En esa opinión fue contunde al agregar de no llevar a cabo esta reestructuración, el poder judicial que hoy conocemos seguirá enfrentando problemas estructurales que van más allá de los jueces, magistrados y ministros.
Durante su conferencia, el mandatario federal recordó que recientemente un ministro (Javier Laynez) de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, “su alteza serenísima como representante del poder conservador decidió suspender una ley, una ley aprobada en el Congreso… si hay un poder con el pueblo, con la soberanía popular es el legislativo…, una gente que no es electa por el pueblo, pues ya se pueden imaginar lo que eso implica”.
Si ese mismo ministro me pidiera, dijo, que debería renovar a todos los jueces, entre mil 500 y mil 800 a condición que sean honestos y cercanos a la gente, “de dónde los voy a sacar. Es un problema estructural no es un asunto que se pueda resolver de la noche a la mañana, así estamos en otras profesiones, el caso de la abogacía tiene que ver con derecho privado, lo penal, el derecho público casi desapareció, el derecho agrario, social, ya no se enseña eso”.
Para concluir con el tema, el presidente López Obrador subrayó de manera importante que esta reestructuración, enfocada desde el humanismo estaría inserto en una reforma del estado propiamente, en ese sentido, destacó que estas acciones hasta ahora sólo se han realizado cambios en el Poder Ejecutivo para evitar la corrupción.
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