Exal Baltazar Juan Avila/APyPM
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VERDE.
En general, poseer una mascota nos trae muchos beneficios,
sea un gato, un perro, ave o animalito marino. Tener uno en casa proporciona
disfrute al dueño o cuidador, es una criatura de compañía, hay quienes
acostumbran hablarles (si esperar una
respuesta) y eso los reconforta pues evitan la depresión, nos hacen sentir
útiles, gracias a ellos olvidamos problemas cotidianos. Diversos estudios
afirman la capacidad de los gatos y perros para advertir un paro cardíaco por
parte de su amo, facilitan el descenso de la presión arterial alta, los niveles
de colesterol y triglicéridos; además,
muchos psicólogos señalan a las mascotas como buenos interventores para
la adecuada educación de los niños, pues con la ayuda de estos curiosos
miembros de la familia nos es posible enseñar,
notar y corregir ciertas actitudes en nuestros hijos, como es el caso de
la agresividad hacia los débiles, otorgamos responsabilidades, aprenden a respetar,
proteger, cuidar y querer a los demás. El niño y la mascota crecen y aprenden
juntos, como buenos amigos, casi hermanos, del mismo modo asimilan y se adaptan
al entorno; esto depende por completo de quien los tenga a su cargo, en
resumen, si les enseñas buenos modales,
serán un encantador miembro de la
familia.
Se considera a los perros un animal superior como mascota,
debido a su fácil adaptación, a lo largo de los siglos ha sido de gran ayuda
para el hombre, en rescates, eventos culturales, recreativos, incluso denotan
clases sociales. Así estos animales de compañía se eligen por afinidades
(distinto a la adquisición de ganado o aves de corral) pues al no proveernos
satisfacción económica o alimenticia, escogemos el de raza, el bonito, grande,
juguetón, el de moda (¡Hasta para eso hay modas!) y ¿por qué no? El más feroz.
La razón de elegir esta última cualidad es por la seguridad, muchas personas
consideran a los perros como cuidadores por excelencia de sus hogares, entran
en juego las llamadas razas de cacería y las de pelea, las últimas se volvieron
moda en los últimos años, los vemos en la calles de paseo con sus dueños,
resguardando las casas, incluso siendo comerciados en calles, banquetas y
avenidas. Hoy en día el pitbull es el centro de atención, esos imponentes
perros de ojos pequeños y fuerza descomunal
capaces de sacar a pasear al dueño. Por mi parte conozco una señorita
cuya cariñosa educación a su pitbull lo crió manso como un cordero y juguetón
como un niño, muy singular para su raza, pues sus ladridos son solo de
felicidad al verla.
AMARILLO.
Dice el dicho: “De la moda, lo que me acomoda.” Pero en
Tapachula hay muchas cosas sin aplicar y sin comprenderse, ésta es una de
ellas. Tener un perro de raza pitbull, como ya mencioné, es una moda (como lo
fueron otras razas en su momento), sin embargo; las modas se crean para
sectores específicos de la población, no es discriminación y tampoco poseo
ánimos de ofender, pero sería como si, en el caso de las damas, contaran con
unos quince kilos de sobrepeso, un índice de masa corporal elevado y utilizaran
tops y blusas ombligueras con la intención de verse sensuales. Eso es aplicable
a todas las modas y los perros no son la excepción, no me refiero a lo
superficial como “ese perro no va contigo” o “no te ves bien al lado de tu
perro” (eso sería irrisorio); hablo un factor muy importante: la economía.
Tener una mascota en casa implica mayores gastos, por su
alimentación, las consultas con el veterinario, medicamentos, vitaminas,
higiene especial, adecuar un espacio para el (el patio o jardín para sus
juegos, una cama propia, su casa de jardín o techado por si llueve, los platos,
etcétera) y en dado caso su entrenamiento, se trata de otro miembro de la
familia y nada de eso es barato, menos si deseamos un animal hermoso, fornido,
de ojos y pelaje brillante merecedor de un listón azul. A ello agreguemos el
precio de esta raza, pues ronda los dos mil pesos; sin embargo en Tapachula no
existe discriminación y tanto las
personas de abolengo como quienes se ven en situaciones económicas lamentables,
buscan la manera de adquirir un precioso Pitbull porque está de moda.
ROJO.
A través de la historia de la humanidad se han documentado
múltiples ataques de canes hacia el ser humano, en muchas ocasiones sin razón
aparente, lo cual se considera parte del instinto animal, al tratarse de los
llamados “perros de pelea” o cazadores, lo cual posee buenos fundamentos, pues
sería como poseer un tigre sin instinto asesino.
Uno de los casos más lamentables es el ocurrido al niño
“Chavita”; en Monclova, Coahuila. El menor fue brutalmente agredido por el
animal, el cual lo hirió de forma sádica y desagradable hasta matarlo, pues
desde un principio, los pit bull fueron criados como raza de pelea, debido a su
complexión y fortaleza; “Sambueza”, como llamaban al perro, no fue la excepción,
su instinto y características como perro cazador lo llevaron a tomar a su presa
sin dar lugar a perderla hasta terminar con su vida (como es común para dicha
raza). Medios de comunicación y ciudadanos en las redes sociales ante el hecho,
algunos a favor del sacrificio de la mascota bajo el estandarte de la defensa
del menor, por ser una inocente vida humana;
otros en contra de la sentencia para el perro señalando culpables a los
dueños y/o a la familia de Chavita. Mucho se dijo al respecto, si fue negligencia,
allanamiento de morada por parte del pequeño, mala crianza del can o inadecuada
legislación respecto a la posesión de perros tan peligrosos pero al final todo
eso se redujo a una zona geográfica: Monclova.
La moda de los pitbull se ha extendido hasta nuestro
Chiapas y con ello también la incompetencia de los dueños a quien se les ve paseándose en parques, calles y avenidas transitadas, sin usar bozal ni
preocuparse por afectar otras personas, es evidente la fuerza del animal, los
cuidadores no son capaces de controlarlos, son vencidos por el can quien lleva
forzosamente al dueño hacia donde le place.
Cabe destacar lo siguiente: no estoy en contra de la
posesión de estos animales, cada uno es libre de elegir a sus mascotas, pero si
rechazo con renuencia la condición deplorable de su crianza y paseo, lo cual
representa un peligro para la población; así como existen leyes e instancias
para la protección de animales, también deberían existir regulaciones para su
paseo y condiciones, como mantenerlos encadenados si están fuera de la casa,
pasearlos con bozal y proporcionarles una crianza apropiada para evitar su
agresión hacia los inocentes con el fin de prevenir tragedias.
Denuncias y comentarios:
periodistaexal2015@hotmail.com Cel. y
Wts. 962 10 80 934 Tapachula, Chiapas, México; 30032016
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