Lo cierto es que Andrés Manuel no tiene
secretario de Gobernación, que otros hacen las tareas de Sánchez Cordero
mientras ella funciona como florero
CDMEX
Redacción/Quihubole!!!
Por Juan Bustillos
CIUDAD DE MÉXICO.- a 25 de julio de 2019.- El
Presidente López Obrador expresó, en la mañanera, que no quiere que Olga
Sánchez Cordero se vaya de la Secretaría de Gobernación, como dice el rumor que
un día sí y otro también circula en la Cuarta Transformación.
La última ocasión que escuchamos algo
similar fue en Chiapas, cuando panistas y perredistas sorprendieron a Rosario
Robles en supuesto uso de programas sociales en procesos electorales
veracruzanos, en complicidad con el gobernador Javier Duarte.
Apenas tuvo oportunidad, el Presidente
Peña Nieto recomendó soportar el temporal a su secretaria de Desarrollo Social.
“Aguanta, Rosario, aguanta”, le dijo, y ella aguantó; él también, no obstante
el torrente de acusaciones sobre la supuesta Estafa Maestra.
Peña hizo bien en aconsejarle aguantar,
y ella también en hacerle caso porque en la Cuarta Transformación, el
Presidente López Obrador dijo que su antigua compañera de partido en el PRD, la
que le ayudó a ser jefe de Gobierno de la Ciudad de México, es chivo
expiatorio, que los malos están “arriba”, aunque nunca los menciona por su
nombre.
Es así como la señora Robles es de los
pocos de la administración pasada que transitan sin problemas.
Pero Sánchez Cordero no se irá de
Gobernación por otras razones, en especial porque una segunda renuncia, después
de la de Carlos Urzúa a Hacienda, daría la razón a quienes afirman que hay
crisis en el gabinete de la 4T.
López Obrador no tuvo problema para
sustituir a Urzúa porque ahí tenía a Arturo Herrera, pero en Gobernación no
tiene a nadie; hasta Alejandro Encinas ha desaparecido después de que Zoé
Robledo se marchó al IMSS, a sustituir a Germán Martínez.
Conforme a la explicación presidencial,
el mérito de la señora Sánchez Cordero es que tiene mucha experiencia en la
impartición de justicia; es trabajadora, pues todos los días está, por las
mañanas, en las reuniones de seguridad y, además, posee convicciones.
Todos estos atributos de doña Olga
sirven para colocarla en otros puestos, pero no en Gobernación.
Si tiene mucha experiencia en la
impartición de justicia, el mandatario debería regresarla a la Suprema Corte de
Justicia de la Nación o colocarla en algún lugar de la Fiscalía General de la
República.
Si tiene convicciones sólo es cuestión
de definir cuáles para encontrarle mil y un acomodos.
Y si es capaz de estar todas las
madrugadas en las reuniones de seguridad habrá que colocarle una estrellita en
la frente, como en la escuela de párvulos, en reconocimiento a su perseverancia
y puntualidad.
Lo cierto es que Andrés Manuel no tiene
secretario de Gobernación, que otros hacen las tareas de doña Olga mientras
ella funciona como florero. Si hubiese responsable de la política interior no
estaría ocurriendo lo de Baja California, Porfirio Muñoz Ledo no se habría
convertido en el mayor crítico del gobierno, la dirigencia de Morena no estaría
en abierta confrontación, nadie invadiría la intimidad del Presidente, Marcelo
Ebrard no tendría que multiplicarse, y etcétera.
Eso sí, en materia de impartición de
justicia se entiende a las maravillas con Santiago Nieto, de la Unidad de
Inteligencia Financiera.
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