La Notaría Pública 4, Vergüenza de Fedatarios Tijuanenses
Por: Hugo Isaac Rea
Torres
Redacción/Quihubole!!!
TIJUANA,
a 3 de octubre de 2018.- Eduardo Manuel Navarro Vallejo García Travesi, titular
de la Notaría Pública 4, enfrenta una denuncia ante la Agencia Especializada en
Delitos Sexuales presentada por su excónyuge Guillermina García de León Méndez.
La
denunciante asevera haber sido víctima incluso de intento de asesinato por
parte del indiciado.
La
demanda fue hecha en específico por los delitos de amenazas, violencia familiar
y violación para quedar asentado bajo el Número Único de Caso 0204-201-21413.
Guillermina
García acusó que su exmarido la drogaba, torturaba, golpeaba, violaba y era
utilizada como objeto sexual para videograbarla y transmitir los hechos en una
“página privada” de internet.
Todo
eso la llevó a no soportar más y presentar la denuncia en contra del fedatario
ante la instancia correspondiente de la Procuraduría General de Justicia del Estado
el 11 de mayo de 2017.
Cuatro
días después de presentar la denuncia, fue al Juzgado Tercero de lo Familiar
para presentar una demanda exigiendo manutención, en la que pide al juzgador
también que se obligue al denunciado al pago de daño moral indirecto, daño
patrimonial y perjuicios, así como el de gastos y costas del juicio, lo cual
quedó registrado en el expediente 1171/2017.
Las
acciones emprendidas por Guillermina García de León Méndez llevaron al Notario
Navarro Vallejo a presentar una demanda de divorcio ante el Juzgado Primero de
lo Familiar para intentar librarse del problema que provocó y luego de que su
exesposa ya no toleró todo el castigo al que la había sometido. La demanda de
divorcio quedó registrada bajo el expediente 1545/2017.
El Notario,
cuando estuvo casado con su víctima la grababa y fotografiaba en situaciones
sexuales sin su consentimiento, obligándola a tener relaciones sexuales
forzadas bajo amenaza de muerte si no cedía a sus exigencias y si se atrevía a
abandonarlo o contarle los hechos a alguien de lo que ocurría en su domicilio
en donde también la hacía pasar hambres, pues no le daba dinero ni como marido
ni como patrón, ya que también la tenía como empleada en la Notaria Cuatro.
La
grave situación que vivía en su matrimonio la denunciante la obligaron a
someterse a terapias psiquiátricas para que le ayudaran a superar sus traumas,
situación que fue aprovechada por el Notario Navarro Vallejo García Travesi
para pedir al terapeuta de Guillermina que le recetara pastillas para dormir a
fin de poder continuar con sus perversiones sexuales en esas condiciones.
El
carácter de la víctima cambió y orilló a sus familiares a trasladarla a
Ensenada a recibir tratamiento de otro especialista y fue entonces que la
convencieron de que presentara la denuncia mencionada.
Al
percatarse que sus pervertidas acciones habían sido denunciadas ante la
autoridad judicial, el Notario Cuatro, siendo abogado, supo que los
señalamientos en su contra lo enviarían directo a la cárcel, por lo que buscó a
su esposa para convencerla de que se desistiera de la denuncia, pero ésta, tras
todo el daño sufrido, le exigió una suma considerable de dinero con el que no
contaba el agresor sexual, por lo que se vio orillado a buscar los recursos que
lo salvaran de su delicada situación y acudió con su socio José Gerardo Álvarez
Jiménez, quien de inmediato lo ayudó con un préstamo de 500 mil dólares que lo
salvarían de ir a la cárcel.
UNA
NOTARÍA CORRUPTA
José
Gerardo Álvarez Jiménez, avieso como es, vio en el préstamo de medio millón de
dólares que le hizo al Notario Público Número Cuatro, Eduardo Manuel Navarro
Vallejo García Travesi, la oportunidad ideal de apoderarse fraudulentamente de
los recursos y propiedades familiares.
Fue así
como certificó documentación sin respaldo legal alguno, como la protocolización
del acta de asamblea de una persona moral a través de la cual se hizo aparecer
como “administrador único”, lo cual replicó en dos ocasiones más.
