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Exal Baltazar Juan Avila/APyPM |
VERDE
La llegada de las redes sociales marcó el inicio de una nueva era, una
revolución social y cultural a nivel mundial, posicionándolas en cada uno de
los hogares mexicanos con o sin internet para diversos fines. Se han calificado
de distintas formas desde su origen y desde entonces no ha cambiado mucho la
finalidad básica. En un principio, una red social (llámese Facebook o twitter)
fue diseñada como una plataforma para compartir ideas, subir trabajos teorías de investigación para facilitar su
difusión y mantener constante una discusión acerca de un tema específico.
Era
comúnmente usada por los universitarios. En cuanto a YouTube, servía para
promocionar el nuevo single de un artista y compartir tutoriales sobre muchas
cosas (informática, en su mayoría) con el público en general.
Hoy en día esas funciones no se han perdido; sin embargo, son prácticas
menos comunes. Con el paso del tiempo, las mejoras tecnológicas y la
creatividad de los desarrolladores, las redes sociales se encuentran en constante
expansión y evolución. Los seres humanos somos sociables por naturaleza, era
cuestión de tiempo caer en estas plataformas tan sencillas de usar, aunado a
esto se encuentra el ego de cada individuo, el cual aumenta con la opción de
compartir fotos y videos, lo mismo ocurre con la libertad de expresión en estos
medios. Hay quienes incluso conocen al amor de su vida gracias a una red
social.
Agreguemos a ello juegos, grupos sobre un mismo tema de interés y la
cereza del pastel para una sociedad capitalista como la nuestra: la capacidad
de ser utilizadas como herramientas para el incremento de ventas y publicidad
en una empresa.
Como claros ejemplos de lo anterior, Facebook y YouTube llegaron para
quedarse. Cada día somos más las
personas con una cuenta en estas plataformas, sin importar raza, sexo,
ideología política, religión o edad. Así es, los niños no están excluidos, ya
sea por los juegos o los videos, infantes menores de seis años conocen y son
capaces de utilizar estas interesantes herramientas de todo cibernauta.
No debemos negarlo, muchas veces estas herramientas también nos sacan
de apuros en el hogar, bien sea por una
venta exprés o como entretenimiento para el más pequeño de la casa.
AMARILLO.
Si bien en las calles no estamos exentos de los engaños, estafas,
extorsiones y perversión, pues tampoco en las redes sociales y mucho menos los
niños.
No se trata de tener un control absoluto sobre el infante, eso
conllevaría a un desarrollo psicológico un poco castrante, pero como padres,
hermanos, maestros, tutores o simples conocidos de la criatura, podemos
orientarlo a darle un buen uso a su perfil o canal, según sea el caso.
El diálogo es indispensable en el seno familiar, a través del mismo y
sin incurrir en “violaciones a la privacidad”, “stalkear” o restricciones
innecesarias, podemos estar al tanto de lo ocurrido a nuestro hijo o hija,
evitar las extorsiones y con ayuda de los filtros de privacidad, asegurar su
integridad y de paso, enseñarle sensatez, pudor, además de evitar y denunciar
el llamado cyberbulling. Para quien no conoce este último tema, explico: las
comunes burlas, bromas y humillaciones ocurridas en las escuelas ya no terminan
ahí. Los niños también son víctimas de ello en las redes sociales, por medio de
videos denigrantes, publicaciones en sus muros o perfiles, etiquetas con
indirectas y mensajes privados así como críticas no constructivas.
Dado el arraigo de Facebook y YouTube en nuestra sociedad; impedir a un
niño, de ésta era moderna, el uso de dichas plataformas caería en truncar parte
de su desarrollo social, sería como inscribirse a la universidad y no saber
leer, disminuyen los temas de conversación y las referencias. Por tanto, una
solución podría ser convertirnos en participes activos de la educación,
incentivar el diálogo de forma correcta y conocer, sin ser sobreprotector, las
actividades de nuestro hijo en internet.
ROJO
Es triste hablar de ello, pero debe decirse: las redes sociales pueden
ocupar la mayor parte de nuestro tiempo, impedir la plena realización de nuestras actividades
cotidianas y transformarse en una adicción.
Esta pesada realidad se encuentra en muchos hogares mexicanos, tanto
por parte de los niños quienes se encuentran en la etapa del juego y las
distracciones como en los jóvenes en la edad de socializar en la mayor medida
posible, pero existe un sector de la población también vulnerable a esto y que
representa mayor peligro: los padres de familia.
Los niños de hoy deberían llevar por segundo nombre “Facebook” o
“YouTube” para recibir un poco de atención por parte de sus progenitores. Desde
el padre o la madre que otorga un equipo al niño para ver videos y entretenerlo
“un ratito” y terminan dejando a YouTube como niñera de tiempo completo, hasta
la triste situación donde el infante debe acudir a otro familiar, al vecino o
algún amigo para solicitar apoyo, alimento e inclusive un vaso con agua porque
a mamá y papá no los pueden tener en cuenta, mamá está viendo su Facebook y
papá ocupa su tiempo en “analizar” videos.
Como la gota derramada por el vaso, estas deplorables circunstancias
están acompañadas de violencia verbal y física hacia la inocente criatura, por
molestar a sus tan ocupados progenitores. ¿Acaso no quieren a sus hijos? Muchos
dirán: “yo no pedí tenerlo” o “yo no quería tener hijos”. Bien, si no querían
tenerlos, ¿por qué los hicieron? Eso de los bebés sorpresas es una mentira.
Toda acción conlleva una reacción, por obvias razones, si tienes sexo (aún más
si no usas protección) es de esperarse tener hijos, es la verdadera esencia de
las relaciones sexuales: la procreación. Como es bien sabido, seguirán los pretextos: “No fue planeado”. Hay millones de
personas en este mundo, no planeadas por
sus padres, usted quizá es una de ellas, sin embargo; hay mucha diferencia
entre planear a los hijos y desear tenerlos, es
como si te regalaran un cachorro, algunos lo reciben con mucho cariño y
otros por compromiso y no verse mal, pero ahí radican los cuidados hacia el
animalito. Si se tuvo la “responsabilidad” de tener un hijo después de crearlo,
debemos ser también verdaderos adultos responsables y tomar parte de las
consecuencias proporcionando una educación y las atenciones apropiadas para la
criatura.
Denuncias y comentarios: periodistaexal2015@hotmail.com Cel. y Wts. 962 10 80 934 Tapachula, Chiapas,
México; 18022016