Lic. Guillermo Soto y su inseparable esposa Lety, su amada “Guera” |
Por: Jorge Escobedo
|
CHIAPAS
Redacción/Quihubole!!!
HUIXTLA,
a 20 de julio de 2018.- Subió al escenario un hombre no muy pequeño
de pelo casi ya entrecano. Muy austero, vestido de beige, sin temor a
equivocarme, era fácil que pasara inadvertido. De pronto, cuando se sentó, vi
sus zapatos. Eran cafés. Cafés como los de los que visten elegantes, cafés como
los de los famosos políticos, cafés como los de los diputados o senadores de los
congresos, sí, cafés como los de los parlamentarios que vemos en la tele, cafés
de brillo impar, cafés de plantaciones de altura. No lo podía creer y Héctor Narváez, mi amigo periodista del
Cuarto Poder –en ese entonces– y yo
nos miramos al unísono.
Bajo
y contundente, las verdades que decía con una voz tranquila me lo recordaron
una vez en Tapachula cuando lo
saludé en un banquete el Día de la
Libertad de Expresión en el que nadie supo como dirigirle la palabra. A él
no pareció importarle esa comida inútil. En La Casa de Gobierno, ocasión única donde se rifaron tres casas por
cierto, Guillermo Soto de la Cruz estaba contento, de ahí los
zapatos cafés. Habló que su periódico El
Informador se llevarían nuestras palabras, sobre todo lo que acontece en la
Costa Chiapaneca, y su voz resonó
alta y justiciera porque ese año el gobierno del estado lo bombardeó. “Patrocinio González Garrido tiene la culpa". A una
pregunta de otro amigo respondió que su respuesta tenía que ser fuerte y
directa sin que se notase, que no creía en la beneficios para otros medios ni
en la bondad innata del gobernante mas criticado de todos los que habían
llegado al poder y que su origen turulo lo hacía sentir una fuerte empatía con
los editores como él que sufren atropellos.
Héctor Narváez se entusiasmó: yo más porque Memo Soto es un hombre con un profundo conocimiento de la política, un
hombre comprometido, que vota, que se involucra con el pueblo en el que vive
-nada pretencioso-, que acude a una librería vecina o a la de el “Reloj” del parque Francisco I. Madero donde compraba todos los periódicos, revistas y
las novedades de lo que hace numerosas lecturas que en su columna Miscelánea señala con índice de fuego a
los funcionarios corruptos pero que también obra en forma generosa y fuera de
todo divisionismo y en defensa de los indefensos. El licenciado Soto de la Cruz aunque ya no tiene a su
amada madrecita Doña Leda –fisicamente–,
desde el cielo sigue siendo pilastra de sus metas y la de tres hijos
ejemplares a quienes a pesar de las vicisitudes ama entrañablemente y a quienes cuida personalmente junto
con su respetable esposa Doña Lety,
su adorada “guera".
Memo Soto, autor de la columna “Miscelánea” brillante ejercicio de
narrativa seudo biográfica, con descripciones del espacio urbano elegido y
amplios análisis de estados de ánimo. El estilo que se expande en extensos
parágrafos donde articula la morosidad o se desarrolla en frases cortas si
elige la inmediatez, donde se repite muchas veces y en escasas líneas un
indeseable “me cambio el nombre de Guillermo
por el de Crispín si miento”.
Para los
que eran universitarios en su tiempo, Memo
Soto era una salvación y no podía ser otra cosa. En la cruda realidad del
momento él inyectaba una dosis de socarronería, de dandismo y de valor poético
y político, ya formaba parte de un liderazgo estudiantil de esa época con lo
que únicamente podían alucinar, siendo como era un pollo remilgado, aspirante a
un seiscientos y con más miedo que el chapulín colorado. A la fecha recuerdo
columnas suyas que acaban sistemáticamente con la frase ya mencionada en líneas
arriba, fuera cual fuese el tema, sin dejar de omitir el tierno mensaje para su
amada Lety comparándola sensible y
amorosamente como él acostumbra decirle a su amada esposa “mi guera”.
Conste
que amar a doña Lety en aquellos
tiempos no estaba al alcance de cualquiera. Iba a su aire, aun siendo muy joven
pronunciaba como ningún otro ensayista en los periódicos y daba la impresión de
que, excepto sus libros bajo el brazo, se la soplaban lo demás, incluyendo lo
que pudiera pasarle.
Vaya
pues mi más sincero reconocimiento, mi afecto, pero más que nada, mi más
espontáneo agradecimiento, desde
esta ciudad de Tijuana del Estado fronterizo de Baja California, al otro extremo de
nuestra República mexicana, al
licenciado Guillermo Soto de la
Cruz , director y editor del periódico El Informador de la ciudad de Huixtla, Chiapas, un señorón del
periodismo en toda la extensión de la palabra no solo de la Costa del Soconusco, del Estado de Chiapas., de la República
Mexicana y allende las fronteras. Este medio continúa en espera de sus
colaboraciones Miscelanea. Fuerte
abrazo estimado Mtro. Guillermo Soto de
la Cruz.
Tenemos Memo Soto para rato. Dios siga bendiciendo su vida y la de su familia.
ResponderEliminar