos móviles a la que siguieron un
título homónimo para la consola Wii de Nintendo y otro de carreras para X-Box y
Playstation 3 llamado "El Chavo Kart".
La cadena Televisa le rindió homenaje en el 2000 con "No contaban
con mi astucia", una transmisión de 16 horas concebida por los ejecutivos
de la televisora y su hijo, el productor Roberto Gómez Fernández, por los 30 años
del nacimiento del El Chapulín Colorado y El Chavo del Ocho.
Gómez Bolaños se mantuvo activo hasta el final incluso en las redes
sociales. Su cuenta de Twitter, que abrió en 2011, sumaba más de 6,5 millones
de seguidores.
Le sobrevive su esposa, seis hijos de un primer matrimonio con Graciela
Fernández, y 12 nietos.
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