* Se tratará de un duelo a beneficio de las fundaciones Mujeres que Viven y Castro Limón
MEXICALI.- Fueron 32 años los que aguardó la fanaticada beisbolera de Mexicali y Tijuana para ver otra batalla crucial entre las novenas de sus ciudades. Pero la espera terminará este fin de semana, cuando Águilas y Toros se enfrenten en una batalla que promete ser épica.
Así lo señaló la directora del Instituto del Deporte y la Cultura Física del Estado de Baja California (INDEBC), Lourdes Cañez Martínez, quien destacó que lo recaudado se destinará a apoyar a las fundaciones Mujeres que Viven y Castro Limón, que se dedican a apoyar a mujeres, niñas y niños en condición de vulnerabilidad.
Será el viernes 23 cuando emplumados y astados se vean las caras en el estadio Farmacias Santa Mónica de la capital bajacaliforniana; al día siguiente, volverán a encontrarse, pero ahora sobre la grama del parque Chevron.
En los ochentas, Mexicali y Tijuana solían encontrarse en la antesala para disputar el cetro del beisbol invernal. En dos ocasiones vencieron los emplumados y en dos más los tijuanenses.
Así que este fin de semana ambas escuadras buscarán desnivelar la balanza y dejar en claro quién manda en Baja California.
GRANDES RIVALES
A lo largo de 13 años, de 1977 a 1990, Mexicali y Tijuana protagonizaron una de las más grandes rivalidades en la historia de la Liga Mexicana del Pacífico.
Los encontronazos que cachanillas y tijuanenses protagonizaron en semifinales, escribieron historia en la pelota invernal. El primero ocurrió durante enero de 1982. En una serie llena de emociones, los Águilas se impusieron en cinco juegos, para obtener su pase a la serie final.
Otra inolvidable batalla se registró en 1986, cuando Mexicali venció en ocho electrizantes duelos a Tijuana, de la mano del sensacional Benjamín ‘Cananea’ Reyes.
Los emplumados tenían a peloteros como Juan Navarrete, John Kruk, Jim Leopold, Jesse Báez, entre otros.
Báez estuvo en las cuatro campañas donde cachanillas y tijuanenses se toparon en playoff.
Un dato curioso es que Jaime Orozco, quien había enfrentado a los Águilas en las semifinales de 1982 y 1986, vistiendo los colores tijuanenses, reforzó a los emplumados en la Serie del Caribe de este último año, ayudándolos a ganar el título.
Sin embargo, un año más tarde, Tijuana cobró venganza en la misma instancia, echando en siete juegos a los entonces campeones Águilas, haciéndolos caer del trono.
Aquella novena tenía entre sus filas a Ramón Serna y el histórico Jack Pierce, quien venía de ser campeón jonronero en el verano. El mánager de la escuadra tijuanense era el cubano Mike Brito, quien descubrió, años atrás, al gran Fernando Valenzuela.
En 1988, ambas novenas se encontraron desde el primer playoff.
Los Águilas arrancaron la serie con dos trunfos en Tijuana. Fueron sorpresivos, porque los Potros eran todo un trabuco, con la dirección de Jorge Fitch y una rotación de lujo, con Tim Leary, Jaime Orozco, Jesús 'Chito' Rios y Arturo 'Rey' González.
Leary, para quien esa fue su única campaña en México, venía de los Dodgers y tuvo marca de 9-0 y un impresionante 1.32 en carreras limpias. Junto a él, otro prospecto, el guardabosques central, Brady Anderson, que llegó de los Orioles y después de esa campaña llegó a la gran carpa, donde pegó 50 cuadrangulares en un solo calendario.
Tanta calidad ayudó a Tijuana para venir de atrás y, al final, ganaron 5-3 la serie. Ya no pararían hasta poner rumbo a la Serie del Caribe, celebrada aquel año en República Dominicana.
Pero nadie sabía que esa sería la última ocasión que Mexicali y Tijuana se enfrentarían en una postemporada.
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