Culpar a los antorchistas del vandalismo desatado por el
“gasolinazo” es una calumnia intencional y perversa, pero indispensable para
los planes políticos de sus promotores y difusores
A partir del incremento al precio de las gasolinas,
medida que ha provocado la justa inconformidad de las masas populares
severamente dañadas en su economía por la medida, todos los mexicanos hemos
sido sometidos a una siniestra campaña de rumores que anuncian desastres,
acompañados de actos vandálicos ampliamente difundidos desde miles de cuentas
creadas con ese propósito en las redes sociales. La psicosis y condena contra
estos actos y contra la manipulación consiguiente son radicales y prácticamente
unánimes en la opinión pública nacional. Pues bien, en este contexto de
crispación social, se viene desarrollando una venenosa campaña propagandística,
cuya coordinación y sincronización delata con toda evidencia la mano de un
mando único y centralizado, cuyo propósito confeso es culpar al Movimiento
Antorchista Nacional de al menos una parte importante del vandalismo desatado
contra centros comerciales, tiendas de autoservicio y gasolineras. En dicha
campaña se pueden distinguir claramente los siguientes pasos fundamentales:
1) Casi desde el
inicio de la ola de vandalismo, desde varias cuentas en redes sociales se
comenzaron a publicar textos que señalaban a los antorchistas como los
responsables del mismo. Se trataba de simples afirmaciones, es decir, no había
siquiera el intento de presentar prueba alguna que sustentara el infundio. En
varios de estos casos, aparentemente sin conexión entre sí, pudimos comprobar
que se trataba de militantes de MORENA, el partido que encabeza Andrés Manuel
López Obrador.
2) En una declaración publicada el 6 de enero de este
año, en un diario nacional, la coordinadora de los diputados federales de
MORENA, una señora de nombre Rocío Nahle, “denunció” a los antorchistas como
los responsables de los actos vandálicos que se venían perpetrando en la
capital del país. Tampoco en esta ocasión hubo argumentos ni pruebas de ninguna
especie para respaldar tan grave imputación.
3) Como sabemos, el vandalismo se produjo también en
varias capitales de los estados, entre ellas la ciudad de Puebla. Sin embargo,
a raíz de la acusación gratuita de la señora Nahle, los antorchistas poblanos
se enteraron, por la respectiva convocatoria en las redes, de que los
cabecillas estaban convocando al saqueo de negocios y gasolineras ubicados
justamente en la zona sur de la capital poblana donde todo el mundo sabe que es
más fuerte la presencia de nuestro movimiento. No les cupo la menor duda de que
era una aviesa maniobra de los delincuentes para proporcionar argumentos a los
medios y periodistas simpatizantes de MORENA con los cuales “probar” la
participación de los antorchistas de la zona en el pillaje. No sólo eso, de
paso se proponían saquear una gasolinera propiedad de nuestro movimiento,
también ubicada en la misma zona. Los compañeros decidieron salvar lo salvable:
se reunieron unas 300 personas, todas absolutamente desarmadas, con el único
propósito de intentar disuadir con su presencia a los atacantes, como
afortunadamente ocurrió.
4) Pero no todo les fue tan bien. El día 6 de enero de
los corrientes, pocas horas después de los saqueos ocurridos en el sur de la
capital poblana, la revista Proceso publicó en su portal de noticias un trabajo
firmado por Gabriela Hernández cuyo encabezado reza: “Ubican a antorchistas y
mexiquenses en los saqueos en Puebla”. Se trata de un artículo que recoge o
inventa (ambas cosas son posibles en vista de las “pruebas” que maneja)
acusaciones absolutamente endebles e insostenibles y que encierra, además, una
evidente contradicción que anula todo el contenido del escrito, sin necesidad
de que alguien se tome la molestia de hacerlo. La acusación dice: “En
grabaciones, videos y denuncias anónimas, comerciantes y ciudadanos ubicaron a
gente de Antorcha Campesina en los saqueos realizados en esta ciudad en las
últimas horas.” Salta de inmediato la legítima duda: ¿Y por qué Proceso, que
tiene como timbre de orgullo el rigor y la documentación de sus investigaciones
y la muy consistente lógica de sus reporteros y articulistas, recoge esta vez y
maneja como pruebas de buena ley denuncias “anónimas”, es decir, acusaciones de
individuos que ni siquiera tienen la honestidad y el valor de identificarse? ¿Y
por qué la reportera no se toma siquiera la molestia de ubicar con precisión
los videos, grabaciones y denuncias en que se apoya su nota? Vale preguntarse
entonces: ¿existen tales documentos virtuales o sencillamente se los inventó la
reportera? Pero hay más. Coincidiendo con la aviesa intención de quienes
planearon saquear el sur de la capital poblana para incriminar a los antorchistas
de esa zona, la reportera de Proceso afirma: “De hecho, la mayor parte de los
desmanes registrados desde la tarde de ayer y la madrugada de este viernes
ocurrieron precisamente en la zona sur, donde se encuentra el bastión de esa
agrupación priista.” Y sigue: “En los videos se observa a grupos de jóvenes que
se concentran en esa gasolinera y posteriormente se desplazan a tiendas de
conveniencia para romper vidrios y entrar a saquear.” ¿En qué videos se observa
eso? ¿De verdad el tal video, suponiendo que exista, sigue paso a paso y sin
perder un solo movimiento a esos jóvenes, como para poder asegurar que formaban
parte del contingente que custodiaba la gasolinera de los antorchistas? Todo el
que haya filmado a gente en movimiento, sobre todo si se trata de multitudes,
sabe que esto es sencillamente imposible, de donde se deduce que la acusación
de la reportera es un puro invento, un eco fiel y oportuno de la maniobra
insidiosa de quienes planearon los saqueos en la zona antorchista precisamente
para alimentar este tipo de falsas acusaciones, como ya queda dicho.
