Banquetas
del Mercado Saturada de Vendedores
Ponen en peligro su vida y la
de los transeúntes.
Urge la intervención del gobierno
municipal
Malestar generalizado de las amas de casa por el riesgo de ser atropelladas por culpa de vendedores fijos y ambulantes que utilizan las banquetas, sin que autoridad alguna se los prohíba, no obstante el riesgo de sufrir también un accidente de funestas consecuencias
Por: David López Velázquez.
QUIHUBOLE/HUIXTLA, CHIAPAS/30/03/15.- Amas de casa, solicitan a las
autoridades municipales, intervengan para dar solución a los problemas de
vialidad que se registran en calles y avenidas que colindan con el mercado
público “Miguel Hidalgo” de esta ciudad.
Calles y avenidas que colindan con el centro de abastos al que todos
los días asisten cientos de amas de casa, representan un peligro latente por
los vendedores ambulantes que se encuentran sobre las banquetas, además de los
puestos que ocupan las arterias de vialidad, al igual que los trabajadores de
triciclos que tienen sus bases establecidos en los alrededores.
Muchas son las familias que se han posesionado de las banquetas para
instalar sus negocios en los alrededores del mercado y ello también es un
obstáculo más que tienen que sortear las señoras, porque se ven obligadas a
caminar en plena calle exponiéndose a ser atropelladas por los carros,
triciclos o motocicletas.
Indicaron las quejosas que en varias ocasiones se han salvado de ser
arrolladas por irresponsables choferes que no respetan el paso de los
transeúntes. Aunado al problema, se suma el gran número de triciclos de carga y
de pasaje que por ahí transitan y no respetan la vialidad al meterse en sentido
contrario, así como los conductores de carretas o triciclos particulares que
descargan sus mercancías y obstruyen el tráfico.
Por lo anterior, piden la intervención del presidente municipal, Ramón
Ayala Pavía, para que analicen este problema con los regidores del
Ayuntamiento. En el caso de la Avenida Rayón que colinda con este centro de
abastos, proponen las amas de casa que cierren esa arteria a la circulación de
los vehículos en horas muy concurridas, o bien que desalojen las banquetas de
vendedores, pero que actúen para evitar a tiempo una desgracia.
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