viernes, 10 de junio de 2016

Nada Personal...

Por: Jorge Escobedo
Maestro, Acto de Heroísmo 
De acuerdo con los últimos acontecimientos que se vienen suscitando en Chiapas, cada vez me convenzo de que ser maestro en México, es un acto de heroísmo. Un acto de heroísmo, vilipendiado, mal pagado, digo yo. Sin los recursos necesarios para afrontar la compleja tarea de transmitir saberes.
El Gobierno Federal, estatal, municipal, diputados, senadores y toda la bola de pléyades, en lugar de apoyarlos con capacitación y con recursos de todo tipo, los está condenando, un país donde los maestros son el enemigo público número uno, no puede ser un buen país.
Y bueno, no somos un buen país. Eso está claro. Una nación en la que nuestro sistema de justicia pone en la calle a narcotraficantes y políticos pillos, pero que pretende encerrar a macanazos a los maestros, no es nación en sus cabales ni sana. Sino un país en profunda crisis.  
Precisamente durante el fin de semana algunas decenas de maestros chiapanecos se manifestaron pacíficamente en el centro de Tuxtla, Gutiérrez, frente a Palacio de Gobierno, contra lo que llamaron la Privatización de la Educación pública del país.
Ahí, aseguraron que los maestros no se niegan a ser evaluados con fines de mejorar la calidad educativa, dijeron que están de acuerdo con los cursos de actualización e incluso tienen propuestas educativas alternativas.
Lo que rechazan de manera enérgica es la cancelación de sus derechos laborales con la llamada “Ley General del Servicio Profesional Docente", modelo patronal diseñado por la Organización para la Cooperación al Desarrollo Económico (OCDE, por sus siglas). Es decir, en instancias burocráticas europeas.
La reforma, señalaron, se aplica de manera retroactiva en perjuicio de quienes laboran actualmente en la educación básica y media superior. Y por supuesto, se derogan todos los derechos adquiridos de los maestros, del sector público pero también del sector privado.
Puntualizaron además que la reforma planteada por el gobierno federal y los principales partidos, plantean un estado de excepción para los maestros, ya que ni los médicos que trabajan como personal de base en las instituciones públicas, ni los abogados que litigan, ni los ingenieros que realizan obras son evaluados permanentemente para ejercitar su profesión como quieren hacer con los maestros.
Incluso, el mismo gobierno ha buscado crear desconcierto al asegurar que no se afectan derechos laborales. Desde el Presidente de la República y gobernadores, hasta legisladores de todas las corrientes políticas, para contrarrestar las 32 razones inaceptables en la ley del servicio profesional docente, pero se apoyan en mentiras y medias verdades.
De ahí que los maestros se encuentran en la peor de las indefensiones. Nunca tuvieron, en su sindicato, un organismo que velara en realidad por sus conquistas laborales. Ahora menos lo hará.
Conviene que abran los ojos de una vez por todas. No recibirán ninguna buena ni de su sindicato ni del gobierno. Les toca coger el pandero en sus manos y empezar de nuevo, quizás como lo hicieron cuando empuñaron los rifles al lado de Zapata y de Villa.
Porque si el gobierno tiene la capacidad de mandar miles de policías para reprimir a los maestros, ¿Por qué no mejor los manda a otros estados del país como Zacatecas, Guerrero o  Michoacán, donde ahí si están los verdaderos carteles del narcotráfico? Gobierno zacatón, abusivo y prepotente con los maestros y la gente humilde.
Pero más vale que los maestros no quieran pelear solos o que no los dejemos solos, pues nosotros andamos igual, con tantos gobiernos estatales, municipales y funcionarios farsantes e hipócritas que no nos representan. Pero que conste… No es nada personal.

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