Vienen luego declaraciones de habitantes de la Junta
Auxiliar de Azumiatla y de comerciantes del Centro Histórico poblano que hablan
de que vieron a personas contratando a muchachos para participar en los
saqueos, que desde un día antes detectaron la llegada de individuos de otras
ciudades que se hospedaron en pequeños hoteles de paso en el centro de la
ciudad; que tanto en algún mercado de la capital como en ciudades del interior
del estado se detectó gente extraña que llegaba en camionetas de lujo con
placas del Estado de México y que ofrecían dinero a la gente por su
participación en los saqueos. Ninguno de estos declarantes liga a esos
individuos con Antorcha Campesina. Y para rematar, el artículo dice: “En rueda
de prensa, la dirigente del PRD, Socorro Quezada Tiempo, dijo que en Puebla es
evidente el operativo que se realiza para los saqueos, porque los grupos de
choque no son pobladores de las zonas, además de que llegan en grupo y
participan en el pillaje de manera coordinada.” Preguntamos nosotros: ¿No es
esto suficiente para echar por tierra la acusación de que son antorchistas de
la zona sur de Puebla los autores del pillaje que denuncia Proceso? ¿No es ésta
la mejor manera de refutarse a sí misma? Pero todavía resulta más inquietante
la evidente coincidencia y sincronización entre la maniobra de saquear
comercios en la zona de mayor presencia antorchista con el contenido
tendencioso y el momento de la publicación del artículo de Proceso. ¿Es mucho
suponer, a la vista de esto, que el tal artículo no es sino un eslabón más de
la campaña orquestada para incriminar, desprestigiar y poner en la mira de la
represión al Movimiento Antorchista Nacional? Y ante la militancia probada de
quienes nos denigran, atacan y amenazan en las redes a raíz de las acusaciones
de Rocío Nahle y de Proceso, y ante las inclinaciones políticas de Proceso y de
todos los medios de provincia que se han apresurado a recoger y difundir la
acusación del primero, ¿es mucho suponer que son MORENA y su dirigencia
nacional los operadores de la aterradora campaña de acusaciones infundadas en
nuestra contra?
Nos falta, para
terminar, explicar los motivos de MORENA y sus repetidores mediáticos, para
llevar a cabo semejante campaña de liquidación. Desde nuestro punto de vista,
el fondo del asunto (que por cierto es el mismo del vandalismo y la
desestabilización del país que estamos viviendo desde hace meses), no es otro
que el de proyectar con toda la fuerza posible a su líder, Andrés Manuel López
Obrador, a la Primera Magistratura del país como el único salvador posible de
la patria ante el caos sembrado por los antorchistas y la ineptitud del actual
Gobierno de la República. ¿Y por qué han elegido precisamente a Antorcha?
1.- Sabiendo con toda certeza que Antorcha es el
movimiento popular más investigado, espiado y monitoreado en toda la historia
reciente del país, estamos absolutamente seguros de que no hay gobierno
(incluido el de la República), senador, diputado, partido político o medio de
comunicación que ignore qué es Antorcha, qué piensa, qué busca y cómo piensa
lograrlo; y no hay, por tanto, manera de confundirse a este respecto. En
consecuencia, resulta absolutamente evidente que los ataques que estamos
sufriendo no obedecen a confusión, error o ignorancia de sus autores. Nuestra
primera opción es que se trata de ataques intencionales, perfectamente
planeados y coordinados, con el objetivo de acabar con un movimiento que, de
seguir cosechando éxitos como hasta ahora, podría convertirse en una piedra en
el zapato de López Obrador en su carrera por la Presidencia de la República.
