miércoles, 16 de marzo de 2016

SEMÁFORO: ARTE, CULTURA Y EDUCACIÓN Y UNA DOCTORA INCULTA

Exal Baltazar Juan Avila/APyPM
VERDE.
Antes de profundizar en el tema, me gustaría recordar la definición de cada uno de esas palabras que son parte de la vida del ser humano y que nos identifica y nos coloca en una tabla del 1 al 10 en una controversial calificación.
El arte (del latín ars) es el concepto que engloba todas las creaciones realizadas por el ser humano para expresar una visión sensible acerca del mundo, ya sea real o imaginario. Mediante recursos plásticos, lingüísticos o sonoros, el arte permite expresar ideas, emociones, percepciones y sensaciones.
El término cultura, proviene del latín cultus, hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre.
Es una especie de tejido social que abarca las distintas formas y expresiones de una sociedad determinada. Por lo tanto, las costumbres, las prácticas, las maneras de ser, los rituales, los tipos de vestimenta y las normas de comportamiento son aspectos incluidos en la cultura.
Otra definición establece que la cultura es el conjunto de informaciones y habilidades que posee un individuo. Para la UNESCO, la cultura permite al ser humano la capacidad de reflexión sobre sí mismo: a través de ella, el hombre discierne valores y busca nuevas significaciones.
Mientras que la educación puede definirse como el proceso de socialización de los individuos. Al educarse, una persona asimila y aprende conocimientos. La educación también implica una concienciación cultural y conductual, donde las nuevas generaciones adquieren los modos de ser de generaciones anteriores.
El proceso educativo se materializa en una serie de habilidades y valores, que producen cambios intelectuales, emocionales y sociales en el individuo. De acuerdo al grado de concienciación alcanzado, estos valores pueden durar toda la vida o sólo un cierto periodo de tiempo.
En el caso de los niños, la educación busca fomentar el proceso de estructuración del pensamiento y de las formas de expresión. Ayuda en el proceso madurativo sensorio-motor y estimula la integración y la convivencia grupal.
AMARILLO.
El novelista y Premio Nobel de Literatura José Saramago recordó que en el siglo XIX se pensaba que "por cada escuela que se construya, se cerrará una cárcel", algo que no se ha cumplido. El escritor consideró a los maestros como "los auténticos héroes de nuestro tiempo". En este contexto, añadió: "Estamos confundiendo cosas complementarias, que son educación e instrucción. Hoy nadie habla de instrucción, sino de educación, lo cual nos llevaría a pensar que vivimos en una sociedad perfectamente educada".
En este sentido, Saramago argumentó que la "auténtica educación no es la educación de saber" datos de cultura general, "no se trata de eso", sino de "educación en el sentido del respeto por el otro, de la conciencia de nuestro lugar en la sociedad, de qué es lo que la sociedad tiene derecho de pedirnos, qué es lo que nosotros tenemos la obligación de aportar". Desde su punto de vista, "el problema es la familia, que no educa, no sabe, no puede, y entonces se transfiere la obligación de la educación para aquellos que sólo pueden instruir".
ROJO.
Cultura. El carácter camaleónico de esta palabra, capaz de transformarse de coloración para encajar en los más variados escenarios y situaciones, es verdaderamente impresionante. Incluso cundo tiene el sentido restringido de un agregado concreto de realizaciones humanas que tienen que ver con representación simbólica del mundo, real o imaginario, o con su conocimiento racional y reflexivo (como el arte, la literatura, el pensamiento o la ciencia en su dimensión más pura), tampoco hay ni claridad ni consenso en lo que cabe considerar digno de ser incluido en esta categoría. La ciencia ha sido expulsada del reino de la cultura: pertenece a otra esfera de valores y realizaciones, más emparentados con la tecnología que con la filosofía, la literatura, el arte y los saberes más humanísticos, al menos en lo que toca a las ciencias físico-naturales. En este sentido sigue vigente la vieja tesis de C. P. Snow sobre el abismo insalvable que separa a las dos culturas: la científica y la literaria, a las que el sociólogo Wolf Lepenies añade una tercera que mediaría entre las dos, la representa por saberes a la ves humanísticos y científicos, como la sociología.
Así como el arte del más vulgar producto comercial, socavando desde dentro con su “antiarte” el valor, legitimidad y particularidad de la creación cultural. El “todo vale” es, además, para algunos, signo de apertura y receptividad que facilita la compresión de las corrientes artísticas o intelectuales más novedosas, así como de las formas de expresión de cualquier grupo o individuo. La “anomia” cultural, en fin, se ha instalado en las sociedades capitalistas avanzadas.
El hecho de contar con un documento con logotipo y sello de una universidad no avala la conducta ni percepción que pueda tener la persona como individuo de estas tres palabras: cultura, arte y educación ni por más títulos profesionales que pueda tener no le da derecho a defraudar a las instituciones y menos a un pueblo, y humillar con prepotente vanidad y soberbia a sus semejantes.
Denise López Espinal
Dir. Del Inst. Mpal., de la Cultura
Y de las Artes de Tapachula.
Y al mismo tiempo docente de la UNACH
Lo anterior haciendo alusión a la recién egresada, Denise López Espinal; con el mal llamado título de “doctorado” quien ha confundido que los títulos le da el derecho de no hacer absolutamente nada y cobrar sueldos tanto en la UNACH como docente, de quien sabe que materia, pero eso si cobra rigurosamente cada quincena y goza de todas las prestaciones; pero también cobra, como lo mencione en columnas anteriores, como directora del nuevo Instituto Municipal de la Cultura y las Artes de Tapachula (antes Casa de la Cultura Municipal), lo cual el sueldo de 5 mil pesos no es nada comparado con los 35 mil pesos de compensación que recibe mensualmente.
¿Sabrá que es dignidad?
Debería de reflexionar que con esa conducta esta vetando la oportunidad a muchos jóvenes y personas que tienen la vocación para desempeñarse en cualquiera de los puestos que ostenta y que denigra la ya deteriorada imagen que tenemos los tapachultecos en cuestión cultural y educativa.
Denise raya en el cinismo y la desvergüenza al exhibirse públicamente en horas de trabajo, en reuniones sociales de todo tipo o participando en eventos que nada tienen que ver con cualquiera de los dos empleos que, inmerecidamente ostenta. ¿Por qué la siguen sosteniendo en esos puestos?
Denuncias y comentarios: periodistaexal2015@hotmail.com  Cel. y Wts. 962 10 80 934 Tapachula, Chiapas, México; 16032016

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