miércoles, 27 de septiembre de 2017

HISTORIA DE UN MILAGRO

*Paramédico cuenta cómo se salvó de morir en el helicóptero que se desplomó, Francisco Cantú Nataren volvió a vivir
CHIAPAS
Cortesía del portal La Ceiba Digital/Margarita Moreno Soto/Foto Ayto de Tuzantán
TUZANTAN, a 27 de septiembre de 2017.- El motivo por el que se accidentó el helicóptero marca Bell que hacía la labor de ambulancia área donde viajaba en compañía con el piloto, el copiloto y una señora enferma que llevaban de Bochil a Tapachula para asistencia médica, según comentó a los rescatistas el sobreviviente fue la intensa lluvia, los vientos y la tormenta eléctrica causó daños a la aeronave.
“El piloto hizo todo para que no cayéramos. Estuvo hablando a la base dando las coordenadas de dónde se encontraba el aparato, mencionando lo que pasaba, pero fue imposible recibir alguna noticia y salvar la nave”, según expresó Francisco.
El helicóptero descendía más y más sin que desde arriba se pudiera ver lo que había abajo, la lluvia y la neblina lo cubría todo. Entre las vueltas que daba el aparato la puerta se rompió, entonces la señora que era trasladada dijo que ella se iba aventar que no quería quedarse ahí. “No lo haga vamos a bajar le gritaba el piloto”. Pero la señora no obedeció y se arrojó desde el aire.
La nave siguió girando, girando y poco a poco con las hélices rompía las ramas de los árboles cercanos. “Yo me quise también lanzar pero el piloto me dijo que no lo hiciera “vamos a bajar, estoy buscando un lugar donde aterrizar, no te bajes”, recordó el paramédico.
Después recibió un fuerte golpe en su cuerpo. Al caer la nave el ruido fue estruendoso, tan fuerte que según dicen las personas que se encontraban en la ranchería más cerca donde cayó el aparato, se escuchó pero pensaron que eran los efectos de un rayo.
El paramédico no sabe cuánto tiempo pasó desde la falla de la nave pero ya era tarde, entraba la noche. El aparato ya estaba en tierra, destrozado de la parte trasera. Dentro del helicóptero el copiloto que iba sentado a lado del piloto estaba inconsciente, sangrando profusamente, todavía con el cinturón de seguridad. El piloto salió del helicóptero accidentado, buscó a la enferma que trasladaban pero no la encontró por lo que decidió quedarse en ese sitio. El paramédico también salió del sitio donde había quedado ayudado por el piloto, entre los fierros retorcidos. Jaló la camilla ya vacía, se subió en ella, cruzaron algunas palabras con el piloto sobre el momento. Ya no pudieron sacar de la nave al copiloto que seguía inconsciente y que se supone más tarde falleció por los golpes recibidos.
La lluvia arreció, los dos sobrevivientes entre los dolores de sus lesiones que parecían no eran graves empezaron a platicar en espera que llegara pronto la ayuda, no se querían mover porque sabían que los buscarían. Así fue como el paramédico se durmió sobre la camilla, a su lado el piloto.
No sabe cuánto tiempo pasó. Al otro día el paramédico despertó, a su lado continuaba tirado en el suelo el piloto. El paramédico al ver que todavía dormía le habló, intentó despertarlo para decidir qué hacer con la situación, pedir ayuda, buscar a la paciente que llevaban o quedarse en el sitio, pero el acompañante ya no le contestó, pensó que estaba inconsciente peroro pronto se dio cuenta que también había fallecido.
¿Qué hacer en ese momento? Moverse para buscar ayuda, salvar la vida o quedarse ahí porque sabía que habría una búsqueda por parte de las autoridades. Decidió por fin, se quedó otro día más, buscó alguna fruta para comer, cerca se escuchaba el ruido de un arroyo. Estaba ahora solo, sin saber si saldría de ahí con vida porque a los lados él solo veía puros árboles. Con ese pensamiento llegó la noche, el dolor de la fractura en el brazo empezó a ser más fuerte. Se metió a la nave y pasó ahí la segunda noche, solo, con los dolores de las lesiones del brazo y con lluvia pero con la esperanza que llegara ahora para el rescate.
Al otro día tomó una decisión, tenía que buscar ayuda porque no había llegado la ayuda. Caminó hacia el arroyo, luego marchó sobre la rivera, de pronto encontró unas mangueras conectadas al agua que ahí pasaba. Señal que esa manguera lo llevaría a una casa, camino siguiendo el tramo. Pasaron unos minutos que le parecieron horas pero llegó a un rancho, su alegría fue inmensa, se había salvado, se había dado el milagro.
Ahí pidió ayuda con los lugareños, dijo el motivo de su llegada y los habitantes inmediatamente lo auxiliaron y comunicaron a la autoridad del municipio lo sucedido. Más tarde se hizo todo el movimiento del rescate, las personas fallecidas fueron el piloto, copiloto y la paciente que encontraron como a 300 metros de la nave; el paramédico fue llevado en ambulancia hacia el Hospital de Huixtla, tiempo en que tuvo la necesidad de narrar a los rescatistas de Protección Civil y de la Policía Municipal, lo que había pasado, cómo había salvado la vida, como el milagro de volver a vivir se consumado.

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