El acontecimiento más importante que marcó al pueblo
cubano fue la revolución de 1959 que sería la primera revolución comunista en
el continente americano. Éste hecho histórico, marca un antes en la vida de los
cubanos; la cual nos muestra en el largometraje de ficción “El premio flaco” el
cineasta cubano Juan Carlos Cremata, quien contó con la colaboración de su
madre Iraida Malberti en la dirección, en 2009. La cual cobra renovada vida en
la pantalla 45 años después de ser escrita por el dramaturgo cubano, Héctor
Quintero.
La película se narra en el contexto que se da un año
antes de la revolución; para muchos Cuba era conocida como la isla del pecado,
donde era común el juego, la mafia y la prostitución, una sociedad
completamente decadente bajo el gobierno de Batista. Cuba no era un país que
tuviera identidad, sino un simple destino turístico donde los gringos podían disfrutar
las veces que se les diera la gana. Lo que para los gringos y demás extranjeros
era diversión para el pueblo cubano era una terrible tragedia.
Cremata se da a la tarea de mostrarnos precisamente
esa tragedia de la que las familias cubanas son victimas. Iluminada quien es
microbusera, vive en una choza muy humilde con su hermana quien siempre tuvo el
sueño de ser artista y su marido Octavio un hombre frustrado. Rodeada de
personas como Carmelina y Lola, mujeres envidiosas e intrigosas que se hacían pasar
por buenas y amables vecinas. Su vida cambia cuando su hermana se encuentra una
balita en el jabón marca Rina, que le otorgaría una casa en el campo en seis
meses. Inmediatamente como aves de rapiña sus vecinas comienzan a pedirle sus
pertenencias e Iluminada muy contenta y siempre de buen corazón se desprende de
sus cosas sin ningún temor. Algunos días después de la noticia llega a
visitarla su comadre Juana cargando con cuatro hijos suplicando techo donde
poder vivir, Iluminada los acepta de buen corazón y decide quedarse los seis
meses en la carpa de circo que Octavio siempre guardó. Llegado el tiempo se va
solo Iluminada y Octavio quedándose solo su hermana persiguiendo su sueño en la
Habana. Lamentablemente a su casa le cae una bomba destruyendo todo, deciden
regresar a su antigua choza explicándole a su comadre lo sucedido y tratando de
recuperar lo perdido. Todos absolutamente todos la rechazan, su comadre la deja
en la calle y sus vecinos le dan la espalda, no le quedaba más que regresar a
su cruel destino que era el circo y su hermana a la prostitución. A pesar de
todo, Iluminada sigue creyendo que hay gente buena en el mundo. Sin duda una
obra de arte, como lo ha clasificado Cremata, una “comedia triste”.
Pero sigue pasando aquí y ahora, no es algo que se
quedó atrás después de la revolución en Cuba, eso pasa y seguirá pasando
mientras siga existiendo un sistema en el que los intereses materiales estén
por encima del hombre mismo. El capitalismo seguirá fomentando el
individualismo, la envidia, vanidad, soberbia; mientras el pueblo no se
organice y esté dispuesto a luchar por una sociedad más justa, donde existan
valores y el hombre pueda vivir en mejores condiciones. Así como iluminada, no
perdamos la esperanza de que en el mundo hay gente buena. Los mexicanos tenemos
que dejar de vivir una “comedia triste” como dijo Juan Carlos Cremata.
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