jueves, 18 de febrero de 2016

SEMÁFORO: FACEBOOK Y YOUTUBE: LOS NIÑOS DE HOY

Exal Baltazar Juan Avila/APyPM
VERDE 
La llegada de las redes sociales marcó el inicio de una nueva era, una revolución social y cultural a nivel mundial, posicionándolas en cada uno de los hogares mexicanos con o sin internet para diversos fines. Se han calificado de distintas formas desde su origen y desde entonces no ha cambiado mucho la finalidad básica. En un principio, una red social (llámese Facebook o twitter) fue diseñada como una plataforma para compartir ideas, subir trabajos  teorías de investigación para facilitar su difusión y mantener constante una discusión acerca de un tema específico. 
Era comúnmente usada por los universitarios. En cuanto a YouTube, servía para promocionar el nuevo single de un artista y compartir tutoriales sobre muchas cosas (informática, en su mayoría) con el público en general.
Hoy en día esas funciones no se han perdido; sin embargo, son prácticas menos comunes. Con el paso del tiempo, las mejoras tecnológicas y la creatividad de los desarrolladores, las redes sociales se encuentran en constante expansión y evolución. Los seres humanos somos sociables por naturaleza, era cuestión de tiempo caer en estas plataformas tan sencillas de usar, aunado a esto se encuentra el ego de cada individuo, el cual aumenta con la opción de compartir fotos y videos, lo mismo ocurre con la libertad de expresión en estos medios. Hay quienes incluso conocen al amor de su vida gracias a una red social.
Agreguemos a ello juegos, grupos sobre un mismo tema de interés y la cereza del pastel para una sociedad capitalista como la nuestra: la capacidad de ser utilizadas como herramientas para el incremento de ventas y publicidad en una empresa. 
Como claros ejemplos de lo anterior, Facebook y YouTube llegaron para quedarse. Cada día  somos más las personas con una cuenta en estas plataformas, sin importar raza, sexo, ideología política, religión o edad. Así es, los niños no están excluidos, ya sea por los juegos o los videos, infantes menores de seis años conocen y son capaces de utilizar estas interesantes herramientas de todo cibernauta. 
No debemos negarlo, muchas veces estas herramientas también nos sacan de apuros  en el hogar, bien sea por una venta exprés o como entretenimiento para el más pequeño  de la casa. 
AMARILLO. 
Si bien en las calles no estamos exentos de los engaños, estafas, extorsiones y perversión, pues tampoco en las redes sociales y mucho menos los niños. 
No se trata de tener un control absoluto sobre el infante, eso conllevaría a un desarrollo psicológico un poco castrante, pero como padres, hermanos, maestros, tutores o simples conocidos de la criatura, podemos orientarlo a darle un buen uso a su perfil o canal, según  sea el caso. 
El diálogo es indispensable en el seno familiar, a través del mismo y sin incurrir en “violaciones a la privacidad”, “stalkear” o restricciones innecesarias, podemos estar al tanto de lo ocurrido a nuestro hijo o hija, evitar las extorsiones y con ayuda de los filtros de privacidad, asegurar su integridad y de paso, enseñarle sensatez, pudor, además de evitar y denunciar el llamado cyberbulling. Para quien no conoce este último tema, explico: las comunes burlas, bromas y humillaciones ocurridas en las escuelas ya no terminan ahí. Los niños también son víctimas de ello en las redes sociales, por medio de videos denigrantes, publicaciones en sus muros o perfiles, etiquetas con indirectas y mensajes privados así como críticas no constructivas. 
Dado el arraigo de Facebook y YouTube en nuestra sociedad; impedir a un niño, de ésta era moderna, el uso de dichas plataformas caería en truncar parte de su desarrollo social, sería como inscribirse a la universidad y no saber leer, disminuyen los temas de conversación y las referencias. Por tanto, una solución podría ser convertirnos en participes activos de la educación, incentivar el diálogo de forma correcta y conocer, sin ser sobreprotector, las actividades de nuestro hijo en internet. 
ROJO 
Es triste hablar de ello, pero debe decirse: las redes sociales pueden ocupar la mayor parte de nuestro tiempo, impedir la  plena realización de nuestras actividades cotidianas y transformarse en una adicción. 
Esta pesada realidad se encuentra en muchos hogares mexicanos, tanto por parte de los niños quienes se encuentran en la etapa del juego y las distracciones como en los jóvenes en la edad de socializar en la mayor medida posible, pero existe un sector de la población también vulnerable a esto y que representa mayor peligro: los padres de familia. 
Los niños de hoy deberían llevar por segundo nombre “Facebook” o “YouTube” para recibir un poco de atención por parte de sus progenitores. Desde el padre o la madre que otorga un equipo al niño para ver videos y entretenerlo “un ratito” y terminan dejando a YouTube como niñera de tiempo completo, hasta la triste situación donde el infante debe acudir a otro familiar, al vecino o algún amigo para solicitar apoyo, alimento e inclusive un vaso con agua porque a mamá y papá no los pueden tener en cuenta, mamá está viendo su Facebook y papá ocupa su tiempo en “analizar” videos. 
Como la gota derramada por el vaso, estas deplorables circunstancias están acompañadas de violencia verbal y física hacia la inocente criatura, por molestar a sus tan ocupados progenitores. ¿Acaso no quieren a sus hijos? Muchos dirán: “yo no pedí tenerlo” o “yo no quería tener hijos”. Bien, si no querían tenerlos, ¿por qué los hicieron? Eso de los bebés sorpresas es una mentira. Toda acción conlleva una reacción, por obvias razones, si tienes sexo (aún más si no usas protección) es de esperarse tener hijos, es la verdadera esencia de las relaciones sexuales: la procreación. Como es bien sabido, seguirán los  pretextos: “No fue planeado”. Hay millones de personas en este  mundo, no planeadas por sus padres, usted quizá es una de ellas, sin embargo; hay mucha diferencia entre planear a los hijos y desear tenerlos, es  como si te regalaran un cachorro, algunos lo reciben con mucho cariño y otros por compromiso y no verse mal, pero ahí radican los cuidados hacia el animalito. Si se tuvo la “responsabilidad” de tener un hijo después de crearlo, debemos ser también verdaderos adultos responsables y tomar parte de las consecuencias proporcionando una educación y las atenciones apropiadas para la criatura.
Denuncias y comentarios: periodistaexal2015@hotmail.com  Cel. y Wts. 962 10 80 934 Tapachula, Chiapas, México; 18022016

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