Todo
ocurrió cuando Gerardo Álvarez se enteró de que su padre estaba grave en un
hospital de San Diego, lo cual aprovechó para pedirle a su ya socio Eduardo
Manuel Navarro Vallejo García Travesi, Notario Público 4, para concretar sus
torcidos planes, para lo cual el indiciado instruyó a su fedatario adjunto,
Ramón Hernández Sánchez, que redactara el testamento de todos los bienes del
señor Juan Daniel Álvarez, a favor de Gerardo y sus dos hermanas: María Isabel
y Juana María del Carmen Álvarez Jiménez, buscando despojar asía su propia
madre y uno de sus hermanos, para lo cual falsificaron la firma del moribundo.
No
conforme con haber dejado fuera del testamento a su madre, María Guadalupe
Jiménez Loza, fue por ella a Aguascalientes para secuestrarla y traerla a
Tijuana para presentarla, bajo el influjo de estupefacientes que le suministró,
ante su amigo el Notario 4 y obligarla a que firmara también su testamento a
favor de Gerardo como heredero universal, además de obligarla a que le otorgara
un poder de dominio amplio sobre las acciones de la empresa Rigeisa, S. A. de
C. V.
Así, el
20 de octubre del 2017, José Gerardo Álvarez usó ese poder de dominio para
ceder las acciones de la citada empresa a su hijo, Luís Daniel Álvarez Ramírez,
a través de un contrato privado de cesión de derechos en esta ciudad intentando
protocolizarlo en Oaxaca, sin embargo, el poder de dominio ya estaba revocado
luego de que el 19 de octubre de ese año, su madre, libre de la confusión de
las drogas que le había suministrado Gerardo, se trasladó a Aguascalientes para
invalidar las acciones de su hijo ante un notario de aquella ciudad.
La
participación delictiva del notario adscrito, Ramón Hernández Sánchez, se
inscribe en su actuación del 5 de octubre del 2017, cuando inició el juicio
testamentario de Juan Daniel Álvarez Gutiérrez, en el que sólo incluyó a José
Gerardo Álvarez Jiménez y sus hermanas Juana María del Carmen y María Isabel,
sin cumplimentar los ordenamientos legales que como fedatario público tenía que
realizar obligadamente.
Es en
lo mencionado en donde se deja en claro la corrupción de la Notaría Pública
Número Cuatro, en donde, además, se suma a la afectación del juicio
testamentario que ahora se ventila en el Juzgado Cuarto con el Juez de Primera
Instancia, quien pudo haber tenido conocimiento del presunto testamento del
señor Juan Daniel Álvarez Gutiérrez tras cinco meses que lo solicitó a Navarro
Vallejo García Travesi, quien lo retuvo desde septiembre de 2017 hasta febrero
del año en curso.
Ese
tiempo fue utilizado por Gerardo Álvarez y cómplices para manipular la
distribución de los bienes de su padre, los cuales hasta hoy no se han
declarado en su totalidad y entre los cuales se encuentra una residencia en Las
Vegas, Nevada, un Centro Comercial, tres gasolineras en Tijuana, así como
diversas cuentas bancarias en Estados Unidos, todo lo cual lo usufructúa Gerardo
Álvarez por encima de su madre, quien debería ser la heredera legal.
Pese a
todo lo descrito, queda en evidencia la imparcialidad del titular del Juzgado
Cuarto de lo Civil, pues dictó sentencia sin haber agotado los medios
necesarios para hacerse sabedor de los bienes con los que contaba el patriarca
de la familia Álvarez Jiménez, actitud indolente que afectó a la mamá y hermano
de Gerardo Álvarez al dejarlos en estado de indefensión.
Ante
todos estos hechos, el Notario Público Cuatro, Eduardo Manuel Navarro Vallejo
García Travesi, queda como el estigma de los fedatarios de Tijuana cuyo colegio
no ha emitido postura al respecto.
El
corrupto notario en mención no ha recibido amonestación alguna debido a que se
dice estar protegido por el político panista Salvador Morales Riubí, quien ante
la posibilidad de verse envuelto directamente en actos criminales debido a las
acciones ilegales de su protegido, ya se acercó al Movimiento de Regeneración
Nacional (Morena) para encubrirse, así, Gerardo Álvarez y Morales Riubí,
miembros del clan del fraude y la estafa, se manejan hoy en las altas esferas
de la política panista que ostenta hoy el poder en Baja California para que no
los molesten a ellos y sus protegidos.
Ya le gano la Notaria 20 y la 21 de Tijuana.
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