jueves, 11 de junio de 2015

NUNCA SE FUE A “LA CHINGADA”

Propietario del ismo de la izquierda a la mexicana
MANUEL LÓPEZ OBRADOR, EL MÁS HÁBIL DE LOS EX PRIÍSTAS DOLIDOS
Por:  10 de junio de 2015
Al perder la Presidencia con Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador nunca se fue a “La Chingada”, como él llama a la finca que sus padres le heredaron en Catazajá, Chiapas. Con paciencia y tozudez ejemplares mantuvo cohesionadas a sus huestes, incluso a las que permanecieron engañosamente leales a “Los Chuchos”, y construyó el partido con el que si no conquista la Presidencia en el 2018 recuperará el control de la capital del país, que en realidad ya es casi suya. 
Tarde, quizás demasiado tarde, el PRD se dio cuenta de que AMLO nunca se fue del Distrito Federal. 
Uno de los pocos dirigentes serios del PRD, Miguel Barbosa, nos apenó ayer cuando en tono pretendidamente doctoral descubrió el hilo negro: Los “Chuchos” no se percataron de que el lobo nunca se fue; siempre estuvo ahí, agazapado, acechando, esperando el momento para recuperar sus ovejas; esto ocurrió el domingo pasado. 
El coordinador de los senadores perredistas lo explicó de manera diferente: AMLO no fundó un partido nuevo, Morena; simplemente se apoderó de la mitad del perredismo. 
Barbosa se equivoca; los votantes de los candidatos de Morena en el Distrito Federal siempre fueron de AMLO; permanecieron formalmente en el PRD, como aún lo hace el senador Alejandro Encinas, pero sólo estaban en espera de su líder para revelarse como lo que nunca dejaron de ser: “Pejistas”. 
La debacle del PRD de “Los Chuchos” en la capital de la República que llevará al infierno político al jefe de Gobierno, Miguel Mancera, tiene muchas explicaciones (desde su incorporación al Pacto por México hasta los hechos sangrientos de Iguala), pero la fundamental es la falta de olfato de sus dirigentes, que les impidió advertir que el grueso de la militancia perredista, en especial la de la tribu de René Bejarano, permaneció fiel a AMLO. 
La verdad les fue revelada la noche del domingo cuando los números del INE dejaron al descubierto otra verdad: Los capitalinos están hasta el gorro del PRD, si no, de qué otra manera se entiende que hasta el PRI, sin estructura ni personajes, se adueñara de al menos 3 delegaciones; lo mismo se puede decir del PAN. 
Los lamentos del senador ocultan otra verdad: La izquierda izquierda existió hasta antes de que Jesús Reyes Heroles le abriera las puertas del Congreso, es decir, de la nómina; murió cuando se dejó absorber por priístas desertores porque el sistema les cerró el paso a la Presidencia de la República. 
Los grandes líderes de esa izquierda llamada perredismo, y ahora morenismo, han sido ex priístas: Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, Manuel Camacho, Marcelo Ebrard, Andrés Manuel López Obrador y hasta un político híbrido que por algo se rehúsa a afiliarse al partido, Miguel Mancera. 
Lo mismo ocurre con otras “izquierdas”, como Movimiento Ciudadano, del ex priísta Dante Delgado, y la del PT, fundado por Alberto Anaya con patrocinio del priísta Raúl Salinas. 
Este izquierdismo es tan especial que dio cobijo, incluso, a personajes como el ex priísta Manuel Bartlett, al que responsabiliza de la derrota de 1988. 
La izquierda de Jesús Ortega, Jesús Zambrano, Carlos Navarrete y Miguel Barbosa vivió una prolongada ilusión que empieza a esfumarse. La aburguesaron los triunfos conseguidos a la sombra de los ex priístas; hoy la amenaza la extinción. 
Reinventarse no le será fácil, sobre todo porque ahora el propietario del ismo de la izquierda a la mexicana es AMLO, el más hábil de los ex priístas dolidos con el sistema.
Pues sí, Andrés Manuel nunca se fue a “La Chingada”.

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