La decisión del relevo de Enrique Ochoa de la dirigencia nacional del PRI está tomada y será la próxima semana se anunciará su salida. El exgobernador de Coahuila se quedaría como presidente nacional por lo que resta de la campaña. Con este cambio serían dos coahuilenses los que dirigirían tanto al PRI como al PAN
Enrique Ochoa Reza cumplió su ciclo ya al frente del PRI y no le
es más útil ni a Peña y mucho menos al candidato José Antonio Meade.
Al Presidente le sirvió muy bien hasta la designación del candidato.
El exdirector de la CFE cumplió perfectamente, hacia afuera, el papel para el
que lo mandaron a dirigir al partido del que había renegado públicamente.
Sin embargo, hacia adentro, ante el priismo cupular y de los
grupos, nunca fue aceptado ni llegó a ser visto como uno de los suyos, menos
como un líder.
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Rubén Moreira es
designado secretario de Organización del PRI Nacional
La decisión de Peña, según se comenta ya en el equipo cercano de
Meade, es que el relevo en el PRI se resuelva por el mecanismo estatutario de
prelación: es decir, que ante la renuncia de Enrique Ochoa, la secretaría
General, Claudia Ruiz Massieu, subiría como presidenta, y como nuevo secretario
general sube Rubén Moreira, actual secretario de Organización.
Luego, en un par de semanas, cuando Ruiz Massieu renuncie para
irse como candidata al Senado, el exgobernador de Coahuila se quedaría como
presidente nacional por lo que resta de la campaña.
Así, en la óptica de Peña, “un operador electoral probado” como
Rubén Moreira llegaría a la dirigencia del PRI. Con este cambio serían dos
coahuilenses los que dirigirían tanto al PRI como al PAN.
El coahuilense Marcelo Torres Cofiño asumió este viernes la
dirigencia nacional del PAN, luego de que Damián Zepeda, presidente del
albiazul, pidió licencia al cargo para buscar una senaduría por la vía
plurinominal.
Con información de El Universal
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