sábado, 22 de octubre de 2016

MARGARITO PALOMEQUE INAUGURA CAPILLA SAN FRANCISCO DEL MURO

Inaugura la capilla, San Fransisco del Muro en el Barrio que lleva su nombre, en la zona Urbana de Huixtla Chiapas
CHIAPAS
Por Evelyn Haydee E. Prieto
HUIXTLA.- Para quienes no lo conocen, Margarito Palomeque Sánchez es un personaje muy peculiar y no se le puede encontrar en las listas de los más ricos de Huixtla o comunidad aledaña.
Es curioso, pero el nivel de su reputación aumenta de forma inversamente proporcional al ritmo en que aumenta su fortuna. Su sencillez ha ayudado a forjar una imagen positiva, a pesar del dinero que ha invertido comercializando lo que produce su rancho, a sus 54 años él prefiere que le llamen simplemente Margarito.
El campesino de origen huixtleco es uno de los mayores filántropos del municipio y ha prometido que durante Dios le de vida, su dinero habrá de compartirlo con la gente que más lo necesita y brindar apoyo a causas que lo necesitan más.
Hasta hoy, su dinero lo ha dado apoyando a los más pobres como a algunas obras sociales, sobre todo a capillas y templos de la cristiandad católica y evangélica. Margarito Palomeque, el amigo de los pobres de Huixtla no distingue credos ni estratos sociales.
A sus 36 años ha donado a más no poder y promete que así lo seguirá haciendo hasta donde Dios le preste vida antes, “Dios me habrá de poner en manos de causas y gente pobre que más lo necesiten”, dice emocionado.
Quizá su espíritu altruista se encuentre en su origen. Hijo de una modesta familia campesina de la parte baja del municipio de Huixtla nació en el Canton La Esperanza, finca la Candelaria propiedad de sus padres en 1972, y pasó sus primeros años en medio de los surcos del cultivo de maizales y zacatales, sin descuidar sus estudios hasta graduarse como ingeniero civil.
Tras vivir su juventud sin vicios ni desvíos en la década de los 80, despuntó como productor de caña en una parcela que le heredo su padre en la zona baja del municipio, entregando su producto al Ingenio Huixtla (libres de impuestos) apostado entre la cabecera municipal y su parcela.
El paso a los negocios en grande de la caña lo dio a finales de 1980 cuando fundó una la constructora “Grupo Huixtla” junto con sus socios formada por la misma familia. El concepto de la comercialización y constructora en obras inició operaciones en Huixtla, de donde se expandió a los demás municipios al grado de que en la década de los 90 la empresa fue creciendo que hasta hoy día mantiene la confianza que muy pocas constructoras tienen.
Margarito Palomeque asegura que no se metió a los negocios para hacerse millonario, pero lo cierto es que se convirtió en uno de los que se han superado para lograrlo. Sin embargo, ha sido fiel a una filosofía: el dinero debe servir para ayudar… Y además, lo ha hecho sin mayor alarde, a pesar de que sus detractores lo destacan como uno de los mayores filántropos huixtlecos que tienen ese don de dar sin pedir nada a cambio.
Desde hace años, mucha gente califica a Margarito Palomeque como el “el campesinos más bondadoso”. De acuerdo con los comentarios, en los últimos años junto con sus demás hermanos implementaron una “operación filantrópica” gracias a la cual ha donado toda clase de apoyos a familias pobres que no cuentan con recursos económicos para poder sepultar a sus difuntos.
Porque Margarito nunca ha olvidado sus raíces. Siempre ha estado vinculado a la tierra que vio nacer a sus padres. Recientemente, la grey católica se unieron para otorgarle un reconocimiento por sus contribuciones para la construcción de capillas en pro de crecimiento de la fe cristiana y de la que los hermanos Palomeque contribuyen para que la filantropía sea permanente, “hasta donde Dios nos preste vida”, dice el campesino más bondadoso y más criticado de Huixtla, Margarito Palomeque Sánchez.

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