jueves, 10 de septiembre de 2015

Bla, bla, bla

TIJUANA-BC/SEPT/08/2015/*LULÚ ROBLES.- Esta vez quiero hablar sobre la idiotez, la estupidez  y la imbecilidad.  Podemos encontrar los orígenes, significados etimológicos, diversas opiniones, teorías,  discusiones, definiciones sobre imbécil, estúpido e idiota, pero no es la intención de esta Ventana Abierta. 
Simplemente, y como simple soy, expongo lo que pienso al respecto, por los pocos pasos de mi transitar en esta vida repleta de seres pintorescos que reúnen a cabalidad estos adjetivos, y que les queda como trajes hechos a la medida, y para ilustrar un poco, y según la  historia nos dice,  que en principio el idiota era aquel que solo se preocupaba de sí mismo, y no prestaba atención a los asuntos públicos y/o políticos, y siendo la vida pública en la Antigüedad grecorromana de gran importancia para ser hombres libres, esta palabra se convirtió en un insulto. A lo largo de los siglos el significado fue variando hasta que en el siglo XII entró en nuestro idioma proveniente del Francés Idiot que significa persona ignorante. Entonces  tenemos que un idiota es un ignorante. 
La palabra estúpido, los romanos empezaron a aplicarla de modo despectivo a aquellos que son un tanto timoratos o que se asombran por todo, que son necios, ante esto tenemos que Estúpido es un pasmado, falto de inteligencia.  Por su parte el Imbécil que proviene del Latín Imbecillis y que significa persona débil y aunque en un principio hacía referencia a una dolencia física, con el devenir del tiempo cambió para definir un mal mental y así podíamos calificar a un Imbécil como un “débil mental”. 
Las tres genéricamente le hemos venido dado el mismo significado pero para no parecer un Estúpido (pasmado) y terminar convertido en un Imbécil (débil mental), lo mejor es no ser un Idiota (ignorante).y mejor aún es no mezclarse con ninguno de estos tres grupos. 
Para mi  punto de vista, la estupidez es contagiosa;  porque he visto que se propaga como virus a los idiotas y los imbéciles. El remedio inmediato es  huir de ellos, para que luego no te cataloguen como uno de ellos, o piensen que ya formas parte de su grupo, porque en su tontera no entienden que jamás habrás de pertenecer a ellos. Claro si eres de los que los detecta en el momento. 
Inútil es decirle a las ignorantes explicaciones que jamás en su vida habrán de entender. Por lo general esta gente estúpida “es engreída” y sus aires de sabiondos los marea, los mantiene en una especie de éxtasis prolongado que aun dormidos son estúpidos. No importa a donde vayas siempre habrá un idiota y un imbécil siguiendo a un  estúpido. O puede ser un estúpido siguiendo a un idiota y a un imbécil, pues son su público preferido. 
Los seres estúpidos no avanzan en la vida ni dejan avanzar. Circulan por la vida, pero no a todos les es fácil detectarlos (menos si se es un idiota e imbécil).  El idiota puede equivocarse porque puede hacer idioteces en cualquier momento, por su falta de conocimiento en los temas, carente de experiencia no tiene las herramientas para defenderse. Para ya no ser un idiota es necesario informarse, prestar atención, capacitarse, aprender de los errores.  Igual uno puede ser de vez en cuando hacerse el tonto, pero eso ya es otra cosa. 
Un imbécil es aquel que hace las cosas pero las hace mal, y nunca lo acepta. Y aunque tiene como el idiota la opción de dejar de ser un imbécil, por lo general siempre culpa a alguien más de su situación, de sus males. 
Se puede dejar de ser un idiota o un imbécil, pero para dejar de ser estúpido, es necesario cambiar la forma de pensar por su escases de criterio, discernimiento, siempre será un estúpido. Por lo general creen abarcar todo, y se buscan proyectar a toda costa que son perfectos en todo. Sus subordinados siempre están bajo su embrujo, porque claro se rodea de gente idiota e imbécil. 
