La Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn), y el Zoológico Regional Miguel Álvarez del Toro (ZooMAT), han dedicado el año 2022 a la celebración de los 80 años de creación del zoológico. Cada mes está enfocado en alguna de las áreas que lo conforman, motivo por el que el mes de julio será para la Curaduría de Anfibios y Reptiles, específicamente las serpientes.
Las protagonistas del mes de julio son una de las especies más temidas por la gran cantidad de mitos que las rodean, pero también de las más interesantes pues sus características se consideran una hazaña de la naturaleza.
Las serpientes se regeneran al cambiar su piel. Este cambio incluye la cicatrización de alguna lesión y la reconstrucción del tejido. Forman nueva piel, nuevas escamas respetando su patrón de color, explicó Antonio Ramírez Velázquez, curador de Anfibios y Reptiles del ZooMAT.
Hay una gran diversidad en la piel de las serpientes, distintos patrones de color, diferentes proporciones, todas con la misma forma tubular, pero adaptadas para trepar a los árboles, nadar y moverse con agilidad en el suelo.
Un ejemplo de esta especie es la serpiente “voladora” o “chichicua”, que lo mismo es arborícola que terrestre. Su nombre proviene de la velocidad para desplazarse. Es tan rápida que pasa de una rama a otra en los árboles y pareciera que vuela, ahondó Ramírez Velázquez.
El especialista explicó que hay además una diferencia entre las serpientes venenosas y las no venenosas: los dientes de las primeras se han conformado como
pequeñas agujas hipodérmicas, ya que tienen un orificio en la base y en la punta, lo que hace que cuando la serpiente muerde inocule el veneno y se disemine de forma más eficiente. El diente está conectado a las glándulas salivales parótidas por un orificio en la parte basal; estas glándulas secretan encimas y toxinas que al mezclarse forman el veneno.
En el caso de las serpientes venenosas, una de las más temidas es la víbora de cascabel. Como dato curioso podemos mencionar que su cascabel es la cubierta dérmica de la última vértebra caudal. La cola de esta serpiente tiene una serie de ceñiduras, lo que hace que cuando cambia de piel el segmento de la cola se queda adherido y gradualmente se van sumando y va formando lo que conocemos como el cascabel, el cual es hueco y al frotarse entre sí emite el sonido que conocemos y que sirve a la víbora para hacer notar su presencia. Si la temperatura es más de 26 grados puede hacer vibrar la cola de 60 a 80 veces por segundo, explicó el curador de anfibios y reptiles del ZooMAT.
Éstos y otros datos interesantes están al alcance del público en las mesas de contacto que cada fin de semana de julio estarán disponibles de 11:00 am a 2:00 pm, en la Plaza Monos, en el interior del zoológico, además del contenido audiovisual que se comparte en la fan page ZooMAT Chiapas.
Cada mes de 2022 ha estado enfocado a diferentes temas, por ejemplo, la educación ambiental, tema en el que el zoológico es pionero; la cocina, los mamíferos, anfibios, museo zoológico y aves. Julio es el mes de las serpientes, con lo que continúan los festejos por los 80 años de creación del ZooMAT como centro de conservación, investigación y reproducción de la fauna silvestre de Chiapas.
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