Leí en uno de los libros del
escritor Zacatecano, Gabriel Hernández García, un cuento que viene muy a modo
en estos tiempos y que quisiera compartir con todos ustedes, pero dado el espacio,
haré una breve síntesis de este relato; se trata del cuento titulado “El
mosco”, que hace referencia a uno helicóptero que llega a un poblado muy
alejado en el estado de Oaxaca, en él iba uno de los candidatos de la región y
que visitaba al pueblito para pedir el apoyo, aquel pueblo hundido en la
pobreza, no se dejó engañar y cuestionó las promesas del candidato, sin
embargo, el señor candidato se comprometió a resolver algunas de las
peticiones, mas nunca volvieron a ver al mosco.
Decía al inicio que estamos
en tiempos similares, a lo mejor no con un mosco, pero sí con las blindadas y
con las camionetas de lujo, allá desde las colonias más olvidadas de San
Quintín, pasando por el bello municipio de Ensenada, Rosarito, Tijuana, Tecate,
hasta llegar al Valle de Mexicali, vamos a tener visitas inesperadas, de caras
que a lo mejor no conozcamos y que se quieran presentar como los portadores de
la verdad.
Vienen las elecciones,
algunos ya se andan candidateando y otros más hacen desde sus puestos su propia
campaña, no es nuevo para nadie que tenga la vista sana y el oído agudo, que
las campañas nunca acaban y que el proceso más intenso es cuando tienen el
permiso legal por alguna dependencia, que es cuando en salen a sacarse la foto
con la gente de a pie.
Amigos, la intención de esta
opinión no es incitar a no votar, sino todo lo contrario, quiero hacer un
llamado a todos los que tengan la oportunidad de leerme para pedirles que
cuando llegue alguien a solicitar nuestro voto y con él nuestra confianza,
preguntémonos qué han hecho por nuestra comunidad, colonia, ejido,
fraccionamiento, etc. O cuántas veces regresaron a visitarnos, o cuántas de las
veces en las que presentamos una denuncia, queja o solicitud, se nos aceptó y
se nos solucionó.
Me refiero a un
cuestionamiento más real, no a las promesas que llevarán a dos años o tres
años, con lo que solo nos lavarán los oídos con miel; recordemos pues, queridos
bajacalifornianos, quién llegó hasta la puerta de nuestra casa con una despensa
cuando no teníamos siquiera un kilo de frijol para alimentar a nuestras
familias, recordemos cómo por más que se anunciaba en la TV, en la radio, en
las benditas redes sociales, que México estaba bien, cómo dentro de nuestras
casas las discusiones se hacían más grandes por el tema económico, ya sea
porque la pareja se quedó sin trabajo o porque ahora alcanzaba menos para
comprar lo mismo.
En tiempos electorales el
mejor camino es la reflexión, recordar, cuestionar y de manera organizada dar
esta lucha; esta semana vimos uno de los informes con mayor carencia tanto en
contenido como en forma, al pueblo le quedó claro cuál es la política de esta
administración, a todos los sectores que resultaron afectados para llevar a
cabo esta transformación también les quedó claro que votar sin reflexionar y
sin cuestionar, cuesta caro.
Los mexicanos tenemos una
tarea inmensa, le debemos a la patria los miles de muertos, las miles de
injusticias, el aumento a la pobreza, los cientos de miles de desempleados, que
son las consecuencias de una política que pretende llevarnos a una crisis de la
que no podremos salvarnos; hoy nos toca ver cómo entre los mismos de Morena y
ahora del PT, y otra vez de Morena, se quitan la camiseta y se ponen otra como
trapos sucios, no para defender los intereses del pueblo, sino para defender
sus propios intereses; ya vimos esta historia anteriormente, y los resultados
serán fatales si no los detenemos lo antes posible.
Ya lo dijo un hombre sabio, la solución está en el pueblo, pues solamente de manera organizada, podremos salir adelante, como un solo hombre y como un solo ideal, después será demasiado tarde.
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