viernes, 29 de enero de 2016

SEMÁFORO

ANIME Y MANGA EN LA SOCIEDAD 
VERDE.
Para quienes no lo conocen, el término “anime” se refiere a las caricaturas y “manga” a  historietas de origen japonés, como Candy Candy, Mazinger Z, Dragon Ball, Sailor Moon, Naruto, por mencionar las más conocidas en nuestra región. 
Surgieron hace décadas, lustros quizá, siendo “Kimba, el León Blanco” (después surgieron “Simba” y “El Rey León”, su contraparte americana creada por Walter Elias Disney) el primer exponente en la pantalla chica. 
Exal Baltazar Juan Avila/APyPM
Al transcurso de los años floreció la industria de la animación hasta llegar a lo conocido hoy, series de todos géneros, para todos los gustos con presentaciones en cines reconocidos a nivel nacional, festivales, convenciones y conferencias, asimismo cuentan con hologramas cuya proyección comienza en nuestro país este año. 
Una de las características más curiosas de estos dibujos es su estereotipo del héroe masculino, en la cuestión física, se trata por lo regular de un joven de tez morena clara, ojos y cabello oscuro, asemejándose a un japonés ordinario.
Los animes y mangas suelen desarrollarse en el país del Sol Naciente, reflejando algunos aspectos de su cultura, de la época feudal y moderna, recopilando piezas de música clásica oriental en sus bandas sonoras; dan a conocer las festividades más sobresalientas, ropa tradicional, el modo de vida habitual, algunos trastornos propios de los nipones, sus costumbres (nuevas y anteriores a la bomba nuclear), la economía de sus ciudades más desarrolladas, el respeto otorgado a los mayores, su alimentación; en resumen, abren una ventana para presentar a los occidentales aquello existente al otro lado del mar; es una forma poco común de aprender acerca de otra nación, totalmente distinta, con lo cual provee a los jóvenes del interés necesario para instruirse en otro idioma y del mismo modo fomenta la lectura, a través de los mangas pues muchos están basados en novelas de literatura clásica, novelas ligeras, cuentos y relatos. 
Además promueven el arte, basta con observar a los amantes del anime y manga para darse cuenta, casi todos se desarrollan en algún arte, escriben fanfictions (entre otras cosas), interpretan los temas de su serie favorita (con instrumento o a capela), dibujan, son buenos actores pues llevan a cabo escenas de combate con un realismo impresionante, detallan escenografías o fabrican vestuarios de calidad inigualable, desde un vestido hasta una armadura, lo cual posee su propio nombre: “Cosplay”.
Ésta última ramificación del anime y el manga posee un mayor número de seguidores, practicantes o no del mismo, y se pronostica su aumento en nuestro país, pues México ostenta en la ahora el primer lugar a nivel mundial en dicha disciplina; le llamo disciplina debido a la magna dedicación necesaria para ello, ¿Quién podría tener tanta paciencia para coser una por una cientos de chaquiras en un disfraz? O bien, confeccionar cada accesorio o detalle en la armadura para caracterizar un personaje propio de un mundo fantástico.
Los cosplayers (título para designar a los ejecutores del cosplay), además de tener reconocimientos del mundo del anime y las convenciones, son muy capaces de lograr estímulos fuera de él, en un ámbito más convencional, como es el caso de una Maestra  chiapaneca: Harumi Yamasaki Serna quien ganó el PECDA (Programa De Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico, gestionado por CONECULTA) en el año 2012 en la categoría de teatro en su división de vestuario con el proyecto “La Vida en Cosplay”.
También se dieron, el año pasado 2015, en distintas ciudades de nuestro país una serie de conciertos y proyecciones de los mismos, ejecutados por orquestas sinfónicas pero con piezas, a modo de arreglos, de temas o soundtracks anime, tal es el caso de Pokemon, Studio Ghibli (el cual posee un repertorio extenso y bellísimo por ser un estudio dedicado a películas anime con inclinaciones plenas al folklore japonés) y The Legend of Zelda (videojuego con adaptación al anime).
AMARILLO. 
Distintos individuos suelen calificar a los fanáticos de éstos pasatiempos como personas antisociales, sin oficio ni beneficio, al conocer su gusto por ello no piensan en dar un peso en su favor (y no es que lo necesiten), los figuran carentes de formación académica, pero son como cualquier otra persona, tienen familia, amigos (de los cuales no a todos les gusta el anime), empleos y carreras universitarias variadas, desde Licenciados en diseño gráfico hasta médicos, abogados y maestros pero sus gustos no influyen en el desempeño de su profesión. 
Sin embargo; existen quienes corren el riesgo de prestar más atención a la diversión y no a los estudios o el trabajo, entonces se transforma en distracción pero esto se aplica a mucha cosas, no es exclusivo del anime, así encontramos jóvenes ensimismados con el Facebook o alguna otra red social, hombres y mujeres pasmados con las telenovelas, partidos de futbol, entretenidos con revistas, el celular y demás. Es cuestión de la enseñanza acerca de horario, responsabilidad y prioridades recibida en casa. 
ROJO. 
Algunos consideran este modo de entretenimiento una perversión y con este despectivo generalizamos, vemos una sola cara de la moneda y somos incapaces de observar la paja en nuestro propio ojo. 
El anime y el manga se dividen en géneros, como las películas, series televisivas, tiras cómicas y caricaturas occidentales.  Tenemos pues, anime para chicas de corte romántico y dramático, para niños con temática infantil y comedia, para jovencitos (en su mayoría de acción, deporte y robots) y por supuesto, para adultos con escenas eróticas y en ocasiones lenguaje inapropiado. Lo mismo ocurre con las películas, existen para todos los gustos y públicos, hay de acción (protagonizadas o no por Rambo), de amor, comedia, suspenso y también películas eróticas. He aquí donde los padres deben establecer la confianza y lo límites a sus hijos de acuerdo a su edad, así como  una apropiada educación sexual. 
Nuestra sociedad está llena de tabúes y esquemas sofistas, es decir, recaen en suposiciones, generalizan, y, como ha sucedido siglos atrás con otras cuestiones, satanizan lo desconocido o incomprensible sin indagar en el tema o cerciorarse de los hechos. 
Nos encontramos así en un paradigma de intolerancia, cerramos nuestra mente hacia otras formas de expresión, de arte y cultura, en ésta época donde florece lo alternativo. 
Denuncias y comentarios: periodistaexal2015@hotmail.com Cel. y Wts. 962 10 80 934
Tapachula, Chiapas, México; 28012016

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