México pierde autosuficiencia en granos básicos, en
particular el maíz, arroz y trigo
Pascacio Taboada Cortina/Jorge Martínez Cedillo
Ciudad de México; 17 de
octubre de 2025.- Durante siete años de gobierno federal morenista, los
productores agropecuarios, forestales y agroindustriales han visto disminuir
los apoyos institucionales, los precios de comercialización, el financiamiento,
la asistencia técnica y promoción de la organización campesina en general.
De acuerdo con
declaraciones de dirigentes de agricultores y campesinos, participantes en el
paro de sus actividades por tres días, es resultado de la decisión de este
gobierno de abandonar al sector productor de alimentos a su suerte, sin
reflexionar que el pueblo necesita forzosamente cantidades crecientes de maíz,
frijol, arroz, trigo, hortalizas, legumbres, frutales, carne y leche, entre
otros alimentos.
De igual manera, señalaron
que México cada vez pierde autosuficiencia en granos básicos, en particular el
maíz, arroz y trigo. Estos esquemas han abierto las fronteras a importaciones
de esos granos básicos, dando preferencia a las importaciones de maíz, de las
cuales la mayor parte de los mexicanos consumidores del grano, a través de las
tortillas, desconoce si son producto de variedades transgénicas.
En estas condiciones, los
beneficiarios son los agricultores norteamericanos y canadienses que, de seis o
siete toneladas que cosechaban hace más de diez años, actualmente sus
rendimientos son entre 14 y 16 toneladas por hectárea.
En una acción sin
precedente, productores agrícolas de 20 entidades del país, se sumaron desde el
martes pasado al paro nacional convocado por tres días, en protesta por el
abandono en que el gobierno federal tiene sometido al campo mexicano y en
defensa de la dignidad campesina. Esto, en demanda de precios justos del maíz
blanco. Esta protesta justa de los productores, seguramente evolucionará en
movimientos regionales y a nivel nacional, unidos a estados como Sinaloa, Sonora,
Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Estado de México y otros más, hasta completar
veinte entidades federativas.
Los manifestantes
denuncian la eliminación, por parte de las instituciones federales, de los subsidios
estratégicos, la reducción sostenida del presupuesto al sector primario y la
desaparición de programas de apoyo agrícola y ganadero. A ello se suma la falta
de precios de garantía adecuados, el encarecimiento del diésel, la sequía
prolongada en regiones clave, como Sinaloa, Sonora, Jalisco, Veracruz,
Chihuahua y Durango, donde, además, el impacto de la violencia en zonas
productoras, ha obligado a muchos productores comerciales y campesinos a
abandonar sus tierras o rentarlas sin posibilidad de cultivo.
En contraste, en países
como Estados Unidos, Brasil y Ucrania, los productores reciben créditos y
subsidios que les permiten competir en el mercado internacional, mientras que los
agricultores mexicanos enfrentan condiciones adversas que comprometen la
autosuficiencia alimentaria. Datos recientes indican que, en la última década,
la producción nacional de maíz cayó 4%, mientras que las importaciones
aumentaron 78.4%, generando márgenes de rentabilidad mínimos y un déficit
promedio de $3,270 pesos por hectárea.
Los productores mexicanos exigen
precios de garantía justos para granos básicos. En el caso del maíz blanco,
supuestamente se ha fijado en $7,200.00 por tonelada, frente a los $5,000
actuales al que venden sus cosechas. Asimismo, advierten que la permanencia de
los granos básicos dentro del T-MEC y la fijación de precios en la Bolsa
Mercantil de Chicago, perjudican gravemente la economía rural y la soberanía
alimentaria del país, frente a la variabilidad del comercio estadounidense.
Un punto adicional, es en
el sentido de que gran parte del territorio agrícola mexicano, se cultiva con
maquinaria agrícola, la cual representa un alto costo en sí misma, con el
añadido del costo creciente de los combustibles y refacciones. Esto es así, por
el nulo apoyo del gobierno mexicano para la reproducción de animales de tiro.
Prácticamente han desaparecido de la tracción animal en casi todo el campo
mexicano: Son muy pocas las yuntas de caballos, mulas y burros. Parece que se
encuentran en proceso de extinción.
Por la urgencia de la
situación, los agricultores han rechazado establecer mesas de diálogo previas a
la movilización, señalando que la protesta es necesaria para mantener la
atención pública sobre la crisis del campo. Autoridades estatales y federales
continúan en comunicación con los manifestantes para liberar vías y garantizar
la seguridad vial, aunque se prevé que los bloqueos y marchas se mantendrán en
las próximas semanas, de no haber respuesta de las instituciones del gobierno
federal.
El llamado es claro: se requiere un debate serio, amplio e incluyente sobre el futuro del campo mexicano, la revisión interna en lo que corresponde al T-MEC y la construcción de políticas públicas que dignifiquen y fortalezcan al sector agropecuario nacional.

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