sábado, 23 de mayo de 2015

Palco de Prensa

Por: Gilberto LAVENANT
gil_lavenants@hotmail.com
A casi dos años del inicio de su gestión administrativa, el gobernador panista, Kiko Vega, quien desde su campaña ha pregonado que con él, la gente manda, ha demostrado, hasta la saciedad, que eso es puro cuento, pues la realidad es que se maneja cual si fuese un cacique, necio, soberbio y mandón. Que solo “sus chicharrones truenan”. 
La última, es que pese a los reclamos de los fedatarios públicos de la entidad, logró que la legislatura estatal, con una votación de 18 votos a favor y solamente 1 en contra, le otorgaran la facultad para regalar patentes de notario público, sin necesidad de examen alguno. 
Lo curioso es que la iniciativa de reforma a la Ley del Notariado de Baja California, fue presentada por el diputado Juan Manuel Molina García, de Movimiento Ciudadano, y finalmente aprobada por 18 de los legisladores presentes, con solamente uno en contra, el del panista Cuauhtémoc Cardona, como una mera estrategia, a fin de presionar al PAN y ser tomado en cuenta en la designación de candidaturas para los comicios del 2016. 

Hasta 1989, cuando concluyen los gobiernos estatales priístas, el gobernador de la entidad tenía la facultad de otorgar las patentes de notario, a sus amigos y colaboradores. Incluso, el último gobernador priísta, el Ing. Oscar Baylón Chacón, eliminó el requisito del examen previo, para ello. 
Sin embargo, esto se cambió totalmente en 1989, bajo la administración del panista Ernesto Ruffo Appel, el primer gobernador blanquiazul, estableciéndose el examen por oposición para la designación de notarios. Este jueves 21 de mayo, la Legislatura Estatal reformó la Ley del Notariado, con lo cual se dió un retroceso de 26 años sobre la materia.

De nada sirvió a los fedatarios públicos de la entidad, oponerse a las pretendidas reformas y exigir respeto a la institución del notariado. Hasta el último momento mantuvieron su oposición al hecho de que el gobernador en turno, tuviese la facultad de designar notarios, libremente, incluso sin necesidad de examen previo.
Suponían, que el pregón kikista de que “con Kiko, la gente manda”, efectivamente era cierto, pero finalmente tuvieron que reconocer que es puro cuento, que el gobernador blanquiazul, ni caso hace a los ciudadanos bajacalifornianos. Que el único que manda, es él. Y los legisladores de todos los partidos políticos, simplemente obedecen. 
Apenas 3 días antes, los fedatarios publicaron un desplegado para fijar su posición respecto a dicha propuesta de reformas. En el mismo, recriminaron que en la elaboración de tal propuesta, participaron personas “ajenas a nuestra profesión”, y reclamaron que: “no se atiendan nuestras observaciones y se introduzcan reformas de ocurrencia, que afectan nuestro trabajo, en perjuicio de los usuarios del servicio notarial”.

“Los notarios pedimos que, en lugar de reformar y parchar la ley vigente, a instancias de un solo diputado, se dictamine y vote en el Congreso la iniciativa de una nueva Ley del Notariado”. Resultaba evidente que cuando acudieron al Jefe del Ejecutivo Estatal, o sea con Kiko, pidiendo su intervención para frenar las reformas, seguramente les respondió que era ajeno, pues era una iniciativa del diputado Molina García, de Movimiento Ciudadano.
De haber sido cierto, o sea de que la autoría de tales reformas, fuese exclusiva de un diputado ajeno a aquel en el que milita el gobernador, tendría que reconocerse que dicho legislador tiene un enorme peso en el Congreso del Estado, al haber logrado la aprobación mediante 18 votos a favor y solamente uno en contra. La verdad es que fue una simple treta.
Nadie ha podido explicar, ni mucho menos justificar, la razón, causa o motivo para  otorgarle al gobernador la facultad para otorgar patentes de notario público, a sus compas o colaboradores, como un pago o compensación “por los servicios prestados”. 
Cuentan, que aprobadas las reformas, el legislador panista, Cuauhtémoc Cardona, socarronamente comentó que ahora habrá notarios por la vía plurinominal o de lista. Igual que la asignación de diputaciones, que no requieren de campaña política.

¿Cuáles son las consecuencias o riesgos de esto?
Parte, lo dijeron los fedatarios en el desplegado: “No nos oponemos a que haya más notarios, pero sí a que los nuevos se puedan designar directamente, sin examen de oposición” o en todo caso : “un examen de parapeto, fácil, parcial, opaco, dirigido y antidemocrático, que sólo deje lugar a sospechas de los resultados”.
La función de los notarios públicos, es sumamente trascendente. Tienen la facultad de ejercer la fe pública, en base a lo cual, la población en general está obligada a creer que lo asentado por ellos en un testimonio notarial, es cierto.
Hay quienes pagan, cualquier cosa, por lograr que en un testimonio, se establezcan como ciertas, cosas falsas, aberrantes y fraudulentas. Por ejemplo, que una persona rica, antes de fallecer, designa como único heredero de su fortuna a un descendiente sin escrúpulos, o en todo caso, que le otorga un poder para actos de dominio, en base al cual puede enajenar sus bienes a favor de terceros.
Los fedatarios públicos, sinvergüenzas, también pueden llegar a hacer constar, que tuvieron a la vista determinado documento, sin ser esto cierto. En fin, la institución de la “fé pública”, en manos de mercenarios, quedaría hecha cachitos. Ese es el riesgo que se correrá, a partir de que tales reformas entren en vigor. Queda claro, que en Baja California el mandón es Kiko. Que los diputados, como simples lacayos, solamente obedecen.

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