domingo, 5 de agosto de 2018

LALO RAMÍREZ, ZOÉ ROBLEDO Y UN PERIODISTA BUSCARAN LA GUBERNATURA EN EL 2024.

POR: GUILLERMO SOTO
CHIAPAS
Redacción/Quihubole!!!
HUIXTLA,  5 de agosto de 2018.- Aunque falten algunos pocos meses para darse los cambios en los tres niveles de gobierno, quizás peque el escribiente de demasiado futurista, pero como siempre ha sucedido en la historia, el tiempo transcurre y se nos escapa como agua entre las manos. Necesariamente el calendario tendrá que llegar a inicios del año 2024, fecha en que la administración que está por ingresar estará llegando a su finalización y habrán de emerger los nuevos aspirantes que pretendan asirse como candidatos, si el voto popular los favorece se convertirán en los sucesores de quienes estarán por entregar la estafeta de mando en el poder, hablando exclusivamente del gobierno de Chiapas.

Es lógico apuntar desde ahora como seguro pre candidato porque sin lugar a dudas, continuará siendo senador de la república por nuestro estado Eduardo Ramírez Aguilar. O sea, es desde hoy candidato natural en pos de la sucesión. De hecho habrán de surgir de entre el gabinete falleciente de Rutilio, uno o dos que tengan la pretensión de relevarlo. Ignoramos hoy todavía quienes serán los marinos que acompañen en el buque y en el viaje al capitán de tal barco Chiapas 2018-2024, y de ahí quienes habrán de emerger y buscar tomar el timonel de mando. No podrá faltar el que en ese momento sea líder del Congreso del Estado, y por supuesto el que tenga en sus manos la presidencia del Superior Tribunal de Justicia.

Quiero poner de relieve desde este momento a quien hoy es aún senador de la república, Zoé Alejandro Robledo Aburto. ¿Qué cargo tendrá tal político en ese semestre del año 2024? Indefinible es sin lugar a dudas aventurarse en un puesto que, seguramente ni él mismo lo sabe en la actualidad, pero de que será relevante, eso es sin discusión alguna. Esto a sabiendas de que Zoé goza desde hoy de uno de los mayores acercamientos que hay, entre el presidente de la república electo, Andrés Manuel López Obrador y él. Por lo tanto, será el puntero en el derbi por el hándicap Chiapas 2024. Ni siquiera lo pongamos en tela de duda o juicio es y será Robledo Aburto, claro está que no irá solo, habrá en ese entonces otros jockeys que busquen la gloria de ser triunfadores.

Hoy suena a aventura irrealizable de concretizarse lo que dejaré escrito a partir de ahora, pero ya estuvo en la palestra política hace unos años atrás. Doy por un hecho que ese año 2024 un compañero periodista, ya sea redactor, columnista, analista de opinión, director general o editor buscará y deberá aparecer como candidato a gobernador en las boletas electorales. Demás estaría tratar de dar con el nombre de alguno de mis camaradas, solo déjeme comentarles qué en otros países del mundo, sobre todo en Centro y Sudamérica. No uno sino varios periodistas han ocupado esos honorables cargos que, les ha confiado sus respectivos pueblos o naciones. Mi comentario no es descabellado poniéndonos a medir que somos una entidad de la Federación, no un país o la república entera. Aquí si no es futurizar es escribir de algo real y tangible.

¿Sabe a qué periodista me refiero buscó ser gobernador de Chiapas en 1994? Originario de Mapastepec, abogado egresado de la Escuela de Derecho de SCLC y fundador del periódico Semanario Tiempo. Sí, se llamó Amado Avendaño Figueroa. En paz descanse. 

Marcados de por vida quienes simularon ser indígenas

Inexplicable resulta a los políticos, analistas de opinión, gente conocedora de los medios de comunicación, pero sobre todo a quienes ejercemos con la pluma y el pensamiento el noble oficio  del periodismo, el garrafal error cometido por quienes pretendieron burlar, engañar o simular un hecho inédito, el pretender hacerse pasar por indígenas y querer usurpar un cargo destinado para las etnias. Hecho así estipulado y consagrado en nuestra Carta Magna, es un comentario a nivel nacional que, de una u otra manera involucran voluntaria o involuntariamente al aún gobernador del estado, y en el que seguramente no tuvo participación alguna. Pues seguro estoy que sí él hubiese querido fortalecer o brindarles seguridad a dos de sus más fieles y cercanos colaboradores de su sexenio, no habría usado tan burda y absurda manera de buscar adulterar esas posturas, pues teniendo el mando y poder existen otras soluciones y no precisamente llegar a ese extremo.

Al fin y al cabo es que quedaron al descubierto Roberto Rubio y Pedrero Moreno, de paso enlodaron el buen nombre de la administración y gobierno de Velasco Coello. Ahora por más distracciones que se le busquen, es ineludible olvidar tan vergonzante tema que ensucia la imagen pulcra que se tenía del sexenio 2012­-2018. Palo dado ni Dios lo quita. Por ahora el todavía mandatario estatal se mantiene encumbrado y en los primeros niveles del poder político nacional, a merced de ser el presidente de la Comisión Nacional de Gobernadores. Y pocos ya no muchos seguimos pensando y opinando que Manuel tiene destinado en el próximo gabinete federal, un merecido cargo de secretario de estado, en SEMARNAT. Aunque también sería aceptable un nombramiento de director en CONAGUA o CFE, por citar solamente dos sitios en que sería probable su inclusión. Pero, sigo insistiendo en que se ha ganado y merece más.

Aquí he insistido muchas ocasiones una tesitura e hipótesis sobre MVC, en el sentido de que su abuelo el neurólogo Manuel Velasco Suárez, fue un sabio de la medicina y su nieto es un sabio de la política. A sus menos de 40 años el actual depositario del poder ejecutivo chiapaneco, ha desempeñado casi todos los cargos políticos en la representación pública. Diputado local, congresista federal, senador de la república y gobernador del estado. Para muchos es admirable y para otros. Insignificante. Solo se escribirles que, en su momento dado Manuel Velasco Coello fue el más joven en haber pisado la cámara de senadores. No sé si también con precisión haya ocurrido algo similar con la gubernatura, aunque recordamos al niño prodigio Carlos Armando Biebrich de Sonora en la época de Luís Echeverría Álvarez. No obstante se le reconocen nacionalmente esos pendones y méritos a nuestro paisano, y vaya, que sí los tiene.

Pero volviendo al tópico original sobre los presuntos indígenas de Pedrero y Rubio, hoy definitivamente sus porvenir y destino como políticos ha quedada marcada con una mancha imborrable. ¿Se podrá olvidar un hecho de esa naturaleza? No es tan fácil, aunque transcurran muchos años, pues eso podrá suceder en las volátiles redes sociales, no así en los medios de comunicación que quedan para la posteridad, como es el caso de la prensa que se guardan en los archivos y hemerotecas no solo del estado, sino de toda la nación. Ahora sí que, lo barato les salió excesivamente caro. ¿O no es así, lector, lectora?

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