En la última parada de su segunda gira por municipios del Estado de México, miles de asistentes corearon “¡reelección, reelección!”, a lo que el mandatario federal respondió: “Yo soy maderista: ¡sufragio efectivo, no reelección!” y aseguró que “no hay que convertirse en líder moral o cacique”.
Y continuó expresando… “Estoy contento, no tengo ninguna preocupación. Si yo estuviera pensando en que quien va al relevo no va a ser una gente con convicciones, honesta, estaría yo algo preocupado, pero no, va a ser mejor que el actual presidente de México”, aseveró tras señalar que él ya ha hecho su contribución para la democracia.
Acompañado de la gobernadora Delfina Gómez y del jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, López Obrador dijo, como lo ha hecho en ocasiones anteriores, que lo que más lo llena de satisfacción es que en su mandato se ha reducido la pobreza y la desigualdad.
Más adelante el tabasqueño aseveró que su gobierno seguirá apoyando a los maestros y dijo que han quedado atrás los tiempos en que se “ninguneaba” al magisterio. “Lo primero es respetarlos”, dijo al reiterar que el salario mínimo para los docentes será de 16 mil 200 pesos, que son los ingresos mensuales promedio de los trabajadores inscritos en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Añadió que su gobierno ha basificado a 950 mil docentes y prometió que al cierre de su gobierno serán más de un millón.
También se comprometió a que en marzo el sistema de salud habrá médicos, especialistas, enfermeras en todos los hospitales, donde, afirmó, “no va a faltar ningún medicamento”.
“La educación y la salud no son un privilegio, son un derecho de nuestro pueblo”, dijo el titular del Ejecutivo, quien atestiguó la puesta en operación de la Planta Potabilizadora Madín II, que, sumada a la planta Madín I, tiene capacidad de potabilizar hasta mil litros por segundo.
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