Por: Éxal Baltazar Juan Ávila/APyPM
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VERDE
Comenzar un negocio es para gente con los pantalones bien puestos, personas con ambición y gusto por el trabajo duro, las recompensas pueden ser increíbles, más allá del dinero, la experiencia adquirida con un negocio, los aprendizajes empíricos en cuanto a relaciones humanas el legado a nuestros descendientes, no tienen comparación.
Comenzar un negocio es para gente con los pantalones bien puestos, personas con ambición y gusto por el trabajo duro, las recompensas pueden ser increíbles, más allá del dinero, la experiencia adquirida con un negocio, los aprendizajes empíricos en cuanto a relaciones humanas el legado a nuestros descendientes, no tienen comparación.
Javier
Zepeda y su negocio son un claro ejemplo de los resultados propios de sumar
dedicación y voluntad. “Antojitos y Postres el Grullo”, es el fruto de sus
ganas de salir adelante, pues en ese modesto local en la planta alta del
mercado San Juan él ha puesto toda su convicción, en cada plato que sirve, cada
vaso de cereal, en todas las mañanas al levantar la metálica cortina.
Si bien
El Grullo se encuentra en la planta alta del mercado, ya hay quienes lo
identifican y aprecian sus habilidades culinarias, pese a su poco tiempo con el
proyecto. Día con día él sube y baja las escaleras, recorre los pasillos del
mercado, para ofrecer a las personas sus particulares cereales mixtos,
preparados de forma higiénica con ingredientes de calidad y sabor inigualable,
estilo original (nunca antes vistos o probados en esta ciudad), como sus papás
fritas, orgánicas en su totalidad, condimentadas como si fuera la habilidad
propia de un cheff.
Un
sinnúmero de personas dice abrir un negocio desde cero, con un montón de
sueños, unos cuantos pesos y un par de productos, así toman forma muchas ideas,
aterrizan algunos castillos flotantes y van creciendo, para llenar nuestros
corazones y bolsillos.
Es
bonito, claro, aun cuando solo tengas un par de cosas para vender, existimos
personas cuyas aptitudes de vendedor se desarrollan al llevar el producto de
mano en mano hasta encontrar un cliente, otros se las arreglan en ventas por
teléfono, algunos modernos prefieren las redes sociales y hay quienes se animan
a rentar un local (o convertir parte de su casa en uno).
AMARILLO.
En
tiempos pasados, la idea de iniciar un negocio era desdeñada por muchos, por
requerir mayor dedicación, el hecho de no contar con horario ni actividades del
estilo burocrático, la inversión monetaria, el riesgo de fracasar, contar con
un empleo estable y demás. Hoy en día esto ha cambiado, es común tener al menos
dos conocidos con un negocio propio, sin importar el giro o tamaño, esto no
solo se debe al espíritu emprendedor floreciente en la ciudadanía, también, en
mayor medida, a la crisis económica actual, pues con el alza de precios en la
canasta básica, los hijos, las cuentas de la casa, las mensualidades del
colegio (no olvidemos el movimiento magisterial en Chiapas, con tanta escuela
cerrada resulta necesario el esfuerzo de recurrir a la educación privada) y
demás, se requiere un ingreso extra y dada la flexibilidad de horario, la gente
en nuestro país prefiere añadir la atención de su propio negocio en lugar de un
empleo más en otro turno (como ocurre en otros países), entre los preferidos se
encuentran los giros relacionados con la alimentación, se trata de cubrir
necesidades básicas para sentir mayor seguridad en cuanto a la venta diaria.
En el
caso de Javier Zepeda, El Grullo ha sido toda una proeza, después de llevar a
cabo el clown como medio de vida durante dos años, año y medio de vida y
trabajo en Tapachula, caminando con los bolsillos vacíos y las cuantiosas
negativas de otorgarle un empleo debido a su edad como principal factor. De
acuerdo a su propio testimonio, emprender para él no fue por sugerencia de
alguien, al contrario, una idea, conocida de forma coloquial como “corazonada”;
amigos y conocidos le sugirieron no abrir su negocio en la planta alta del
mercado San Juan, pues algo es bien sabido por gran parte de la población
Tapachulteca: La zona “C” de dicho mercado se encuentra casi desierta, conseguir
clientela ahí es una labor titánica, sin embargo; Javier acostumbrado a luchar
contra corriente y al descubrir los muy bajos costos de los locales en dicha
zona del mercado San Juan, escogió el número que más le gustó; 112, un modesto
local para cambiar su vida. Tras encontrarse en quiebra, utilizó su poco dinero
para pagar la renta, sin contar con capital para insumos, trastes o
electrodomésticos, comenzó desde cero, sin exagerar.
