En este mismo tema, sobre los llamados a la reconciliación y el diálogo, López Obrador expresó que “tiene que haber respeto pero no somos iguales”, y subrayó que hay quienes siguen defendiendo un modelo que beneficia sólo a las minorías, razón por la cual se mantiene un bloque conservador con influencia en el Congreso y en el Poder Judicial.
En tanto, recordó que, cuando Agustín Carsten era secretario de Hacienda en el gobierno de Felipe Calderón, el presupuesto se aprobaba por unanimidad, con diputados que, dijo, eran “levantamanos”, pero lo logró porque “repartían moches, maiceaban, pero todo ese dinero se quedaba arriba en beneficio de una minoría, por eso no había presupuesto para el pueblo, porque también, el gobierno no tenía como propósito beneficiar al pueblo; el gobierno, su función durante el periodo neoliberal, fue facilitar el saqueo”.
Tras afirmar que el vender bienes públicos a particulares era “la esencia del gobierno”, y lo comparó con una oficina para entregar contratos y concesiones, añadió que “ahora ya no es así. Diálogo sí, pero sin corrupción”.
En respuesta a las preguntas de los asistentes a la “mañanera” en Palacio Nacional, reiteró que durante los 36 años del periodo “neoliberal” se legalizó con reformas constitucionales el saqueo en nuestro país. Se llegó incluso a privatizar puertos, cárceles, guarderías, educación o la salud.
Por ello “se fue perdiendo la letra, el espíritu original de la constitución de 1917”, pero ponderó que la Constitución “no ha muerto” gracias a que la población decidió un cambio y se han enviado reformas para recuperar el origen de la Constitución de 1917.
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