OJO POR OJO
Por: Álvaro Cuevas
BAJA CALIFORNIA
Redacción/Quihubole!!!,
TIJUANA, 28 de agosto de 2017.- Me da entre risa y
coraje este juego que muchas instancias se traen con la persona que pudiera ser
el próximo presidente de México. ¿Cuántos sexenios tenemos viendo encuestas que
juran que el que va a ganar es Andrés Manuel López Obrador? ¡Cuántos!
¿Cuántas
décadas tenemos haciéndonos los dignos porque nadie nos ofrece propuestas de
verdad? ¡Cuántas!
Las elecciones
jamás han sido un asunto ni de encuestas ni de planes de trabajo. Son un
espectáculo. Quienes ganan no son los que le dan gusto al círculo rojo, son los
mejores personajes y si no me cree, pregúntele a Donald Trump.
Y yo no
estoy viendo que dos de los más fascinantes personajes del universo político
mexicano estén jugando en las ecuaciones de los especuladores. Por supuesto, me
refiero a Manuel Velasco Coello, El Güero, gobernador de Chiapas, y a Jaime
Rodríguez Calderón, El Bronco, gobernador de Nuevo León.
A usted
le podrán caer bien o mal, pero son estructuralmente perfectos y tienen un
nivel de recordación que ya lo quisieran muchos.
¿A qué
me refiero cuando le digo que son estructuralmente perfectos? A su combinación
de fondo y forma, a las peculiaridades de su estilo, de lo que hacen y de lo
que dicen.
Don
Manuel es un hombre joven con el que millones de chavos se pudieran
identificar, al que otros tantos pudieran ver como una figura aspiracional y al
que un amplio sector de la sociedad pudiera calificar como galán. No hay manera
de verlo y de no reconocerlo.
Y si a
usted le gusta jugar a la victimización de los políticos, como en el caso de
López Obrador, al señor Velasco le han hecho hasta lo indecible porque se
atrevió a casarse con Anahí, una famosa figura del espectáculo. Aquí hay mucho
de lo que la gente que vota pudiera tomar en cuenta al momento de la verdad:
Vida
privada, romance, paternidad, valores familiares y decencia porque, lo que sea
de cada quien, el gobernador de Chiapas jamás se ha metido en escándalos de
ningún tipo. A esto súmele un montón de cuestiones que el señor ha hecho por su
estado y que lo pudieran sostener cuando se trata de ganar una elección. ¡Y
cumple con todos los requisitos!
Don
Jaime, por su parte, es poco menos que el superhéroe que México esperaba. Con
él lo que aplica no es ni la juventud ni la galanura ni el retrato familiar
sino lo que dice y el tono en que lo dice.
Cuando
hablamos de elecciones, muchas de las personas que salen a votar no lo hacen
por amor. Lo hacen por rabia. Se quieren vengar. ¿De quién? De quien se deje:
del sistema, de los políticos en el poder, de la pobreza, de los candidatos de
siempre, de la corrupción, de los partidos. Y este hombre va precisamente por
eso, por la tripa.
Es como
un justiciero muy a la manera de lo que Vicente Fox manejó en los años 90 y que
lo llevó al poder en 2000. En estos tiempos en que todo está volviendo al
origen, ¿a usted no le suena posible que este señor, a pesar de las polémicas
que ha sembrado en su estado, se pudiera colar en los corazones y en las mentes
de los mexicanos?
El Güero y El Bronco son tan buenos personajes que hasta se
oponen. No los pierda de vista. La carrera por el 2018 todavía no está
definida.
¿O
usted qué opina?
¡atrévase
a opinar
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