Mi
sorpresa fue magnánima al enterarme de tales circunstancias, seguramente,
respetable lector, usted se hace la misma pregunta que yo tenía en ese momento:
¿Cómo le hizo si no tenía nada? La respuesta proviene de sus cualidades, Javier
jamás se rindió. Mucha gente evita comenzar su negocio por falta de dinero para
invertir, se detienen en una horrenda disyuntiva: pagar la renta del inmueble o
insumos y/o mercancía. Debido a la situación económica actual de muchos
mexicanos, solo se puede hacer una de las dos inversiones, así muchos
comerciantes elijen los insumos y comienzan a vender de mano en mano, en las
oficinas y calles de la ciudad, olvidan algo muy importante: el cliente. Si al
cliente le gusta tu producto, querrá volver por más, pero si no contamos con un
local fijo, ¿a dónde vuelve?
Ante
esta problemática, Javier decidió sincerarse y hacer a un lado su orgullo, tras
ser payaso durante tantos años y con su deseo de salir adelante, hizo gala de
sus cualidades en un parque, cantó, le arrancó sonrisas a las personas,
carcajadas a veces y no dudo en dejar claro su interés, cada una de las
personas cuya nobleza se dispuso a apoyarlo con una moneda se enteró de los
propios labios del emprendedor que necesitaba dinero para su negocio en el
mercado, no se trataba solo de comer un día o dos, mucho menos de alimentar
vicios, era para vivir de su propio trabajo, con un poco de ayuda.
ROJO.
Esto
demuestra lo porfiado en una persona, característica poco común en nuestra
región, pues al encontrarnos en circunstancias similares e incluso menos
afortunadas a las de Javier y su negocio, nos derrumbamos y puedo decir con
plena seguridad: Casi ninguno de nosotros se atrevería a dar tanto de sí mismo,
llegar al punto de pedir apoyo a extraños en la calle, recoger latas o
botellas, para poner un negocio, algo muy triste en nuestra sociedad, prefieren
engañar a la gente haciéndose pasar por discapacitados o migrantes, ya sea para
mantener vicios o vivir sin trabajar, como parásitos de la nación y en el peor
de los casos, esperan solo los programas sociales.
SEMÁFORO
DESCOMPUESTO.
¿20
PESOS POR DÓLAR Y LAS REFORMAS?
Los
integrantes de la Coordinadora Nacional de trabajadores de la Educación (CNTE)
levantaron el plantón que durante algunos meses de este año mantuvieron en el
centro de la capital del estado de Chiapas, así como en otros estados.
Las
pérdidas económicas para empresarios y pueblo suman varios miles de millones de
pesos.
Pérdidas
humanas así como heridos, fueron mínimos, comparándolas con otras luchas
sociales de la misma magnitud en número de participantes que superan fácilmente
a los policías municipales, estatales y aun hasta el mismo ejército.
Muchos
detalles de estos plantones y marchas, hacen sospechar que todo fue muy bien
planeado, como lo fue el lanzamiento de los Zapatistas aquél año de 1994. Como
lo he escrito en anteriores columnas, hasta el más tonto o imbécil sabe
perfectamente que “a toda acción hay una reacción”.
Hasta
el más tonto o imbécil prevé que correrá sangre y saqueos. Vandalismo. Lo hubo,
no puedo negarlo. Pero tal pareciera que fue hasta controlado. Las redes
sociales fueron saturadas de información alarmante, con fotografías y videos
que, en ocasiones, correspondían a otros sucesos.
El
gremio periodístico fue tachado de “vendido” y hoy los mensajes se revierten,
principalmente a los líderes, ya que la “reforma educativa o laboral” no ha
sido cancelada, que como todos recordamos, ese era el planteamiento, además de
“NO AL COBRO DE INSCRIPCIONES”, sin embargo en la mayoría “SI ESTAN COBRANDO
INSCRIPCIONES”.
Bloquearon
los accesos a los supermercados y cadenas de comercios, incitando a comprar en
los típicos mercados, por lo que entre la población surge una interrogante
¿Cuántos MAESTROS COMPRARAN EN ESTOS NEGOCIOS?
Dentro
de las negociaciones de los lideres está el pago de sus salarios a todos los
maestros pero ¿y las pérdidas del pueblo quien se las pagara? De aquellos
empleados que pidieron prestado pagando intereses por que el patrón no tenía
ingresos. O los que fueron despedidos. O los pequeños negocios que no pudieron
subsistir y menos pagar renta, agua, luz…
Como
siempre, el gobierno gana, los maestros utilizados y el pueblo jodido.
Atrás
de todo esto, las reformas entraron. El peso se devaluó como en aquel año de
1994.
Denuncias
y comentarios: periodistaexal2015@hotmail.com
Cel. y Wts. 962 10 80 934 Tapachula, Chiapas, México.
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