BAJA CALIFORNIA
Por: Jorge Escobedo
Redacción/Quihubole!!!
TIJUANA, a 15 de mayo de 2019.- Yo soy hermano de una maestra y a mis 67
años de edad ¡JAMÁS pude ver a mi hermana sentada en la escuela viéndola bailar
y disfrutar el día a las madres! ¿Saben por qué? porque ella siempre estaba haciendo
recuerdos para que sus alumnos le dieran
algo ese día a sus mamas. Jamás la vi disfrutar y bailar porque estaba enseñándoles a sus alumnos
cómo bailar el vals de clausura.
¡Mi hermana siempre faltaba a la junta de
padres de familia! ¿Saben por qué? Porque tenía que estar en otra junta hablando con 30 padres
de familia y decirles que "Juanito" –uno de sus alumnos– ya sabía las
tablas de multiplicar; estaba ahí para decirles entusiasmada que "
Martita" –otra alumna– ya sabía multiplicar
y dividir, para ayudarle a su mama en la tienda y cuando los padres no tenían
recursos suficientes para celebrar el Dia del Niño, ella sin pensarlo lo daba de
su bolsa y lo daba con gusto solo para ver a sus alumnos divirtiéndose con sus padres.
Muchas veces vi a mi hermana cómo le
cambiaba la ropa a niños que no eran sus hijos, vi cómo lloraba cuando uno de
los niños se golpeaba, se preocupaba y pedía a Dios que no fuera peligroso; le
marcaba a su papá para ver cómo estaba y si ya iba a llegar a la escuela,
incluso, muchas veces, los trataba mejor que a mis sobrinos.
Cuando muy empezó como maestra me tocó
ver a mi hermana cómo consolaba con amor a los niños cuando gritaban
"Quiero a mi mamá" me tocó verla cómo les daba muestra de amor.
Me tocó vivir eso creo que sólo 2 años
porque ella ascendió a directora y la mandaron a Mapastepec a vivir lejos de
nosotros, sólo la veía los sábados y domingos, ella viajaba 4 horas los viernes
saliendo de la escuela para poder estar con mi madre y mis otras hermanas. Los
lunes viajaba a las 4 de la mañana para llegar a las 7 y a las 8 presentarse a
su jardín.
Saber cuántas veces se sentía mal pero
se aguantaba para poder explicar por qué no podía comerse la plastilina o para
llevar a los párvulos que no llegaban a tiempo al baño, sin mostrar asco ni
molestia alguna, mientras que las mamas… ni en cuenta.
Saber cuántas veces me marcaba llorando
para decirme que le prestara dinero para comprar útiles para hacer trabajos
manuales que le servirían para entretener a sus alumnos diciéndome que
entendiera que todo ese sacrificio que ella hacía era para poder darle un
poquito de alegría a sus alumnos. Yo insensible le reprochaba porque hacia eso
si nunca se lo agradecerían.
No sé cuántas veces me hizo sentir mal
cuando sus alumnos abrazan a su madre y yo no podía hacer lo mismo porque me
avergonzaba ver a mi hermana sentada en su jardín preocupada y nerviosa para
que el bailable saliera bien y que Toñito no se pusiera a llorar porque ya no
quería bailar en el festival de la primavera.
Cuántas veces me tocó ver a mi hermana
desvelarse por hacer figuras de fomi, piñatas para sus proyectos y planeaciones para futuras
festividades, día del niño, día de las madres, incluso, día del maestro.
A mí me da orgullo, me siento orgulloso
cuando en la calle señores niños y adolescentes le agradecen todo lo que ella
hizo por ellos. Me siento orgulloso cuando dicen que mi hermana ha sido la
mejor maestra que les pudo haber tocado, cuando me preguntan y me dicen cosas
como:
-"¿Eres hermano de la maestra Blanquita?
Qué orgullo, tu hermana me dio clases y siempre le voy estar agradecido".
- Gracias a tu hermana Blanquita se fundó una
escuela en Mapastepec, Sin en ella no hubiera sido posible".
Me llena de satisfacción cuando le
marcan para ver si le puede dar un lugar en la escuela donde ella trabaja porque quieren
que su hijo o su hija estén ahí donde mi hermana es la encargada.
Soy hermano de una maestra, estoy
orgulloso de ella y de lo que ama. Y yo estoy de acuerdo en que luche por lo
que a ella le corresponde.
Así como mi hermana, hay muchas personas
que han sacrificado mucho, no tienen idea, incluso sé que hay otras personas
que han sacrificado más, y si no me crees te invito a Chiapas, allá hay miles
que tienen historias similares. También te invito a leer y saber el porqué de los
paros magisteriales, el porqué de la lucha. Hoy comprendo y entiendo sus
luchas.
Ellos están peleando para que se les
respete todo lo que han sacrificado, luchado, trabajado y estudiado. Están
luchando para que el gobierno les dé su lugar, el lugar que realmente se
merecen como maestros.
Podrás estar de acuerdo o no y eso se te
respeta, pero acuérdate que si eres Abogado, Doctor, Arquitecto, Maestro etc.
Es gracias a una persona como mi hermana.
Post scriptum. Saber que podemos
contar contigo siempre es una de las mejores sensaciones, y ahora que han
pasado los años y cada uno en su camino, espero hacerte saber que siempre
podrás contar conmigo, así como sé que tú estarás al lado de mama y hermanas también,
porque nuestro lazo es irrompible. Gracias hermana por haber sido nuestra
maestra, nuestra guardiana y mantener en
alto tu vocación de maestra.
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