Al referirse al tema, pero sin ahondar en la denominada “cláusula de vida eterna” que permitía el traspaso de votos entre partidos y cuya discusión fue pospuesta para febrero, el ejecutivo Federal reiteró que la legislación presenta limitantes debido a que los partidos de oposición rechazaron la iniciativa de reforma constitucional que planteó su administración.
Posteriormente, López Obrador enumeró los puntos claves que presentaba la propuesta de reforma constitucional, y que no pudieron ser incluidos en la reforma a las leyes secundarias avalada en el Congreso: se planteaba reducir el presupuesto de los partidos a la mitad, o alcanzar ahorros por 15 mil millones de pesos por la reducción del aparato electoral, con lo que, dijo, se podrían construir más de 100 centros de rehabilitación para personas con discapacidad.
Tampoco se aprobó la eliminación de los 200 diputados plurinominales que no son elegidos por el pueblo, “sino eran parte de las cúpulas de poder de los partidos, eran para comprar conciencias, lealtades, para tener a los amigos, a los familiares, y no representar de verdad al pueblo, sino estar ahí de vividores. Pues queríamos quitar; no se pudo”.
Además, lamentó que entre quienes defendieron que permaneciera el Instituto Nacional Electoral sin modificaciones, hubo gente “de buena fe” que se dejó manipular, ya que les metieron en la cabeza que lo que buscaba su gobierno era “apoderarse” del órgano comicial, manejar el padrón electoral o incluso que él pudiera relegirse.
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