TIJUANA-BC/SEPT/08/2015/*LULÚ
ROBLES.- Esta vez quiero hablar sobre la idiotez, la estupidez y la imbecilidad. Podemos encontrar los orígenes, significados
etimológicos, diversas opiniones, teorías,
discusiones, definiciones sobre imbécil, estúpido e idiota, pero no es
la intención de esta Ventana Abierta.
Simplemente,
y como simple soy, expongo lo que pienso al respecto, por los pocos pasos de mi
transitar en esta vida repleta de seres pintorescos que reúnen a cabalidad
estos adjetivos, y que les queda como trajes hechos a la medida, y para
ilustrar un poco, y según la historia
nos dice, que en principio el idiota era
aquel que solo se preocupaba de sí mismo, y no prestaba atención a los asuntos
públicos y/o políticos, y siendo la vida pública en la Antigüedad grecorromana
de gran importancia para ser hombres libres, esta palabra se convirtió en un
insulto. A lo largo de los siglos el significado fue variando hasta que en el
siglo XII entró en nuestro idioma proveniente del Francés Idiot que significa
persona ignorante. Entonces tenemos que
un idiota es un ignorante.
La
palabra estúpido, los romanos empezaron a aplicarla de modo despectivo a
aquellos que son un tanto timoratos o que se asombran por todo, que son necios,
ante esto tenemos que Estúpido es un pasmado, falto de inteligencia. Por su parte el Imbécil que proviene del
Latín Imbecillis y que significa persona débil y aunque en un principio hacía
referencia a una dolencia física, con el devenir del tiempo cambió para definir
un mal mental y así podíamos calificar a un Imbécil como un “débil mental”.
Las
tres genéricamente le hemos venido dado el mismo significado pero para no
parecer un Estúpido (pasmado) y terminar convertido en un Imbécil (débil
mental), lo mejor es no ser un Idiota (ignorante).y mejor aún es no mezclarse
con ninguno de estos tres grupos.
Para
mi punto de vista, la estupidez es
contagiosa; porque he visto que se
propaga como virus a los idiotas y los imbéciles. El remedio inmediato es huir de ellos, para que luego no te
cataloguen como uno de ellos, o piensen que ya formas parte de su grupo, porque
en su tontera no entienden que jamás habrás de pertenecer a ellos. Claro si
eres de los que los detecta en el momento.
Inútil
es decirle a las ignorantes explicaciones que jamás en su vida habrán de
entender. Por lo general esta gente estúpida “es engreída” y sus aires de
sabiondos los marea, los mantiene en una especie de éxtasis prolongado que aun
dormidos son estúpidos. No importa a donde vayas siempre habrá un idiota y un
imbécil siguiendo a un estúpido. O puede
ser un estúpido siguiendo a un idiota y a un imbécil, pues son su público
preferido.
Los
seres estúpidos no avanzan en la vida ni dejan avanzar. Circulan por la vida,
pero no a todos les es fácil detectarlos (menos si se es un idiota e
imbécil). El idiota puede equivocarse
porque puede hacer idioteces en cualquier momento, por su falta de conocimiento
en los temas, carente de experiencia no tiene las herramientas para defenderse.
Para ya no ser un idiota es necesario informarse, prestar atención,
capacitarse, aprender de los errores.
Igual uno puede ser de vez en cuando hacerse el tonto, pero eso ya es
otra cosa.
Un
imbécil es aquel que hace las cosas pero las hace mal, y nunca lo acepta. Y
aunque tiene como el idiota la opción de dejar de ser un imbécil, por lo
general siempre culpa a alguien más de su situación, de sus males.
Se
puede dejar de ser un idiota o un imbécil, pero para dejar de ser estúpido, es
necesario cambiar la forma de pensar por su escases de criterio,
discernimiento, siempre será un estúpido. Por lo general creen abarcar todo, y
se buscan proyectar a toda costa que son perfectos en todo. Sus subordinados
siempre están bajo su embrujo, porque claro se rodea de gente idiota e imbécil.
“Sus sabios consejos” son la respuesta a todos
los males posibles, el aura que alumbra las almas perdidas, el camino que se
abre ante las tempestades y gloriosos saldrán adelante, bla, bla, bla, saliva
desperdiciada, porque de su boca solo saldrán acusaciones, señalamientos,
desorientaciones y malos consejos.