Puede que alguien piense que nos sobrevaloramos y que Antorcha no puede ser un
obstáculo de consideración para nadie. Puede ser, pero ante los hechos irrebatibles
que aquí manejamos, preferimos atenernos al conocido refrán que asegura que
“para el ratón no hay peor fiera que el gato”.
2).- Van en aumento los rumores que atribuyen el
vandalismo a una maniobra perversa del propio gobierno y las élites del dinero
que lo apoyan, quienes lo estarían promoviendo y financiando con el propósito
de sembrar terror y desconcierto entre las masas populares e impedir que salgan
a protestar organizadamente contra el “gasolinazo”, una medida que a ellos les
beneficia en extremo. De acuerdo con esto, la segunda opción sería que, como
también lo sugieren algunos analistas ligados a MORENA, la gente de este
partido piensa que Antorcha está encabezando y participando en los saqueos por
ser una organización “incondicional” del Gobierno actual y de su partido, el
PRI. Pero esto tampoco tiene fundamento. Bastaría, para convencer de lo
contrario a cualquier inteligencia reflexiva, recordar, como botón elocuente de
muestra, el secuestro y asesinato de don Manuel Serrano Vallejo, padre de la
diputada federal Maricela Serrano Hernández, y la negativa del Gobierno actual
a esclarecer el crimen y hacer justicia a las víctimas.
De cualquier modo, el hecho craso es que la campaña
calumniosa en contra de los antorchistas viene de las filas de MORENA y busca
hacer el mayor daño posible a nuestro movimiento, cosa a la que no tienen
ningún derecho, cualesquiera que sean sus razones.
Antes de terminar, es indispensable precisar, para evitar
malos entendidos y más ataques virulentos, que responsabilizamos a MORENA
directamente sólo por la campaña de ataques en nuestra contra, pero no de
orquestar, dirigir y financiar el pillaje que estamos padeciendo en estos días.
Sobre estas atroces y condenables actividades, queremos decir, con honda
preocupación, que advertimos en ellas
algunas similitudes con otros procesos de desestabilización que han ocurrido en
distintas partes del mundo, en Venezuela, Brasil, Ucrania y Egipto, por dar
sólo algunos ejemplos. En todos estos casos, se usaron preferentemente las
“redes sociales” para difundir los mensajes insidiosos y para coordinar las
acciones de los grupos rebeldes al gobierno establecido, se repartieron dólares
a manos llenas para pagar a las masas que permanecieron varios meses en las
calles sin que nadie supiera de qué vivían; y hubo una sospechosa unanimidad y
diligencia de los medios para condenar a los gobiernos atacados y para
embellecer las “razones” de los desestabilizadores. En resumen, pues, vemos
similitudes entre la desestabilización que ha venido sufriendo el país, al
menos desde los sucesos de Iguala, y cuyo último eslabón son las actuales
acciones de pillaje al amparo del “gasolinazo”, y las “revoluciones de colores”
orquestadas por los órganos de seguridad de EE. UU. en otras partes del mundo.
Si existe o no alguna relación entre estas acciones y la campaña de MORENA en
contra del Movimiento Antorchista Nacional, es una probabilidad que sólo el
tiempo podrá confirmar o rechazar. Y a él dejamos, en consecuencia, la última
palabra.
Los antorchistas seguiremos esforzándonos para crear una
fuerza social numerosa y organizada, capaz de llegar al poder por la vía
democrática y acabar desde ahí con la profunda desigualdad y la pobreza que hay
en México. Te llamamos desde aquí, amigo lector, a unirte a nuestro proyecto de
país, un país más equilibrado y justo, con otra política económica que haga
imposibles los gasolinazos, los salarios de hambre y la pobreza que ahoga a
nuestra patria. En lo inmediato, te invitamos a no dejarte engañar ni confundir
por las calumnias que se difunden contra la Organización de los Pobres de
México, que eso es Antorcha Revolucionaria; a rechazar con toda dignidad e
inteligencia los infundios que tienden a desprestigiarla; a identificar a sus
autores y difusores como enemigos jurados de la auténtica y urgente causa de la
verdadera liberación del pueblo mexicano.
MUY RESPETUOSAMENTE LA DIRECCIÓN NACIONAL
DEL MOVIMIENTO ANTORCHISTA
Twitter: @AntorchaOficial
Facebook:
/AntorchaCampesinaOficial
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