 “Sus sabios consejos” son la respuesta a todos los males posibles, el aura que alumbra las almas perdidas, el camino que se abre ante las tempestades y gloriosos saldrán adelante, bla, bla, bla, saliva desperdiciada, porque de su boca solo saldrán acusaciones, señalamientos, desorientaciones y malos consejos. 
Lo peor del caso es que cuando varios tontos se reúnen la estupidez aumenta. 
El estúpido tiene consciencia de sus actos, pero los hace porque cree poder sacar ventaja en ellos. Son fáciles de reconocer, de hecho su arrogancia los delata, ya que te presumen de todo y se muestran conocedores de todo. Seguido sueltan la verborrea sin fin de historias increíbles, fantásticas, que mantiene a otros tontos entretenidos, como una especie de hipnosis colectiva. 
Dicen rodearse de gente “inteligente”, de hecho es una palabra que adoran, por lo cual la usan indiscriminadamente en elogios baratos hacia esas personas “inteligentes” a las cuales buscan incansablemente, para dejarse ver rodeado de ellos, por ello procuran estar en los lugares más visibles y concurridos. 
“Me junto con gente inteligente porque de ellos aprendo” dicen. 
“Yo solo me rodeo de gente inteligente porque son los que me guían” y así un sin número de frases compuestas que les sirve de refuerzo a su cometido. 
Se dicen “humildes servidores” pero son arrogantes.  Se dicen ser personas emotivas, creativas, sin embargo ante su incansable intento de agradar a las personas son capaces de hacer daño y  perjudicar a los demás. 
Sus historias increíbles de sus innumerables logros las propaga cual semillas en cada paso que dan.  Y en la vida no dan paso sin propósito. Por eso hay que tener cuidado y jamás subestimar la cantidad de estúpidos que andan sueltos. 
Mientras los idiotas e imbéciles  se traguen sus historias y cuentos, El “tururú” siempre les quedara corto. 
La estupidez no es total ignorancia, como algunos lo creen, sino exagerada arrogancia.  Aunque cada caso de estupidez es diferente, son muchas las cosas que los delatan; sin duda tendrán en sus paredes un sinfín de títulos y diplomas colgados, medallas, premios y trofeos,  que cumplen el propósito de apantallar a quienes no hacen más que elogiarlos. Tampoco faltan las fotografías con grandes personalidades, políticos, artistas, periodistas, etc., prestos al escrutinio público, a la vista de todos. 
Pero yo no me los trago. Con todo y la  verborrea,  la crema  a sus tacos y la alfombra roja que les pongan por donde pasen. Podrán hacer circo, maroma y teatro para salir en las fotos de los periódicos. Soy firme en mi decisión  de no perder tiempo con ellos. 
Me desagradan en cuanto los olfateo, su hedor a podredumbre flota alrededor de ellos. 
Tiempo atrás decidí que nada, ni nadie que me desagrade será parte de mi vida. Nada ni nadie merece ningún segundo de mi tiempo. Me dan hueva.  He guardado la paciencia bajo llave y no me presto a ser parte de ninguna farsa.  Soy franca cuando algo me molesta y eso molesta a los estúpidos. 
La hipocresía es un virus que se propaga con la idiotez, para los imbéciles y por los estúpidos.  Así que amiga, amigo, despabila, date cuenta de lo que sucede. Por eso tome mi tiempo para escribir sobre esto, pues aunque no merezcan ni un minuto de tiempo, y tal vez tu lector, lectora, puedes vacunarte contra esa especie. 
Analiza, aprende, medita, piensa, no caigas en el juego de los elogios, sobre todo ahora más que se prestan las redes sociales para ello, es todo un enredo. Vive dándote cuenta de la realidad y mírate en el espejo, estúdiate, enfócate, solo tú eres dueña o dueño de tu vida. Oremos juntos: 
En el nombre del bien de mi yo interno, y  EL de los nuestros, de mis convicciones, de mis intenciones, y todas las nuestras, de no perjudicar a nadie, sino de hablar con la verdad,  la mía, la tuya  la que nazca de nuestros corazones, por las experiencias de antes, hoy y las de mañana, les guste o no les guste.
Amén. 
*Lic. Lourdes Robles 
Comunicadora y publicista. Asesora de Comunicación e Imagen de empresarios y políticos y en área creativa de agencias publicitarias.

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