Éxal Baltazar Juan
Ávila/APyPM
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VERDE
Hace
tiempo Hernán Becerra (escritor tapachulteco) dijo una frase muy curiosa: “El
que es feliz no escribe porque el que escribe no es feliz”, para referirse a la
poca audiencia en ese tiempo recibida en su taller de narrativa en Tapachula,
comentaba entonces como la alegría de los tapachultecos al ser de costa y tener
una vida colorida, por decirlo de algún modo, influenciada por su cercanía al
puerto y los bríos propios de las costas, pues repercutía en el disfrute de
ella y por ende pasar el tiempo viviendo y no escribiendo, al existir tantas
alegrías, según sus palabras. Ahora el maestro Víctor Briones, escritor y
promotor cultural nos cambia el panorama, pues en su opinión, en Tapachula hay
muchos escritores, desde el clásico estado en Facebook o twitter con evidente
poesía, pasando por el periodismo y tocando las fibras de narrativa y crónica.
Es una
época llena de oportunidades para nuestra ciudad, oportunidades con la
necesidad de ser aprovechadas por cada uno de los artistas locales y un público
cada día más ávido de apreciarlos, un pueblo exigente de los espacios
culturales y actividades para motivarlos.
Ya no es el Tapachula de antes
donde cada taller, las muestras, galas y ponencias fueron escasos y
silenciosos como si se tratara de reuniones secretas en una logia. En esta
ocasión, se abrieron las puertas para dar paso a un festival cultural con la
capacidad de ir más allá de lo acostumbrado en el Parque Cultural Bicentenario,
se trata de “Huacart”, el cual conjunta más de cincuenta artistas locales con
la intención de demostrar a nuestra propia gente la cantidad y calidad de los
mismos, probar su mítica existencia a la cuna que, sin saberlo, los vio nacer y
día con día deja a su desarrollo pasar desapercibido, teniendo muestras y
talleres de distintos ámbitos como la literatura, teatro, música, danza y
pintura; se trató en resumen y palabras de José Luis Moreno, organizador del
festival, de dar a conocer a los artistas locales, para lo cual se requirió de
tres días (11, 12 y 13 de abril).
AMARILLO
Ya se
mencionó antes por muchos autores e individuos el temor del artista a ser
reconocidos, algo común al dar a conocer una obra pues se teme la desaprobación
y la poca aceptación de la misma y su exponente. Es quizá este el motivo para
no contar con todos los artistas de cada rincón tapachulteco, sobre eso, el
maestro Briones, partícipe del festival como escritor invitado, nos dedica
algunas palabras de su autoría: “negar la luz que habita en el artista, es
negarse a sí mismo. Habrá quienes vengan
a este mundo a ser un sol y habrá
quienes vengan a este mundo a ser una luciérnaga […] tienen la obligación de
brillar, quién se niegue a brillar, entonces que siga viviendo en esa
hipotética caverna platónica de por vida.” Por desgracia, pese a la inclusión
de un buen número de exponentes, difundir arte y cultura no es fácil y menos al
coordinar un evento público; la difusión hace falta, pues se escucharon quejas
durante el evento por parte de otros artísticas y el público casual del evento,
por la falta de información al respecto; no basta con las redes sociales y
tampoco con darlo a conocer solo a colectivos, pues en Tapachula, llevar la
información de mano en mano es más complejo de lo aparentado, por ende, se
requiere de lonas, panfletos, la colaboración de estaciones de radio,
periódicos y televisión. Por obvias razones, la publicidad no es libre de pago,
sin embargo; se necesita la colaboración de todos y con ello una propuesta por
parte de los medios para apoyar tan nobles causas sin afectar los intereses de
cada uno.
(Tema
desarrollado con la colaboración de Priscila Villalobos)
ROJO
La
censura ha sido partícipe del arte desde tiempos remotos, son eternos rivales
en cualquiera de sus ámbitos, como se observa a través de la historia, la
crítica y reprobación hacia obras del afamado pintor Miguel Ángel, el Marqués
de Sade, Carlos Fuentes, canciones de protesta, Descartes, Montesquieu, entre
muchos otros habidos y por haber. Esto
tampoco pudo hacerse evitar durante Huacart, en la presentación
literaria por parte de Víctor Briones, Daniela Román (ganadora del premio
estatal de declamación Jaime Sabines 2016), Jovany López, Priscila Villalobos y
Gabriel Moreno, quienes leyeron textos propios y un poema de Sabines titulado
“Tlatelolco 68”. Cada uno con su estilo propio y sus polémicas particulares y
como la censura va de la mano del arte, en esta ocasión fue un hombre de
mediana edad, surgido entre el público, quien se convirtió en el portador de
ella debido a su inconformidad con el texto de Gabriel Moreno, “Desvaríos de un
Hombre Enamorado” al ser de corte erótico. Ante ello, Gabriel Moreno expresa:
“Hay un retroceso en la cultura , hay demasiados tabús, desde el primer momento
en que nosotros estamos moralizando o dando una negatividad a la palabra pene o vagina, desde ese momento estamos mal como
sociedad […] queremos ser una sociedad más organizada, más desarrollada pero si
seguimos comportándonos como en años pasados, no lo vamos a lograr, es como un
muro por el que no vas a poder avanzar, por mi parte me gustaría que la
sociedad fuera más abierta de mente a ese tipo de cosas porque no se necesita
ser un escritor de gran caché para que te dejen hacer eso, es decir, ¿dónde
está la libertad de expresión entonces?. Jovany López, leyó durante la
presentación, el texto “sueño de una noche de verano” y nos habló de su
profunda decepción y tristeza por lo ocurrido con las siguientes palabras: “se
quiere dar un cierto realce o un boom pero con lo que acaba de suceder, se va a provocar que haya un
enorme retraso.” Agrega también su opinión como pedagogo respecto a la
presencia de niños en el momento de la
lectura y la educación sexual en Tapachula: “Debe ser más clara, no debe haber
tabús porque si sustituimos los órganos sexuales por esto o aquellito no habrá
un avance.” Daniela Román, quien declamó “Tlatelolco 68” de Sabines, prosa
poética con la cual ganó el concurso estatal de declamación, comparte su punto
de vista al respecto: “Está estigmatizado en el poema el hecho de que sea de
Jaime Sabines, porque, como bien dicen
mis compañeros, si tú logras tener un renombre en algo y dices una mala
palabra, o algo que a las personas les resulte alarmante pues deja de ser un
tabú y comienza a crear una tendencia en el buen sentido de la
palabra o simplemente se toma como un chascarrillo por parte de ese autor pero
cuando una persona que apenas se está
abriendo camino en esto que es el arte, quiere demostrar su obra con
este tipo de textos, resulta muy criticado por la sociedad.” Víctor Briones
quien nos dio a conocer algunos de sus textos de crítica social, comenta: “No
existen las buenas o las malas palabras, solo son palabras” concluye con su
opinión respecto al ser del artista: “un artista no se arrastra, un artista no
se postra, un artista no debe doblar las rodillas, un artista debe erigirse
como una entidad de conocimiento que ilumine el camino de otras personas, es un
guía, es un faro”.
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