Lo peor
del caso es que cuando varios tontos se reúnen la estupidez aumenta.
El
estúpido tiene consciencia de sus actos, pero los hace porque cree poder sacar
ventaja en ellos. Son fáciles de reconocer, de hecho su arrogancia los delata,
ya que te presumen de todo y se muestran conocedores de todo. Seguido sueltan
la verborrea sin fin de historias increíbles, fantásticas, que mantiene a otros
tontos entretenidos, como una especie de hipnosis colectiva.
Dicen
rodearse de gente “inteligente”, de hecho es una palabra que adoran, por lo
cual la usan indiscriminadamente en elogios baratos hacia esas personas
“inteligentes” a las cuales buscan incansablemente, para dejarse ver rodeado de
ellos, por ello procuran estar en los lugares más visibles y concurridos.
“Me
junto con gente inteligente porque de ellos aprendo” dicen.
“Yo
solo me rodeo de gente inteligente porque son los que me guían” y así un sin
número de frases compuestas que les sirve de refuerzo a su cometido.
Se
dicen “humildes servidores” pero son arrogantes. Se dicen ser personas emotivas, creativas,
sin embargo ante su incansable intento de agradar a las personas son capaces de
hacer daño y perjudicar a los demás.
Sus
historias increíbles de sus innumerables logros las propaga cual semillas en
cada paso que dan. Y en la vida no dan
paso sin propósito. Por eso hay que tener cuidado y jamás subestimar la
cantidad de estúpidos que andan sueltos.
Mientras
los idiotas e imbéciles se traguen sus
historias y cuentos, El “tururú” siempre les quedara corto.
La
estupidez no es total ignorancia, como algunos lo creen, sino exagerada
arrogancia. Aunque cada caso de
estupidez es diferente, son muchas las cosas que los delatan; sin duda tendrán
en sus paredes un sinfín de títulos y diplomas colgados, medallas, premios y
trofeos, que cumplen el propósito de
apantallar a quienes no hacen más que elogiarlos. Tampoco faltan las
fotografías con grandes personalidades, políticos, artistas, periodistas, etc.,
prestos al escrutinio público, a la vista de todos.
Pero yo
no me los trago. Con todo y la
verborrea, la crema a sus tacos y la alfombra roja que les pongan
por donde pasen. Podrán hacer circo, maroma y teatro para salir en las fotos de
los periódicos. Soy firme en mi decisión
de no perder tiempo con ellos.
Me
desagradan en cuanto los olfateo, su hedor a podredumbre flota alrededor de
ellos.
Tiempo
atrás decidí que nada, ni nadie que me desagrade será parte de mi vida. Nada ni
nadie merece ningún segundo de mi tiempo. Me dan hueva. He guardado la paciencia bajo llave y no me
presto a ser parte de ninguna farsa. Soy
franca cuando algo me molesta y eso molesta a los estúpidos.
La
hipocresía es un virus que se propaga con la idiotez, para los imbéciles y por
los estúpidos. Así que amiga, amigo,
despabila, date cuenta de lo que sucede. Por eso tome mi tiempo para escribir
sobre esto, pues aunque no merezcan ni un minuto de tiempo, y tal vez tu
lector, lectora, puedes vacunarte contra esa especie.
Analiza,
aprende, medita, piensa, no caigas en el juego de los elogios, sobre todo ahora
más que se prestan las redes sociales para ello, es todo un enredo. Vive
dándote cuenta de la realidad y mírate en el espejo, estúdiate, enfócate, solo
tú eres dueña o dueño de tu vida. Oremos juntos:
En el
nombre del bien de mi yo interno, y EL
de los nuestros, de mis convicciones, de mis intenciones, y todas las nuestras,
de no perjudicar a nadie, sino de hablar con la verdad, la mía, la tuya la que nazca de nuestros corazones, por las
experiencias de antes, hoy y las de mañana, les guste o no les guste.
Amén.
*Lic.
Lourdes Robles
Comunicadora
y publicista. Asesora de Comunicación e Imagen de empresarios y políticos y en
área creativa de agencias publicitarias.
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