Tapachula Chiapas. - Hay personas que no caminan: flotan. Van por la vida dejando chispas, risas y un aroma de esperanza en cada paso. Tito Sánchez es así… un ser de luz que no se esfuerza por brillar porque simplemente ya viene hecho de estrellas. Tapachula lo quiere desde siempre, y el mundo —ese que él recorre entre artistas, glamour, escenarios y gente buena— lo adopta con la misma naturalidad con la que él regala sonrisas.
Tito es un universo completo.
Empresario, promotor artístico, creador de espectáculos, guionista, productor… y, al mismo tiempo, un ciclista feliz que pedalea por la ciudad vendiendo queso, crema, chorizo o lo que lleve ese día en su canastita. Porque para él no existe la contradicción entre la alfombra roja y la calle; todo es vida, todo es historia, todo es amor.
Entre tantas facetas brillantes, guarda una misión de amor infinito: rescatar perritos. Tiene muchos. Quizá demasiados para contarlos, pero todos ellos tienen en Tito a un padre, a un protector y a un refugio. Pocas veces lo he visto sufrir, y siempre —siempre— ha sido por un perrito lastimado, abandonado o enfermo. Tito se quiebra por ellos. Les llora, los defiende, los salva. Es un defensor nato de los caninos; ama sin condiciones.
Y aunque pareciera que su vida es puro relámpago de alegría, también existe en él una fuerza que brota del corazón cuando algo no está bien. Lo he visto discutir —de las pocas veces que pelea— por causas colectivas:
por la falta de agua en una colonia, por un apagón, por un abuso, por una injusticia común. Tito jamás pide algo para él. Nunca. Siempre levanta la voz por los demás. Siempre piensa primero en quien necesita, en quien sufre, en quien espera.
Esa es la esencia de su grandeza: vive para compartir.
Su risa… su risa es un poema sin rimas, un estallido que recuerda que la felicidad existe incluso en días nublados. Tito ríe fuerte, sin filtro, sin cálculo, como si el mundo necesitara escuchar esa carcajada para volver a creer en la belleza de la vida. Y quien lo escucha entiende que hay seres que nacieron para recordarle al mundo que la vida es más dulce cuando se comparte.
Ha escrito libros —muchos— donde cuenta anécdotas de artistas, escenarios, luces, sombras y secretos del espectáculo que sólo él conoció. Esos libros han sido celebrados por presidentes municipales, por familias de prestigio, por prensa, por empresarios y por figuras internacionales que lo reconocen con cariño sincero.
Ahí está Maribel Guardia, su amiga entrañable, diciendo sin reservas lo que muchos sienten: Tito no inventa su grandeza… la provoca, la inspira, la contagia.
Y si hablamos de cariño verdadero,
en la familia Ugalde es el consentido.
Una muestra más del mundo artístico que lo rodea y de la calidad humana que él ofrece. Doña María de Lourdes no oculta el amor, la gratitud y el orgullo que siente por Tito Sánchez. Ese abrazo genuino, tan de familia, tan sincero, es un reconocimiento profundo que no necesita ceremonias.
Porque Tito no pretende ser ejemplo… pero lo es.
Lo es cuando vende un queso.
Lo es cuando rescata a un perrito.
Lo es cuando defiende a un vecino.
Lo es cuando escribe un libro.
Lo es cuando produce un evento.
Lo es cuando llega a un lugar y lo llena de luz.
Y donde pasa Tito Sánchez, pasa la felicidad.
Así, sin esfuerzo, sin ruido, sin pretensiones… solo con esa magia suya que nadie más tiene.
Te quiero, Tito. Y celebro con orgullo tu amistad, esa que llega como abrazo de sol en mañana fresca. Siempre es un gusto encontrarte, escucharte, reír contigo… y siempre será un privilegio tenerte cerca. Tito Sanchez Sanchez Ortiz

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