El turismo sexual como política pública
Las arcas municipales es tan critica que "hay que hacer lo que sea" para poder recaudar unos cuantos pesitos
¿Quién no ha escuchado la frase de boca del muchacho o el adulto arrestado en
un punto de droga, en plena jugada ilegal o deambulando por la zona de
tolerancia en el bajo mundo que las alienta?
A pesar
de toda la dureza que contiene lo que se va a decir, lo decimos porque contiene
también toda la realidad de lo que ha estado ocurriendo últimamente en el
gobierno municipal, la adopción de una política pública que no se asienta en
órdenes ejecutivas ni las certifica el gobierno del Estado, es la política
pública que alienta el vicio a través del programa denominando “Tijuana
Coqueta”, que según promovería el turismo sexual que se realizan en bares y cantinas. Lo que
hace suponer entre los tijuanenses. ¡Que las arcas están vacías y hay que hacer
lo sea pa’ meterle mano a unos pesitos!
Así que
no debimos quedar anonadados cuando
escuchamos que el gobierno municipal promovería el supuesto proyecto denominado
“Tijuana Coqueta”, que muchos funcionarios habrán estarán deseosos de que este proyecto se haga
realidad y pondrán todo nuestro empeño en lograr que así sea ya que seguramente
se frotan las manos con el argumento de que no sólo ofrece una nueva fuente de
ingreso al gobierno, sino que es otro atractivo para los turistas lo que les
representará muchos ingresos.
Sin
embargo, no presentan prueba alguna del estudio realizado entre los tijuanenses
para concluir que muchos están deseosos por que llegue “el atractivo proyecto”.
Tampoco si el estudio, en caso de haberse hecho, se preguntan los tijuanenses
si en lugar del proyecto denominado “Tijuana Coqueta” prefieran más
oportunidades del trabajo que dignifica para sustentar a sus familias con el
sudor de su frente y procurarse una vida mejor.
De
todos modos, el atractivo producto que promociona el Presidente de COTUCO
Tijuana aparte del juego de azar, la lotería tradicional y la electrónica, las
tragamonedas, el Pega todos los días de la semana, los casinos, el hipódromo,
las máquinas de “entretenimiento” y otras versiones, legales e ilegales del
vicio diseminadas por todos los rincones de la ciudad.
Más
bien lo que Hacienda pretende es recaudar unos pesitos que el proyecto “denominado
“Tijuana Coqueta” dejará, sin ponerse a pensar que el resultado final será un
pueblo más empobrecido de lo que ya está. Un mensaje subliminal de Miguel Ángel
Bediola que trata “hacer lo que sea” con tal de meterle mano a mucho más dinero
para financiar la cada vez más creciente ineficiencia estructural del gobierno.
Para no
hablar por ahora de los efectos sociales y morales propios de la compulsión al
tema de turismo sexual: pérdida de la autoestima y del trabajo, ruptura
familiar, altas tasas de depresión, dependencia al alcohol y las drogas, abuso
físico y robo intrafamiliar y propensión al crimen. La verdad sea dicha, un
pueblo como el nuestro, lo menos que necesita es la promoción del vicio como
política pública.
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